Sin duda la gestión de los residuos sólidos (la basura) es un problema sin resolver para la gran mayoría de las municipalidades del país. Esto no tendría por qué ser así. Hoy en día existe la tecnología y los conocimientos de gestión suficientes para asegurar un manejo óptimo de los residuos. El problema es otro. La mayoría de municipalidades no le da la debida importancia, y sólo se vuelve un asunto de interés cuando el problema está, literalmente, oliendo mal en la calle.Desde luego, nadie quiere tener la basura cerca de casa, aunque todos contribuyamos a generarla. Y no en nuestras casas, también lo hacemos en el trabajo diario, o simplemente al salir de paseo por algún lugar lindo en las afueras de la ciudad. La basura queda allá y nosotros nos vamos. Y de los residuos sólidos de la casa sólo nos preocupa que se vayan rápido y se los lleven lejos. Pero estos no desaparecen y terminarán contaminando el suelo y el agua, propiciando enfermedades si es que no se manejan adecuadamente.

¿Qué podemos hacer para enfrentar este problema en nuestra región? Se requieren cinco cosas. Primero, contar con un buen plan de gestión de residuos de mediano y largo plazo. La herramienta ya existe para el nivel provincial y se denomina Plan Integral de Gestión de Residuos Sólidos. Huancayo posee ya uno, pero requiere ser actualizado. Otras provincias requieren elaborar el propio. Segundo, contar con un espacio de coordinación, multisectorial y participativo, para empujar una buena gestión. Y Huancayo también lo tiene, pero requiere ser potenciado. Tercero, se requiere de financiamiento. El esquema actual basado en arbitrios de limpieza pública no es suficiente. Se requiere contar con un nuevo esquema que reduzca sustancialmente la morosidad existente (en muchos lugares, sólo tres de cada diez contribuyentes pagan el arbitrio). Cuarto, una buena infraestructura de disposición final. Una parte de los residuos sólidos puede ser reaprovechada pero buena parte tendrá que ser dispuesto en rellenos sanitarios bien diseñados, sin problemas ambientales o de salud, y correctamente autorizados. Y quinto, se requiere ciudadanía ambiental. No podemos ser indiferentes al problema. Todos contribuimos a él, así que también nos corresponde aportar a su solución. Desde la reducción de consumo de productos descartables, o del plástico, hasta una actitud vigilante frente a las autoridades y empresas prestadoras de servicios de residuos sólidos a fin de exigir el cumplimiento de sus responsabilidades.

La basura nuestra de cada día, manejémosla bien hoy. Amén.

Iván Lanegra
Correo, 7 de marzo de 2007, Columna DEBATE AMBIENTAL