El perfil de los nuevos cardenales designados por Francisco

8:00 p.m. | 28 oct 20 (RNS/RD).- De manera sorpresiva, el Papa anunció la creación de 13 cardenales, 9 de los cuales podrán elegir un nuevo pontífice en un futuro cónclave. Esta selección sostiene la visión de un colegio cardenalicio con una procedencia mejor distribuida y con un perfil cercano a las ideas que Francisco inspira en la Iglesia -y que se intenta darles continuidad en una próxima elección papal. Ahora el 45% de cardenales son del sur global, comparado con el 34% del cónclave anterior. Además, entre los elegidos está el arzobispo Wilton Gregory, primer cardenal afroamericano de los EE.UU. y el arzobispo Celestino Aós, que lidera una renovación en Chile, luego del escándalo de abusos sexuales en el clero de ese país.

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El anuncio fue inesperado porque ya hay 119 cardenales electores, solo uno por debajo del límite establecido por el papa Pablo VI en 1975. En el pasado, los papas solían esperar a que hubiera más vacantes antes de nombrar nuevos cardenales. Después del consistorio en Roma el 28 de noviembre, en el que los nombrados se convertirán oficialmente en cardenales, habrá 128 cardenales electores, ocho más que el límite canónico. Otros papas también han excedido el límite canónico; bajo Juan Pablo II en el 2001, el número creció a 135. Como detalle adicional, según el derecho canónico, no es necesario estar presentes para ser nombrados cardenales, lo que es importante ya que algunos no pueden viajar debido a la pandemia por COVID-19.

En los últimos siete años, Francisco ha ido rehaciendo gradualmente el colegio cardenalicio a través de sus nombramientos. En este momento, ha elegido el 57% de los 128 cardenales electores que podrían designar a su sucesor. Otro 30% fue seleccionado por el papa Benedicto XVI, y el 13% restante por Juan Pablo II. Como sus predecesores, ha elegido cardenales que respaldan su postura en los principales problemas que enfrenta la Iglesia. Ha buscado perfiles que se preocupan por los pobres y son pastorales en el enfoque de su ministerio, sin importar dónde sirvan.

Uno de los nuevos cardenales electores es el reverendo Mauro Gambetti, que ni siquiera es obispo. Es el custodio del convento adjunto a la Basílica de San Francisco en Asís, Italia, que es conocido por su alcance interreligioso. Cuando Francisco fue elegido, Gambetti dijo a Reuters, “Esta Iglesia, que para San Francisco es el rostro de la ternura, está lista para ir al alcance de cada hombre y reconocerlo como un hermano. Ese es el rostro de la ternura que vimos en el papa Francisco”.

Otro perfil que destaca es el del arzobispo de Washington, Wilton Gregory, quien será el primer cardenal afroamericano de los EE.UU. Generalmente de perfil bajo, en junio criticó duramente al Santuario Nacional Juan Pablo II, propiedad de los Caballeros de Colón, por acoger la visita del Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. La visita se produjo un día después de que el presidente ordenara la dispersión de manifestantes pacíficos -motivados por la violencia racial- cerca de la Casa Blanca con gas lacrimógeno. Este nombramiento trae agregado un gesto hacia una Iglesia que le haga frente al racismo.

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Mario Grech, obispo que recién asumió la secretaría general del Sínodo de los Obispos, también en numerosas ocasiones se ha mostrado sensibilizado con distintas problemáticas sociales, desde el drama de la inmigración hasta la realidad de las parejas homosexuales. Junto con Charles Scicluna, arzobispo de Malta, publicó una carta en la que ordenaron a sus sacerdotes dar la comunión y la absolución a “divorciados vueltos a casar” si estos se encontraban “en paz con Dios”. ¿La inspiración? Amoris laetitia, donde Francisco rechaza excluir a estas personas de los sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía.

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Celestino Aós, también está en la lista. Arzobispo de Santiago que nació en España pero vivió mucho tiempo en Chile, que sucedió el año pasado al cardenal Ricardo Ezzati, exarzobispo de la capital chilena que, junto a su antecesor, el cardenal Francisco Errázuriz, fue símbolo no sólo del mal manejo de los casos de abuso, sino también de una Iglesia distante, elitista y alejada de la gente. Aós ha trabajado humildemente y con determinación para ayudar a la iglesia en Chile a recuperarse de los escándalos de abusos sexuales.

Antoine Kambanda, arzobispo de Kigali, Ruanda, se volverá el primer purpurado de la historia de este castigado y pobre país. Perdió a sus padres y a cinco de sus seis hermanos durante el terrible genocidio contra los tutsis en Ruanda en 1994, y como obispo, ha trabajado duro para la reconciliación en su patria. También hay un filipino, Jose Advincula, arzobispo de Capiz; y Cornelius Sim, vicario apostólico de Brunei, primer cardenal de esa pequeña nación de mayoría musulmana. Junto a ellos el Papa quiso premiar con el birrete, por su trayectoria, a cuatro cardenales mayores de 80 años.

Cardenales de las periferias

También es notable la forma en que Francisco ha ignorado algunas de las procedencias geográficas más tradicionales (como Venecia y Milán), que en el pasado habrían tenido un lugar en el colegio cardenalicio. Mas bien ha hecho que el colegio de cardenales sea más africano y asiático, y menos europeo. El cónclave que eligió a Francisco era 52% europeo. Después del consistorio de noviembre, será solo 41% europeo. Es la proporción más baja de Europa en el cónclave en toda la historia. La proporción italiana se ha reducido al 17%, cifra similar al terminar el pontificado de Juan Pablo, antes de subir a 24% bajo Benedicto. Juan Pablo había reducido el número de cardenales italianos para poder nombrar más cardenales en Europa del Este.

Por otro lado, ahora el sur global (Asia, África y América Latina) abarca el 45% del colegio cardenalicio, el más alto de la historia. El cónclave que eligió a Francisco tenía solo un 35% del sur global. En esa misma tendencia, la proporción africana ha subido al 14%, desde el 9% del cónclave anterior; y Asia ahora constituye el 12,5% del cónclave, comparado a un 9% previo. Son los niveles más altos de todos los tiempos para África y Asia.

El porcentaje de cardenales de EE.UU. (7%) después del consistorio también será el más bajo en décadas, con solo nueve cardenales electores de EE.UU. América Latina, la región de Francisco, llega al 19% comparado con un 16% del cónclave pasado. El Papa también ha reducido el número de cardenales de la curia, las filas burocráticas del Vaticano. En su cónclave, eran el 35% de los electores; ahora es el 24%, que es lo que era al final del papado de Juan Pablo.

Aunque las cifras son significativas, el factor más importante es el perfil de los hombres a los que Francisco ha dado el sombrero rojo. Al hacer sus elecciones, ha buscado hombres humildes y orantes, profundamente comprometidos con Jesús, no buscadores de carreras o aquellos con comportamiento principesco. Ha optado por hombres con espíritu misionero, que se acercan a la gente y escuchan, hombres “con olor a oveja” que son misericordiosos, no juiciosos. Ha buscado hombres comprometidos con la cultura del encuentro, no de la confrontación.

Ha seleccionado hombres de un estilo de vida sencillo, con amor por los pobres, hombres que se preocupan por los migrantes, los marginados y los explotados, y que tienen el coraje de adoptar posturas proféticas en su nombre cuando es necesario. Ha elegido hombres llenos de esperanza, no profetas de la fatalidad. Al elegir cardenales electores con ese perfil, el Papa Francisco mira hacia el futuro.

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Fuentes:

“With 9 new electors, Pope Francis remakes the college of cardinals” de Thomas Reese, publicado en Religion News Service y “Analysis: Pope Francis’ newest cardinals will help pick his successor. Who are they?” de Gerard O’Connell, publicado en America Magazine / Religión Digital / La Nación / Foto: Palabra