Francisco en libro-entrevista con Dominique Wolton
8:00 a m| 3 abr 18 (RD/VATN/BV).- Desde que fue elegido Papa, Jorge Mario Bergoglio ha concedido varias entrevistas. “Papa Francisco. Política y Sociedad”, una reciente publicación, es el resultado de una docena de encuentros mantenidos entre el Santo Padre y el sociólogo francés, Dominique Wolton, entre febrero de 2016 y febrero de 2017. Los diálogos tuvieron lugar en la casa Santa Marta “al margen de todo marco institucional y sin protocolos”, señala el autor.
A lo largo de estas conversaciones en las que se abordan temas tan complejos como la guerra, la crisis europea, el compromiso social y político de la Iglesia, Wolton descubre que Francisco aporta otra identidad a la Iglesia católica. “Es a la vez humano, modesto, y al mismo tiempo, dotado de una gran determinación, con sus dos pies puestos en la Historia”. La conversación también aborda las dificultades que encuentra el pontífice en la Curia romana.
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Un hombre de una “gran espiritualidad”. “Un gran experto en comunicación política”. “Una mezcla entre franciscano, por su simplicidad, y jesuita, por su intelectualidad”. Son algunas de las caracterizaciones que hace el sociólogo francés Dominque Wolton del Papa Francisco tras haberle realizado una docena de largas entrevistas, el contenido de las cuales ahora plasma en un libro.
A Wolton, que pese a tener una formación católica se define como “un científico agnóstico y laico”, le atrajo la figura de Jorge Mario Bergoglio por ser “el primer Papa no europeo, el Papa de la globalización y el primer Papa jesuita”. Descubrió en el curso de hablar con él que es un Papa “muy original” que “habla como un laico” y que “no es un sacerdote al uso”.
“Su implicación política viene de su gran espiritualidad, y ésta tiene como guía vivir los Evangelios”, ha afirmado Wolton. A su juicio, el Papa tiene “un planteamiento de izquierdas, pero basado en la revolución que ya plantean los evangelios de exigir generosidad a los ricos e identificar a Cristo con los pobres”. “Esa idea de compartir viene del evangelio, pero su traducción política le sitúa a la izquierda”, según Wolton.
Añade que el Papa “no es un marxista, pero su lectura del evangelio es la que hace que defienda a los pobres y que apueste por evitar fracturas, construir puentes y dialogar permanentemente”.
A Francisco “le encanta el contacto físico, comer con la gente, tocarla, no es nada protocolario, rompe con la imagen tradicional del protocolo de un Papa y eso hace que sea muy popular”.
Al emprender este proyecto, la primera sorpresa para Wolton fue que no hubiera “un acuerdo previo”, y después descubrió en Francisco su “inteligencia y su fe, una persona confiada, elegante y con gran sentido del humor”, que no ha querido “fiscalizar” la escritura del libro. Cree que le eligió para escribir la obra porque le gustan los intelectuales franceses “si no son conformistas”, porque no es italiano, porque no es periodista y porque no es sacerdote.
Insiste en que Francisco “detesta a los pretenciosos, a los cardenales de aeropuerto”, y de hecho le permitió incluir en el libro “unas críticas muy fuertes a la curia”.
“Está a favor de la presencia de las mujeres en la curia y de que los divorciados puedan comulgar, y no se opone a la unión civil entre homosexuales, no llamándola con la palabra matrimonio”, ha añadido.
En sus encuentros hablaron “un poco, nada más” sobre fútbol, porque al Papa le gusta más que a Wolton, y Francisco hacía “permanentemente chistes sobre los franceses, los europeos y, especialmente los argentinos, porque son muy pretenciosos, y de esa forma de alguna manera hacía una autocrítica”.
Para Wolton, que es el actual director del Centro Nacional de Investigación Científica francés (CNRS), Francisco ha implantado “un estilo de papado más simple, más pastoral y menos oficial”, y será “muy difícil volver a los estilos anteriores después de este Papa”.
“Está empeñado en que las mujeres tengan un sitio en la curia; no le da gran importancia a la sexualidad, con lo que rompe con la tradición católica”, y se muestra “más tolerante y menos doctrinal con las formas de la familia”, puesto que da una gran relevancia a la familia, “tanto a una familia natural como a una familia recompuesta”, según Wolton.
Fragmentos del libro
1) Las guerras
—Dominique Wolton: Pero ¿dónde estaba Dios en Auschwitz? ¿Y dónde está Dios en el aplastamiento de los cristianos de Oriente?
—Francisco: Yo no sé dónde está Dios. Pero sí sé dónde está el hombre en esta situación. El hombre fabrica las armas y las vende. Somos nosotros, y nuestra humanidad corrompida. Pero a la gente le resulta fácil plantear esta pregunta: “¿Y por qué permite eso Dios?”. Sin embargo, ¡somos nosotros los que cometemos todo eso! ¿Y por qué nos permitimos hacerlo? El traficante de armas que las vende al que lucha contra otro, y que, a continuación, las vende también a sus adversarios… Qué corrupción…
2) “Partidos cristianos no”
—Francisco: Es esta una cuestión difícil, y tengo miedo de responder a ella. Me muestro favorable a que haya partidos que asuman los grandes valores cristianos: son valores orientados al bien de la humanidad. Eso sí. Ahora bien, un partido solo para los cristianos o para los católicos, no. Es algo que lleva siempre al fracaso.
3) Tsipras, “un político de futuro”
—Francisco: Hable con él. El día en que fui a Lesbos se mostró muy discreto. Pero, al final, cuando decidimos traernos con nosotros a los doce refugiados sirios, todos ellos musulmanes, hizo un comentario. Y me dijo una cosa valiente: “Lo que está por encima de todos los acuerdos son los derechos del hombre”. Un político que piensa así es un político de futuro, que reflexiona sobre lo que es Europa.
4) Donald Trump
—Francisco: Todo hombre o toda institución, en todo el mundo, tiene siempre una dimensión política. De la Política, con mayúscula, dijo el gran Pío XI que es una de las formas más elevadas de la caridad. Trabajar por una “buena” política significa empujar a un país para que avance, para que haga avanzar su cultura: eso es la política. Y se trata de un oficio. A mi vuelta de México, a mediados de febrero de 2016, me enteré por los periodistas de que Donald Trump habría dicho de mí, antes de ser elegido presidente, que yo era un hombre político, antes de declarar que, una vez elegido, haría construir miles de kilómetros de muros… Yo le agradecí que hubiera dicho de mí que era un hombre político, porque Aristóteles definió a la persona humana como un animal politicum, y eso supone un honor para mí. Por consiguiente, ¡soy al menos una persona! En cuanto a los muros…”.
5) Papa de los pobres
—Dominique Wolton: A propósito, ¿le gusta que le llamen el “papa de los pobres”?
—Francisco: Es algo que no me gusta, porque se trata de una ideologización. Una denominación ideológica. No, yo soy el papa de todos. De los ricos y de los pobres. De los pobres pecadores, de los que yo soy el primero, sí, es verdad.
6) “Me siento libre”
—Dominique Wolton: Usted viene de América Latina, pero tiene raíces europeas. ¿Le proporcionan sus orígenes latinoamericanos y su formación jesuita los medios para vivir las cosas de otro modo?
—Francisco: Un ejemplo que me viene a la cabeza, pero que no sé cómo expresarlo: soy libre. Me siento libre. Eso no significa que hago lo que quiero, no. Pero no me siento prisionero, en una jaula. En esta jaula, en el Vaticano, sí, pero no desde el punto de vista espiritual. No sé si es eso… A mí nada me da miedo. ¡Tal vez sea inconsciencia o inmadurez!
7) La paciencia, una virtud
—Dominique Wolton: ¿Cuál es su principal cualidad?
—Francisco: ¿La cualidad…? Yo diría simplemente que me gusta escuchar a los otros. Porque descubro que cada vida es diferente. Y que cada persona tiene su camino. Escuchar. No para cotillear, para juzgar, sino para abrirme a estilos de vida o logros diferentes… También tengo paciencia, por ejemplo para escuchar a algunos ancianos que parecen repetir siempre lo mismo. Es una paciencia que poseo de un modo natural.
8) “Cometo errores”
—Dominique Wolton: Es usted muy mediático, muy popular también. Mi pregunta es: ¿no hay un riesgo de desfase entre lo que usted dice a título personal y sus pronunciamientos oficiales? ¿O bien lo hace usted a propósito para crear otro tipo de comunicación, más directo, más allá de las instituciones?
—Francisco: Me parece que la prudencia es algo necesario. No una prudencia “fría”, sino la que permite comprender hasta dónde se pueden decir las cosas, y hasta dónde no hay que llegar. Reacciones, las hay, y yo mismo cometo errores. Me he equivocado dos o tres veces en mi modo de decir las cosas.
Fuentes:
Religión Digital / Vida Nueva / Abc.es