El cambio climático no solamente es una realidad que repercute sobre las vidas y el sustento de millones de personas sino que se acelerará si no se instrumentan con urgencia medidas para resolverlo. Los vientos y temperaturas extremos, inundaciones, sequías y aumento del nivel del mar resultantes afectarán a cada vez más personas, millones de las cuales se verán obligadas a emigrar y convertirse en refugiados ambientales. Ante tan dramática hipótesis los gobiernos se han negado hasta ahora a enfocar el verdadero problema, las emisiones de combustibles fósiles, y han centrado su atención en falsas soluciones baratas. Muchas de estas “soluciones” tienen que ver con la promoción de las plantaciones de árboles en tanto sumideros de carbono o fuentes de biodiésel (palma aceitera) o etanol celulósico (eucalipto, álamo, sauce, etc). La industria de la biotecnología también ha contribuido a estos planes con su investigación en árboles de ingeniería genética capaces de almacenar más carbono (con mayor contenido de lignina) o producir más etanol (mayor contenido de celulosa).
Para contrarrestar efectivamente estas políticas es importante aprender acerca de los distintos mecanismos utilizados por los gobiernos para la promoción de las plantaciones de árboles y aquéllos utilizados por las poblaciones y organizaciones locales para combatirlas. Esperamos que la información brindada en esta edición del boletín sirva para ese propósito.
Boletín del Movimiento Mundial por los Bosques. Número 124 – Noviembre 2007