Cómo salvar el ambiente natural del que dependemos

1:00 p m| 10 mar 17 (AGENCIAS/BV).- La redistribución de la riqueza es “una condición imprescindible” para evitar el degrado del funcionamiento de la tierra y la distribución de la biodiversidad, que está bajo amenaza real, dado que “actualmente estaría en peligro de extinción un cuarto de todas las especies y la mitad de ellas podría extinguirse antes que termine este siglo”. Es cuánto se lee en las conclusiones del seminario sobre el tema “Extinción biológica. Cómo salvar el ambiente natural del cual dependemos”, encuentro organizado por la Pontificia Academia de las Ciencias y por la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales.

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Se llevó a cabo este jueves 2 de marzo, en la oficina de Prensa de la Santa Sede, la conferencia de prensa por conclusión del seminario desarrollado en la Casina Pio IV en el Vaticano, desde el 27 febrero hasta el 1º de marzo.

Introdujo la conferencia, el Canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias Mons. Marcelo Sánchez Sorondo, que sobre este seminario dedicado a la extinción afirmó que “una de las tesis de la Academia es que el cambio climático producido por las actividades humanas, que utilizan el material fósil, produce el cambio climático y el calentamiento global, éste último indicado como la principal causa de la extinción”.

La conferencia contó con las intervenciones del profesor Werner Arber, presidente de la Pontificia Academia de las Ciencias; el prof. Peter Hamilton Raven, académico de la Pontificia Academia de las Ciencias y del prof. Partha Sarathi Dasgupta, académico de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales.

Además de las intervenciones, se dio a conocer la declaración final del seminario titulada: “La extinción es para siempre: cómo evitarla”:

“La actual pérdida de especies -se lee- es aproximadamente 1000 veces la tasa histórica. Actualmente estarían en peligro de extinción un cuarto de todas las especies y la mitad de ellas podría extinguirse a finales del presente siglo. Dado que de los organismos vivos dependen el funcionamiento de nuestro planeta, los alimentos, muchas de nuestras medicinas y otros materiales, la absorción de residuos y el equilibrio del clima, así como gran parte de la belleza de este mundo, tales pérdidas causarán un daño incalculable a nuestro futuro a menos que no se mantengan bajo control. Conocemos solamente la existencia de menos de una quinta parte de las especies que poblarían el mundo. Por lo tanto estamos perdiendo un potencial desconocido y poniendo en peligro el mecanismo fundamental de nuestro planeta”.

El documento releva luego que en el curso del tiempo hubo un enorme desarrollo de la población y de la explotación del planeta. “Hace doscientos años, por primera vez, la población alcanzó los mil millones de personas, rozando en 1930 los dos mil millones que hoy en día se han convertido en 7,4 mil millones. Desde 1950, el PIB mundial aumentó 15 veces y la población mundial se ha triplicado. La quintuplicación del rédito per cápita ha comportado enormes ventajas para la condición humana contemporánea.

Además de amenazar a millones de especies en peligro de extinción, este enorme aumento de la actividad económica basada exclusivamente en el beneficio y en el uso de combustibles fósiles está sometiendo a duras pruebas el funcionamiento sostenible del planeta. Los signos más evidentes son el cambio climático global y los daños en el sistema de la tierra, tales como el aumento del nivel del mar, la acidificación del océano y la anoxia, que alimentan directamente la extinción biológica.

La población humana de la tierra se caracteriza por grandes desigualdades económicas. Las personas más ricas del mundo, que representan el 19% de la población consumen más de la mitad de los recursos del globo. El rédito per cápita de los 1.400 millones de ricos es aproximadamente de 41.000 dólares; por el contrario, los mil millones de personas más pobres, en particular en el África subsahariana, tiene un rédito medio de 3.500 dólares. Los ricos, por lo tanto, son los principales responsables del aumento del calentamiento global y como resultado de la disminución de la biodiversidad. La mayoría de las personas pobres que no se benefician del uso de combustibles fósiles son indirectamente responsables de la deforestación y de una parte de la destrucción de la biodiversidad, ya que su actividad se desarrolla dentro de un sistema económico mundial basado en las necesidades de los más ricos que tienen, en absoluto, los mayores niveles de consumo sin pagar por los factores externos que podrían hacer posible preservar la biodiversidad.

Al igual que las actividades humanas son responsables de estos efectos negativos, hoy necesitamos en cambio, una acción humana positiva para el desarrollo sostenible de la biodiversidad. Una condición indispensable para el logro de la sostenibilidad global es la redistribución de la riqueza, porque en todas partes del mundo los altos niveles de consumo repercuten en el degrado del funcionamiento de la tierra y en la destrucción de la biodiversidad.

Acabar con la pobreza costaría alrededor de 175 mil millones de dólares, es decir, menos del 1% de la suma de los ingresos de los países más ricos del mundo y es una de las principales formas de proteger nuestro medio ambiente y de salvar la mayor biodiversidad posible para el futuro. Se puede hacer región por región. La creación de grandes reservas naturales marinas es otro elemento importante para preservar la productividad biológica en conjunto. Para lograrlo debemos seguir los principios morales claramente descritos en la encíclica Laudato Si que ha inspirado nuestro encuentro.

La formación de sistemas de agricultura intensiva en regiones adecuadas, cuando se efectua correctamente mediante la rotación de cultivos y la incorporación de la ganadería y reinvirtiendo los beneficios en las economías regionales, es una parte importante de la estrategia para la protección de la biodiversidad, porque la productividad concentrada permite el desarrollo sostenible de otras regiones y la preservación de la biodiversid, como está sucediendo en Amazonia. Por cuanto se refiere a los métodos genéticos modernos, como ha subrayado el Papa Francisco, la cuestión de los OGM ‘es una cuestión ambiental de carácter complejo, por lo cual su tratamiento exige una mirada integral de todos sus aspectos, y esto requeriría al menos un mayor esfuerzo para financiar diversas líneas de investigación libre e interdisciplinaria que puedan aportar nueva luz’.

También será importante considerar cuidadosamente la mejor forma posible de proyectar las ciudades del futuro, a las que se trasladarán pronto la gran mayoría de personas en todo el mundo, cuyos suburbios deben disfrutar de las mismas ventajas de los centros urbanos.

Hemos concluido nuestro encuentro en el espíritu de las palabras elocuentes de Francisco en su encíclica Laudato Si, decididos a buscar nuevas formas de trabajar juntos para construir un mundo sostenible, estable y basado en la justicia social. En el pasado, la raza humana ha experimentado graves amenazas locales, pero las amenazas tienen ahora un nivel mundial. Para resolver nuestro dilema común debemos aprender a amarnos unos a otros, a colaborar y a construir puentes en todo el mundo a niveles hasta ahora inimaginables”.

Fuentes:

Radio Vaticano / AsiaNews

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