Los gases y las partículas que se emiten a la atmósfera tienen una influencia en la salud de la gente, en el tiempo y en el clima.
“Los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales están colaborando para recopilar y evaluar datos sobre la calidad del aire y reforzar las capacidades de modelización que son esenciales para predecir la contaminación atmosférica y, al mismo tiempo, para proteger a las personas de las consecuencias de esa contaminación en la salud y la economía,” dijo el Secretario General de la OMM, Michel Jarraud”.
“La OMM ha participado de forma activa en las iniciativas internacionales destinadas a evaluar los cambios que se producen en el contenido de contaminantes en la atmósfera, tales como el ozono troposférico, el smog, la materia particulada, el dióxido de sulfuro, y el monóxido y el dióxido de carbono, que en su mayoría resultan directamente de la combustión industrial, urbana y automóvil de los combustibles fósiles”.
Según los científicos van analizando más datos, entienden cada vez mejor de la estrecha relación que existe entre la calidad del aire y las condiciones meteorológicas y climáticas. Prueba de esto es que el transporte y la longevidad de los contaminantes del globo dependen de variables meteorológicas. Cuanto mejor conozcan el funcionamiento del tiempo y del clima, mejor podrán los científicos predecir la distribución de las partículas y gases atmosféricos potencialmente nocivos.
La Organización Mundial de la Salud ha estimado que un promedio de dos millones de personas muere prematuramente todos los años debido a la contaminación atmosférica. No obstante, tener en cuenta la composición de la atmósfera permitirá a los meteorólogos hacer mejores predicciones meteorológicas a corto plazo y mejores predicciones climáticas a largo plazo.
Las estaciones de la red de Vigilancia de la Atmósfera Global (VAG) recopilan datos sobre los gases de efecto invernadero, tales como el dióxido de carbono y el metano, los aerosoles, y los gases reactivos como el ozono, los óxidos de nitrógeno o el dióxido de azufre.
Estos datos de observación de la VAG se utilizan juntamente con los de las vastas redes de observaciones meteorológicas, climáticas e hidrológicas coordinadas en el ámbito del Sistema de observación integrado de la OMM.
Los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales utilizan los datos recopilados para elaborar productos de predicción de la calidad del aire, como son los índices de la calidad del aire que indican las concentraciones de varios contaminantes. Los encargados de la VAG y el Programa Mundial de Investigación Meteorológica de la OMM están ampliando el conjunto de servicios relacionados con la calidad del aire disponibles actualmente y, al mismo tiempo, se sigue trabajando para entender mejor los efectos de la contaminación atmosférica en diferentes entornos.
Además, es cada vez mayor la tendencia de los científicos a incorporar los gases y partículas resultantes de actividades humanas a los modelos climáticos con el fin de predecir mejor los cambios del futuro. Según ha indicado el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), copatrocinado por la OMM y el PNUMA, la temperatura media mundial del aire en superficie ha aumentado aproximadamente en 0,74 grados Celsius entre 1905 y 2005.
El calentamiento climático puede exacerbar la contaminación atmosférica. Por ejemplo, se prevé que, como consecuencia del cambio climático y del uso de la tierra, la desertificación alcance mayores proporciones en todo el mundo y, con ello, aumente el riesgo de las tormentas de arena y de polvo.
Los modelos del cambio climático indican que con la subida de las temperaturas mundiales los incendios, durante los cuales se generan partículas, aumentarán tanto en frecuencia como en intensidad, y también el riesgo de sequía, que es una fuente posible de incendios.
En la Tercera Conferencia Mundial sobre el Clima, que se celebrará en Ginebra (Suiza) del 31 de agosto al 4 de septiembre de 2009, se estudiarán más a fondo los vínculos existentes entre el clima y la salud, teniendo en cuenta especialmente los efectos de la variabilidad del clima y el cambio climático en la aparición de los fenómenos climáticos extremos.
En la Conferencia participarán científicos, decisores y encargados de formular políticas de los sectores público y privado y, en su programa, está prevista una reunión sobre el clima y la salud humana el 1º de septiembre.