Bajo el título “LA REVOLUCIÓN QUE SE NECESITA, La educación y el futuro del Perú” José Lolas Miani propone más de lo que hasta ahora hizo este gobierno como la política correcta. Solo agrega la necesidad de un cambio curricular, aunque no sabemos que significa ello.
Reproducimos a continuación su artículo publicado en El Comercio el sábado 8 de Enero del 2011.
“En los últimos años el Perú ha dado grandes pasos en el tema educativo. Causa sorpresa, por ello, que tales avances no hayan recibido la suficiente atención en los recuentos de fin de año y de fin de la primera década del siglo XXI. Tampoco se ha analizado –con la rigurosidad que el tema educativo merece– lo que falta por implementar y los próximos pasos por seguir.
La puesta en marcha de la carrera pública magisterial ha resultado un gran acierto por muchas razones. La más importante de ellas es, sin duda, la percepción positiva que hoy tiene la ciudadanía de los maestros y maestras. Los exámenes tomados al profesorado y la publicación de los resultados –en su mayoría satisfactorios– permite decir hoy que el Perú es un país con profesores competentes, actualizados e idóneos. Así, los exámenes han resultado una extraordinaria herramienta para generar la confianza y tranquilidad necesarias entre los padres de familia sobre los docentes que tienen a cargo la formación de sus hijas e hijos. Esta confianza es ahora un invalorable activo que permitirá sobre todo el gran cambio que la educación peruana requiere en esta segunda década del siglo XXI.
Los maestros se encuentran personalmente motivados porque, luego de los exámenes, perciben que ahora sí tienen posibilidades reales de ascender como docentes y recibir mejores remuneraciones. Han comprendido que el camino es prepararse mejor y actualizarse permanentemente. Es decir, a más méritos, mayor reconocimiento profesional y superiores ingresos. Así no tendrán que buscar uno y otro empleo adicionales para cubrir las necesidades de sus familias. La profesión de maestro se ha visto revalorizada y hoy es más respetada.
Los colegios emblemáticos han sido otro de los grandes aciertos de la política educativa del actual gobierno. No solo son colegios remodelados con mejor infraestructura sino centros acogedores que invitan a la meditación, reflexión y al estudio. Lugares que no aburren sino que permiten el intercambio social y cultural de los estudiantes, con aulas equipadas con computadoras, dotados de laboratorios para las ciencias y todo lo que la educación moderna y de calidad requiere. Un funcionario del sector sostenía con acierto que estos colegios –otrora lúgubres y descuidados– son ahora ambientes diferentes pintados con colores agradables; espacios donde los alumnos pueden conversar, escuchar música, bailar, pintar desarrollando no solo el intelecto sino también la creatividad y la convivencia democrática, y donde los profesores pueden hacer una verdadera tutoría.
Los efectos que los colegios emblemáticos han tenido en los estudiantes son significativos. La autoestima de los jóvenes ha sido estimulada porque sus necesidades han sido atendidas, han sido centro de atención y actualmente son más importantes para sus profesores, su colegio y nuestro país. El modo como se ha cambiado la relación y actitud con estos espacios renovados y más amables salta a la vista. Los escolares han comenzado a cuidar con esmero sus aulas, los implementos recibidos y a sus respectivos colegios, en general. Ahora los baños lucen limpios, las computadoras y otros equipos son utilizados con el cuidado de quien los siente suyos.
La carrera pública magisterial y los colegios emblemáticos son los pilares necesarios para plantear ya y sin demoras el cambio de contenido curricular y la nueva orientación de la educación peruana que nos permita caminar con paso firme al futuro –cada vez menos lejano– de convertirnos en un país del primer mundo.
Se requiere también revisar el presupuesto para el sector, no solo para los merecidos reajustes salariales, sino para el mantenimiento de la infraestructura incorporada y seguir fortaleciéndola a lo largo y ancho de la nación.
Hemos avanzado en lo educativo. El gran reto es continuar por el camino ya trazado.