
Lima y Callao constituyen, luego de El Cairo (Egipto), el asentamiento humano más grande del mundo edificado sobre un desierto. Por ello no es extraño que las aguas de los ríos que surcan la metrópoli hayan sido insuficientes para atender la demanda de una población que bordea hoy los 8 millones de personas. SEDAPAL ha tenido que utilizar cada vez más las aguas subterráneas lo que ha significado que el nivel de la napa freática haya descendido en promedio 1.50 metros por año entre 1955 y 1997. Este ritmo ha llevado a que en el 2005 se haya superado en 1.1 m3/s el nivel de seguridad en el uso de los pozos en el área del Rímac-Chilón y que la demanda de Lima y Callao haya ya superado a la oferta en 1.61 m3/s en el 2003.
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