Lecciones de gerencia de Marcelo Bielsa

A estas alturas, el nivel de idolatría del que goza Marcelo Bielsa en Chile debe de estar alcanzado niveles extraordinarios. Con su victoria 1-0 sobre Suiza, la selección mapocha tiene un pie y medio en los octavos de final del mundial. Además, tanto en este encuentro como en su debut frente a Honduras, el equipo de Bielsa ha destacado entre los equipos del Mundial por su claro estilo de juego y su vocación ofensiva, que bien le podrían haber merecido más goles a favor.

Todo ello contrasta con la realidad de la selección chilena con la que se encontró el “Loco”: un equipo sin rumbo desde su participación en Francia 1998 y el retiro de la selección de sus máximas estrellas, los delanteros Iván Zamorano y Marcelo Salas.

Así, como muchas celebridades del management, lo que Bielsa lideró fue un verdadero turnaround de la Selección chilena.

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Éste, como es bien sabido por los que han seguido su proyecto, no sólo incluyo las variantes tácticas (apostando por el mismo 3-3-1-3 que se vio hoy) y la convocatoria de jóvenes valores, sino también cambios logísticos, como la remodelación del complejo Pinto Durán donde entrena la selección chilena, y en la relación con los medios, en la cual suprimió las entrevistas exclusivas en privilegio de las conferencias de prensa, tal como había hecho cuando dirigió a Argentina.

Con todo ello, Bielsa consiguió el objetivo máximo de su gestión: no una sumatoria de victorias y puntos para clasificar al Mundial, sino cambiar la mentalidad del fútbol chileno, haciendo sentir a su selección una protagonista del torneo que se disputa en Sudáfrica. No es casual, entonces, que tanto Honduras como Suiza hayan salido a defenderse del hasta hace unos años débil Chile.

Bielsa, el gerente

En julio del año pasado, en medio de la euforia chilena alrededor de Bielsa, Juan Carlos Eichholz, escribió un extenso y acertado artículo sobre el estilo gerencial del entrenador. ¿Qué características hacen de Bielsa un líder exitoso? Tome apunte de ellas si quiere ser un buen gerente:

-Bielsa es “metódico, perfeccionista y esforzado”, dice Eicholz. La obsesión de Bielsa es ser el mejor. Por eso colgó los chimpunes a los 25 años: se dio cuenta de que, como jugador, sólo sería regular. El técnico ha inculcado a sus pupilos chilenos que más importante que la inspiración es la transpiración.

-La reflexión es tan importante como la acción. Bielsa no sólo es un “pensador” del fútbol, sino también una persona culta. “Lo último que lee de los diarios es el cuerpo deportivo”, señala Eicholz. Y el técnico tiene claro que su labor no es elucubrar y dar órdenes, sino enseñar los conceptos necesarios a sus jugadores y desarrollar en ellos la capacidad de cuestionar.

-Cualquiera que haya visto a Bielsa en el banco de suplentes o en las conferencias de prensa pensaría que el apodo de “Loco” no es sólo una broma. Bielsa suele mirar hacia abajo cuando habla y su incomodidad con preguntas que no le parecen lo suficientemente inteligentes o enfocadas en el fútbol es evidente. Sin embargo, la capacidad del seleccionador chileno para movilizar a sus equipos detrás de su idea de juego es impresionante. “Él parece entender lo que muchos jefes nunca ven: no sacas nada con dar órdenes si quien te escucha no está en la misma frecuencia tuya; si aquello que dices no es capaz de impactar en el otro; si tus palabras pasan de largo y no tocan alguna fibra”, apunta Eicholz. Muchos han comentado la obsesión de Bielsa con los videos de partidos, pero pocos saben qué hace con ellos: los edita en cortos de máximo siete minutos para mostrar lo que un jugador o un equipo hacen bien y lo que hacen mal.

-Bielsa sabe estructurar un equipo detrás de una idea de juego (vocación ofensiva, desdoblamiento al atacar y defender, ataques abiertos por una banda y cerrados por la otra), pero también es consciente de que hay que ser flexible en determinados momentos para aprovechar las oportunidades que da cada partido. Ejemplo de ello es el partido de hoy: no dudó en hacer dos cambios para el segundo tiempo ante la expulsión de un volante suizo y el poco juego que mostraba la estrella chilena Humberto Suazo, recién recuperado de una lesión, ni para cambiar su idea táctica reemplazando al enganche Matías Fernández con un centrodelantero neto, Esteban Paredes, para presionar más por el centro de la defensa suiza.

-Un gerente debe mostrar resultados, pero también convencer a sus jefes para que lo respalden cuando estos no acompañan pero brindan aprendizajes claves en el marco de un proceso. Bielsa logró eso no sólo al frente de Argentina, cuya federación lo respaldó luego del desastre de Corea-Japón 2002, sino también en Chile, donde las goleadas sufridas ante Paraguay y Brasil no mermaron la confianza de sus jefes en el proyecto. La siguiente cita de Bielsa refleja esta visión y da para entrar en cualquier libro de management: “Los momentos de mi vida en los que he crecido tienen que ver con los fracasos; los momentos de mi vida en los que he empeorado, tienen que ver con el éxito. El éxito es deformante, relaja, engaña, nos vuelve peor, nos ayuda a enamorarnos excesivamente de nosotros mismos; el fracaso es formativo, nos vuelve sólidos, nos acerca a las convicciones, nos vuelve coherentes. Si bien competimos para ganar, y trabajo lo que trabajo porque quiero ganar en cuanto compito, si no distinguiera qué es lo realmente formativo y qué es secundario, me estaría equivocando”.

-Bielsa comparte la miel del éxito con sus jugadores, pero asume solo los rigores del fracaso. ¿Cuántas veces ha visto en un gerente o en cualquier otro tipo de líder una filosofía así? No es común y, justamente por eso, distingue a los grandes gestores de los discretos. Para citar otro caso futbolístico, José Mourinho hace exactamento lo mismo, aunque con un estilo y una retórica en las antípodas de Bielsa. Un claro ejemplo de la filosofía del técnico argentino se vio luego de la goleada que Brasil le propinara a Chile en las Eliminatorias. “Cuando se hace evidente una necesidad que no pudo ser cubierta con la decisión del que conduce, tengo que asumir eso y desligar a los jugadores de algo que fue claro: evitar que los brasileños quedaran en condiciones de atacar”, declaró Bielsa a la prensa.

Ghosn vs. Bielsa

Si de comparar a Bielsa con un CEO superestrella del mundo empresarial, quizás una buena analogía se haría con Carlos Ghosn, el actual CEO de Renault y de Nissan. Ghosn también es un experto en turnarounds: tomó las riendas de Nissan al borde del colapso, con pérdidas operativas y una deuda de más de US$20,000 millones, y en un año la puso en azul, para luego convertirla en una de las automotrices más rentables.

Ghosn, nacido en Brasil de padres libaneses pero formado en Francia, también es un ‘loco‘ en el sentido de romper con las tácticas establecidas. Cuando asumió el mando de Nissan, hizo lo impensable en Japón: cerrar fábricas, vender activos, despedir trabajadores y renegociar con sus proveedores de toda la vida. A pesar de ello y de su poca elocuencia, supo transmitir la visión que tenía para Nissan, tal como Bielsa ha venido logrando en sus equipos. “Si tuviese que decir dos palabras acerca de mi estilo gerencial, diría creación de valor y motivación”, ha afirmado Ghosn. Las mismas palabras podrían haber salido de la boca del ‘Loco’ Marcelo Bielsa.

Texto del artículo «Lo que un gerente puede aprender de Marcelo Bielsa», publicado en ©SemanaEconómica.com, el 21/06/2010.

BAJAR EL ARTÍCULO DE ©Juan Carlos Eichholz: «Marcelo Bielsa: Liderazgo y cambio estratégico».

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