La ley que delega la fiscalización minera al Osinerg –desde el Ministerio de Energía y Minas– y que cambia la denominación del ente especializado a Osinergmin, ha reabierto el debate sobre cómo organizar el Estado para atender la problemática ambiental.
El Osinergmin no altera, en esencia, el modelo actual de distribución de tareas en la regulación ambiental, principal tema en cuestión. Consideramos que lo que se necesita es fortalecer a la autoridad ambiental nacional (el Conam), dejando el modelo de regulación sectorial y centralizado a cargo de los ministerios y organismos supervisores, para pasar a uno transectorial y descentralizado, dándole al Conam la regulación ambiental de las actividades de alcance nacional.
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