Primera mujer con derecho a voto en el Sínodo de obispos
9:00 p.m. | 12 feb 21 (CX/RD).- Pequeños pasos, pero notables. Por primera vez en la historia de la Iglesia, una mujer tendrá derecho a voto en el Sínodo de Obispos. El papa Francisco ha nombrado a la religiosa Nathalie Becquart subsecretaria del ente vaticano que organiza las reuniones de obispos de todo el mundo para discutir cuestiones claves en la Iglesia. Y, en la misma semana, se anunció a la magistrada Catia Summaria como la primera Promotora de Justicia en la Corte de Apelaciones del Vaticano, en tiempos que Francisco busca dar independencia y agilidad al aparato judicial del Estado Vaticano, con procesos muy polémicos en el corto plazo.
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En otra apertura más que trascendental en una Iglesia católica dominada por hombres, el papa Francisco nombró a una mujer como subsecretaria del Sínodo de Obispos, algo sin precedente, donde tendrá derecho a voto, hecho que abre posibilidades para un cambio general en este sentido. El Sínodo de Obispos es el ente del Vaticano que suele organizar las reuniones de obispos de todo el mundo para que se discutan cuestiones de gran importancia para la Iglesia en forma colegiada y no centralizada. En el pontificado de Francisco, que insiste en la sinodalidad –el caminar juntos- adquirió una gran importancia.
En el último sínodo convocado por el Papa sobre la Amazonía, en octubre de 2019, aunque por primera vez fueron designadas mujeres consultoras y otras como expertas y auditoras, ninguna de las veinte religiosas que participaron pudieron votar. Algo que provocó fuertes protestas de diversos grupos de mujeres católicas, que juntaron firmas e hicieron diversas campañas mediáticas. Probablemente escuchando ese clamor y también a muchos padres sinodales que en su momento dijeron claramente que no veían por qué se les impedía el voto, Francisco designó como subsecretaria del Sínodo de Obispos a la hermana javeriana francesa Nathalie Becquart, actual directora del Servicio Nacional para la Evangelización de los jóvenes y para las vocaciones de la Conferencia Episcopal de Francia. Esto abre posibilidades de que pronto también las demás participantes de sexo femenino puedan hacerlo.
Así lo resaltó también el cardenal maltés, Mario Grech, secretario general del Sínodo de Obispos, en una entrevista con L’Osservatore Romano. “Con el nombramiento de la hermana Becquart y su posibilidad de participar con derecho a voto se ha abierto una puerta, luego veremos qué otros pasos se pueden dar en el futuro”, aseguró Grech. También comentó que el nombramiento “nos ayuda a recordar de manera concreta que en los procesos sinodales la voz del Pueblo de Dios tiene un lugar específico y que es fundamental encontrar los medios para favorecer en ellos, la participación efectiva de todos los bautizados”.
En una entrevista, la religiosa francesa prefirió no calificar la designación como un momento “histórico” en la vida de la Iglesia, diciendo que no le corresponde a ella determinar su relevancia: “El Espíritu Santo es el que está innovando continuamente. No me corresponde a mí decir si mi nombramiento es algo histórico. La gran novedad es Jesucristo, no yo. Simplemente lo vivo como un servicio”. Añadió que más bien lo que está siendo subrayado por Francisco es la “colegialidad”, es decir, no solo los obispos trabajando juntos y colaborando con el Papa, sino todos los miembros de la Iglesia haciéndolo, tanto hombres como mujeres. Becquart participó (sin voto) tanto en el Sínodo de los Jóvenes de 2018 como en el Sínodo de la Amazonía de 2019.
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Catia Summaria y su labor determinante en futuros procesos judiciales vaticanos
En lo que se considera una demostración de que el Papa está decidido a empoderar a las mujeres en las estructuras eclesiásticas, por primera vez, el pontífice nombró a una mujer como Promotora de Justicia del Tribunal de Apelación del Estado de la Ciudad del Vaticano. Esta figura funciona como un Fiscal, presentando el caso de una acusación penal frente a los jueces del tribunal del Vaticano cada vez que una condena es objeto de apelación. Francisco designó a Catia Summaria (74) para este cargo, que tiene una duración de cinco años.
Summaria, nacida en Italia, fue anteriormente procuradora general suplente del Tribunal de Apelación de Roma y tiene un largo historial de participación en cuestiones de derecho laboral. La medida es coherente con las nuevas normas para el sistema jurídico del Vaticano decretadas por Francisco, que da preferencia a profesores universitarios y a juristas veteranos en el nombramiento de jueces y magistrados. Estos, en teoría, ya tienen sus carreras e ingresos, lo que significa que no son vitalicios del Vaticano, y por lo tanto deben ser más independientes.
Y no se trata de algo meramente simbólico, ya que el sistema de justicia penal del Vaticano está adquiriendo una importancia cada vez mayor en el actual pontificado. Históricamente, el Tribunal de Apelación del Vaticano ha sido un organismo bastante aletargado, que solo se ocupa de unos pocos casos al año y en el que la mayoría de sus jueces desempeñan una doble función en la Rota Romana, el principal tribunal eclesiástico del Vaticano, en donde la mayor carga laboral es la gestión de casos de anulación.
En los últimos años, los tribunales penales del Vaticano se han vuelto más activos, incluyendo juicios de alto perfil por delitos financieros, que también han llamado la atención de los medios. En el corto plazo, Summaria tendrá en manos una apelación presentada por el ex presidente del banco del Vaticano, Angelo Caloia, por su reciente condena en un caso de fraude que implicaba la venta de propiedades del banco a precios inferiores a los del mercado y la sustracción del saldo. Y es posible que tarde o temprano tenga que hacerse cargo de las apelaciones derivadas de las polémicas compras de terrenos en Londres por valor de 200 millones de dólares que, hasta ahora, ha costado el puesto a cinco empleados del Vaticano y puede haber jugado un papel en la caída del cardenal italiano Angelo Becciu.
Y es probable además que el Tribunal de Apelación tenga mayor carga de trabajo, a la luz de una nueva ley que rige la adjudicación de contratos del Vaticano emitida por el papa Francisco el pasado mes de junio, con la intención de centralizar el proceso de contratación y lograr así economía de escala, así como inyectar transparencia y objetividad en el proceso.
Sin embargo, el dolor de cabeza más importante al que se enfrentan Summaria y sus colegas en el sistema jurídico del Vaticano puede ser que todo sea tanto político como una cuestión de estricta jurisprudencia. Hasta la fecha, todos los juicios penales de alto perfil del Vaticano han tenido como principales acusados a laicos o clérigos menores. Hasta ahora, ningún obispo ha sido acusado o condenado por ningún delito, lo que lleva a algunos a sospechar que se protege a las figuras de mayor rango. Y, prácticamente todos los delitos por los que han sido condenados estos laicos y clérigos menores han tenido que ser revisados y aprobados por las altas esferas. En la mayoría de los sistemas, si un delito se produce bajo la vigilancia de un ejecutivo, éste se considera responsable, ya sea por complicidad directa o, al menos, por supervisión negligente.
En algún momento, si las reformas de Francisco en el ámbito judicial apuntan a ser 100% confiables, tendrá que haber un enjuiciamiento de una figura superior en la estructura de poder eclesiástico. Cuando esto ocurra, será extraordinariamente delicado, lo que supondrá una enorme presión sobre los abogados y los jueces implicados para que lo hagan bien. Sin duda, Summaria no es la primera persona que es nombrada para un puesto en el Vaticano que, en retrospectiva, acaba pareciendo un trabajo imposible, o al menos uno que no le desearías a tu peor enemigo.
Sin embargo, es una de las pocas mujeres a las que se les ha encomendado una tarea de este tipo, y tal vez esa sea la última señal de seriedad sobre el empoderamiento de las mujeres que podría ofrecer el papa Francisco: ofrecer a una mujer no sólo el mismo rango y privilegios que a los hombres del sistema, sino también la misma frustración y dolor potenciales.
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Fuentes:
Artículo “Pope’s move for women’s rights anything but a token gesture” de John L. Allen Jr. publicado en Crux / Religión Digital / La Nación / Foto: Vatican News