Como señala el ingeniero Rodolfo Rodríguez de la UDEP, el oleaje es un fenómeno que se presenta entre los meses de mayo a octubre década año, y probablemente se extenderá hasta esa fecha. Lo que no sabemos es porque se presenta con más fuerza este año, ni si tiene relación con otros eventos como el aumento del nivel del mar, cambios en intensidad o patrones de viento en el pacífico sur. Han ocurrido además otros eventos en la costa peruana como la reducción de áreas de recreación en las playas de la costa norte del país. No conocemos tampoco de estudios estadísticos que den cuenta de cómo evoluciona este fenómeno en el tiempo, así que trataremos de aprender algo sobre el tema teniendo en cuenta de los que se sabe en otras partes.
Como señala Rodríguez en su nota un mar encrespado que cierra como en este caso el 76% de los puertos y caletas son malas noticias para los pescadores y los consumidores de pescado, de modo que la noticia de que se prolongará esta situación no es buena.
El estudio Projected changes in wave climate from a multi-model ensemble señala que hay un patrón de cambio en el comportamiento de los mares, así tendríamos que el hemisferio norte está entrando en un periodo de calma, mientras que el hemisferio sur entra en uno de agitación.
El estudio, publicado en Nature Climate Change en enero de este año (13 de enero), prevé un aumento de la altura de las olas en el rango de 20 y 30 centímetros en un área de al menos siete por ciento de la superficie de los océanos del mundo. Esto se debe a la intensificación de los vientos del oeste hacia los polos en el hemisferio sur, como resultado de cambios climáticos.
En teoría sin embargo ello no afecta nuestro espacio inmediato. Según el estudio las zonas vulnerables serían Antártida, Australia, Indonesia y Papúa Nueva Guinea.
Nobuhito Mori, uno de los autores del estudio dijo a SciDev.Net que las olas más altas son perjudiciales para el desarrollo de las algas y evitando que las plantas se asienten.
También agregó que podrían afectar a los arrecifes de coral y traer cambios en la morfología costera. En nuestro caso vale la pena tener en cuenta sus efectos sobre los campos de algas al sur (Ica, Arequipa), y los manglares en el norte (Tumbes).
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