¿Qué nos dijo Francisco sobre la homosexualidad en el sacerdocio?
5:00 p m| 1 feb 19 (AMERICA).- En un nuevo libro – entrevista con un sacerdote español, el papa Francisco afirma que la homosexualidad en el sacerdocio es “algo que me preocupa” y una cuestión “muy seria”. Señala que los sacerdotes gays que no pueden mantener sus votos de celibato deben abandonar el sacerdocio en lugar de vivir “vidas dobles”.
También aconseja no admitir a hombres gays en los seminarios si su homosexualidad está “profundamente arraigada” y sugiere que una percepción social de la homosexualidad como “de moda” ha impregnado la cultura católica. “America Magazine” reunió los comentarios del P. James Martin SJ, y del psicólogo Thomas Plante, catedrático de la Universidad de Santa Clara, sobre las declaraciones del Papa en un tema controversial.
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Los comentarios del papa Francisco han provocado consternación en muchos de sus seguidores, quienes se preocupan de que esté retrocediendo en el enfoque más pastoral hacia los católicos L.G.B.T. -que ha sido una de sus consignas-, y satisfacción en algunos de sus críticos habituales, quienes se quejan de que su persistente énfasis en la misericordia a veces puede alterar la doctrina de la Iglesia. Otros, probablemente solo se quedaron perplejos después de esta última controversia. ¿Es el mismo tipo que preguntó: “¿Quién soy yo para juzgar?” cuando le preguntaron por un sacerdote gay en el 2013?
Si los sacerdotes homosexuales que fallan con el celibato deben dejar el sacerdocio, los católicos y los observadores de la Iglesia preguntaron en los medios sociales, ¿qué pasa con los sacerdotes heterosexuales que incumplen de manera similar con sus votos?
“No es la primera vez que el papa Francisco ha sido malinterpretado, y algunos titulares en los medios le dieron a la gente una impresión equivocada”, dijo el editor general de “America Magazine”, James Martin SJ, en una entrevista realizada por correo electrónico el 3 de diciembre. “Pero también es cierto que sus comentarios fueron confusos”.
“Primero habla de sacerdotes homosexuales que expresan sus ‘afectos’, es decir, que son sexualmente activos, lo que obviamente condena”, señala el Padre Martin. “Dice que no deben ser aceptados en seminarios u órdenes religiosas, pero luego dice que los sacerdotes homosexuales deben ser ‘impecablemente responsables’, lo que lleva a la conclusión de que los acepta si son célibes…”. Mi sensación es que esencialmente está recordando a los sacerdotes gays que sean célibes, como todos los sacerdotes deben ser”.
El indicio del Papa de que la “homosexualidad” se ha puesto “de moda” en la cultura occidental contemporánea sorprendió y dolió a muchos. “No puedo hablar por el Papa, pero asumo que por ‘a la moda’ quiere decir que uno lo ve más y más en la vida pública”, dice el Padre Martin.
“Pero si se refiere a que uno es gay simplemente porque está ‘a la moda’, eso no sólo está mal, sino que es hiriente y perpetúa la idea de que los homosexuales ‘eligen’ su orientación. Eso significaría que va en contra no solo de todos los psiquiatras de renombre, sino también de la experiencia vivida por la gente L.G.B.T.”.
Pero, ¿el Papa se ha desviado verdaderamente de lo que la Iglesia ya ha dicho acerca de los hombres homosexuales en el sacerdocio o en su formación sacerdotal? “No realmente”, dice el Padre Martin. “Pero es importante ver sus comentarios en contexto con sus declaraciones anteriores sobre los sacerdotes gays y la gente L.G.B.T. Su cita más famosa,’Quién soy yo para juzgar’, fue una respuesta a una pregunta sobre sacerdotes homosexuales. Y, más recientemente, le dijo a su amigo Juan Carlos Cruz, un hombre gay y víctima de abuso: Dios te hizo así”.
El psicólogo Thomas Plante, profesor de psicología de la cátedra Cardenal Augustin Bea SJ, en la Universidad de Santa Clara en California, rastrea el origen de estas declaraciones impactantes del Papa hasta el 2005, cuando el Vaticano publicó una instrucción sobre la admisión al sacerdocio de hombres con “tendencias homosexuales”. Ese documento propone, en efecto, las mismas distinciones que Francisco trató de analizar brevemente en su diálogo con Fernando Prado, C.M.F., “La fuerza de la vocación: La Vida Consagrada Hoy” -que si bien era aceptable admitir a candidatos que habían experimentado una homosexualidad “transitoria” en los seminarios católicos, los candidatos con una “homosexualidad profundamente arraigada” debían ser impedidos de entrar, aunque siempre tratados con sensibilidad y respeto.
El problema es que tales distinciones no se fundamentan bien bajo el escrutinio psicológico moderno. “A veces nuestra amada Iglesia se ve agobiada por estos documentos en algunos aspectos”, dice el Dr. Plante. “Creo que la gente romana de los cuellos y sombreros rojos que escriben estos documentos podría necesitar un poco de ayuda de especialistas en la materia”, agrega. El lenguaje de la instrucción no refleja “lo que realmente sabemos ahora sobre la sexualidad humana y la homosexualidad y cómo funciona todo esto”.
El Dr. Plante ha llevado a cabo miles de evaluaciones de aspirantes a seminaristas y esencialmente se ha dado por vencido -junto con los directores de seminario que lo consultan- tratando de hacer las distinciones en las que el Vaticano aparentemente insiste.
“El tema crítico aquí es que la orientación sexual de las personas, desde un punto de vista psicológico y como factor de riesgo en términos de la crisis de abuso del clero, es irrelevante”, dice el Dr. Plante. “Lo importante es cómo manejan sus impulsos. Cómo manejan sus deseos, gays o heterosexuales, esa es la cuestión”.
Cuando el Papa habla de un tema tan cargado, el Dr. Plante se preocupa de que “los sacerdotes homosexuales se conviertan en chivos expiatorios por el hecho de que son gays, no por el hecho de lo que están haciendo con su orientación… Es lo que son, no lo que hacen, y eso es un problema realmente grande”.
El Dr. Plante se pregunta por qué el Papa y otros líderes de la Iglesia no se acercan con más frecuencia a profesionales de la psicología o la sexualidad humana antes de hablar sobre el tema. “Se necesita mucha claridad porque es un tema polémico”, dice. “Se genera mucha emoción, ira y hostilidad” en torno al tema. “Hay que respirar hondo y ser muy claro al momento de expresarse porque cuando no lo seas, otras personas van a proyectar sus propias narrativas, sus propias historias”, dice, expresando su preocupación de que algunos usarán las palabras del Papa como “munición” para atacar a los hombres gays en el sacerdocio.
El Padre Martin está de acuerdo en que el uso de “lenguaje impreciso” o comentarios que “parecen contradecirse” puede confundir a la gente “y, en algunos casos, desmoralizarla”.
“También tienden a ser usados por ‘ambos bandos’ y crean más división en la Iglesia”, dice. “Todos podemos dar un mensaje con cierta improvisación, pero supongo que cuando eres el Papa esos comentarios son más propensos a causar daño”.
El Dr. Plante no cree, como sugieren algunos titulares, que el papa Francisco o la Santa Sede deseen expulsar a los hombres homosexuales del sacerdocio. “Veamos cómo resultaría si realmente tuviéramos una inquisición y retiramos a todos los sacerdotes que se identifican como homosexuales”, dice. El Dr. Plante especula que eso significaría una reducción de “un tercio, incluso hasta la mitad” del sacerdocio y la remoción y humillación de “personas que no han hecho nada malo y están manejando sus impulsos, algo que tienes que hacer ya sea casado o célibe o clérigo heterosexual”.
“Al papa Francisco, lo quiero mucho, pero no es un profesional de la salud mental”, dice el Dr. Plante. “¿Por qué no hablar con los profesionales del sector?… Hay muchos católicos comprometidos que quieren ayudar y saben sobre este tema. Permítanos ayudarle. Tenemos buenas intenciones y queremos ayudar a la iglesia.
“Si el Vaticano tuviera un techo con goteras”, dice el Dr. Plante, “no enviaría a un tipo con cuello y sombrero rojo en una escalera para que lo arregle, ¿verdad?”.
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Fuente:
America Magazine