La fundación Gates, basad en los trabajos de Ronald Ferguson, gastó 45 millones dólares en un proyecto para encontrar nuevas maneras de distinguir a los profesores que consiguen mayores aprendizajes de sus alumnos.
Al leer el artículo lo primero que sorprende es la simpleza de sus resultados. Así, los maestros que mantienen el orden en clase, se concentran en lograr que sus alumnos aprendan de sus errores, son por lo general los mismos de quienes sus estudiantes aprenden más.
Este estudio buscaba entender las razones de un aumento del valor agregado logrado a lo largo de un año y medido a partir de pruebas estandarizadas anuales.
Los investigadores encuestaron a los alumnos sobre sus percepciones respecto de sus profesores y encontraron que allí donde señalaban “Nuestra clase se mantiene ocupada y no perdemos el tiempo”, correspondía con profesores con altas puntuaciones de valor añadido.
Lo mismo ocurre cuando los alumnos señalan, “En esta clase, aprendemos a corregir nuestros errores”, y “Mi maestro explica bien y de varias maneras cada uno de los temas que vamos a cubrir en esta clase.”
Interesante también fue que los profesores que preparaban en función de obtener buenos resultados en las pruebas estandarizadas, lograban resultados positivos, pero menores, que los que se concentraban en que sus estudiantes aprendan los conceptos claves del curso.