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Finalmente, el día de ayer martes 13 de mayo el Presidente de la República promulgó el Decreto Legislativo N° 1013, Ley de Creación, Organización y Funciones del Ministerio del Ambiente, en un acto protocolar en el Palacio de Gobierno. La norma ha sido publicada hoy miércoles 14. ¿Estamos ante una buena noticia? Pues aunque la creación de un Ministerio es siempre un acto político signiticativo, la ley que lo crea nos ha dejado muchas preocupaciones. En un post publicado el 30 de enero planteaba lo que creíamos iba a ser el resultado final del proceso de creación del Ministerio del Ambiente. Lo reproduzco a continuación:
“¿Y como culminará la historia? No lo sabemos, pero sí podemos describir el escenario más probable.
1) Es muy difícil que el gobierno acepte mecanismos que limiten su control sobre ciertas decisiones críticas (en especial porque perciben un potencial “enemigo político ambiental”), como el visto bueno ambiental a los proyectos de inversión y la fiscalización ambiental.
2) Algunos temas de interés ministerial no serán transferidos. Los bosques y el agua no saldrán del Ministerio de Agricultura. Se buscará mantener en lo posible el status quo en la fiscalización minera, dejando en OSINERGMIN dicha tarea.
3) Se permitirá cierta discusión pública, pero al final el Poder Ejecutivo buscará mantener el control del proceso.
4) Se mantendrá el status quo de la descentralización de la gestión ambiental.
5) Se designará a un ministro(a) de cierto prestigio, acompañado de personas de confianza del gobierno que aseguren que las políticas reales del mismo no sean afectadas.”
Debo decir que, lamentablemente, hasta ahora acertamos casi en todo:
1) El Ministerio del Ambiente no tiene bajo su ámbito la aprobación de los estudios de impacto ambiental, tarea que sigue en manos de los Ministerios Productivos (Energía y Minas, Producción, Agricultura). Y aunque la fiscalización si pasa al nuevo Organismo de Evaluación y Supervisión Ambiental, no se establece ningún mecanismo que asegure su autonomía.
2) El agua y los bosques quedaron bajo la competencia del Ministerio de Agricultura. Pero finalmente quedó claro que no trasladar las funciones de fiscalización minera al Ministerio era muy costoso en imagen para el Ministerio, por lo que se ha pasado la función a la nueva entidad.
3) El Ejecutivo mantuvo el control del proceso, de hecho ha creado el Ministerio via un Decreto Legislativo.
4) No hay prácticamente ningún cambio en la distribución de funciones en materia ambiental. El modelo sigue siendo fuertemente centralizado.
5) No se sabe aún quien será el o la ministro, pero sí está claro que se está buscando a alguien que tenga cierto reconocimiento, para de esa manera atenuar las críticas que pudieran surgir.
¿A dónde enfocar los esfuerzos ahora? Pues más allá de la discusión legal sobre la constitucionalidad del Decreto Legislativo (la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo señala que los Ministerios se crean “a propuesta del Poder Ejecutivo”), debemos buscar que:
a) Se asigne al nuevo Ministerio las funciones de Evaluación de Impacto Ambiental.
b) Se le asigne el manejo de las aguas y de los bosques naturales.
c) Que se le asigne el manejo de las especies silvestres de flora y fauna.
d) Que se cree una entidad o programa de alto nivel para atender la agenda del cambio climático.
e) Dictar un mecanismo de financiamiento apropiado para la gestión ambiental. (es curioso que se proponga un mecanismo para el nivel global, sin que antes se hubiera hecho un esfuerzo similar en el nivel nacional).
f) Se coordine con los gobiernos regionales y plan de descentralización de la gestión ambiental real y eficaz.
g) Se establezcan reglas para asegurar el nombramiento de personas idóneas en el Ministerio del Ambiente y sus entidades adscritas.
¿Habrá voluntad política para esta tarea? Pues como siempre, si no la hay, habrá que trabajar para crearla. La agenda está planteada, ahora veremos quienes la asumen y quienes no. Entonces sabremos quién está efectivamente comprometido con la reforma ambiental.
Por lo tanto, motivos para celebrar hay pocos, para preocuparse varios, pero para redoblar esfuerzos, muchos.
Ivan Lanegra
Foto: Agencia Andina Sigue leyendo →