DICE EL GOBIERNO BRITÁNICO QUE Julian Assange no está siendo perseguido por delitos políticos sino por un delito común, por una agresión sexual en Suecia, donde se acostó dos veces con dos mujeres que aceptaron dormir con él, las cuales querían acostarse una sola vez y no dos veces, y no sin condón sino con condón.
No digo que Assange no haya actuado mal en esta guerra de sábanas (en caso de ser verdad lo que se dice), pero no me parece que un delito de esta naturaleza merezca la amenaza de irrumpir en la Embajada ecuatoriana en Londres. ¿Para qué lo harían? ¿Por qué tanto celo ante un delito sexual? ¿Para proteger la seguridad de las secretarias de la Embajada, amenazadas por el peligroso sátiro? Al parecer las autoridades ecuatorianas en Londres no están angustiadas por los ímpetus reproductivos de Assange. Y tengo la impresión de que las británicas tampoco.