En junio de 2010 el gobierno peruano firmó un acuerdo energético con Brasil para el “Suministro de Electricidad al Perú y Exportación de Excedentes al Brasil” por el cual se compromete a la instalación de varias hidroeléctricas en territorio amazónico peruano, siendo las primeras la de Inambari y la de Pakitsapango. Estas represas producirían energía cuyos “excedentes” serían exportados a Brasil durante los próximos treinta años.
La mayor parte de la población peruana no está familiarizada con este contrato que aparentemente sería beneficioso para el país. Sin embargo, este acuerdo internacional, así como otra medidas que se han venido dando en los últimos años en relación a la construcción de represas en la Amazonía, presentan problemas muy serios y de distinto orden que el gobierno actual no está asumiendo con la debida responsabilidad.
A continuación, presentaremos brevemente los principales problemas que están en juego a partir de la firma de este convenio y del conjunto de proyectos hidroeléctricos que viene promoviendo el Ministerio de Energía y Minas.