El alma en las imágenes: reflexiones sobre cine sacro
1:00 p m| 23 feb 18 (UDEM/BV).- Un homenaje a la espiritualidad y a los temas de evangelización plasmados en el séptimo arte fue la inspiración de la Cátedra de Arte Sacro (Universidad de Monterrey) en su XX Aniversario. Durante dos décadas, este foro académico -único a nivel mundial y avalado por el Vaticano- ha contado con la presencia de conferencistas en restauración, apreciación del arte, estética, música, filosofía, iconografía, diseño. Este año el tema de la cinematografía fue abordado en tres conferencias por Darío Edoardo Viganò, prefecto de la Secretaría para la Comunicación de la Santa Sede (conferencias completas en video).
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Ver cine sacro exige acción intelectual
En su primera conferencia titulada “Buscar a Dios en los rincones del visible. Cinema y Sacro”, monseñor Dario Edoardo Viganò analizó el cine sacro a partir de fragmentos de películas de directores como Pier Paolo Pasolini, Franco Zeffirelli, Cecil B. De Mille y Martin Scorcese, y habló sobre la importancia de cuidar la traducción de las cintas, pues muchas veces pueden ser buenas, pero no iguales: “La semántica, semiótica y pragmática, son los problemas de la interpretación del lenguaje que se hace en cada idioma”, explicó.
Luego, profundizó en la película “Antes de la lluvia”, del director de Macedonia, Milcho Manchevski, la cual calificó de “extraordinariamente bella”. Y es que –dijo– en el cine hay películas que consiguen despertar la conciencia intelectual que nos lleva a vivir con profundidad. Aseguró que Dios continúa hablando al mundo, pero es la tarea de cada quien descubrir qué nos quiere decir. “Si bien en el ámbito cinematográfico no existen producciones católicas bajo los grandes reflectores, sí hay católicos que buscan hacer buen cine ofreciendo mensajes trascendentes, quizá no confesionales, pero elevan el espíritu por la profundidad de su mensaje y por su belleza estética”.
Viganò concibió al cine como un lenguaje y un dispositivo de la imaginación, donde más que el dicho, importa la manera de decirlo. De ahí que al ver películas “buscamos lograr ver algo más allá de lo que está en la pantalla, algo superior: hacer perceptible el alma”.
Esto es cierto incluso en obras que no necesariamente cuentan historias cristianas. Abundó preguntando: “¿Podría un gran arquitecto que no es católico construir una iglesia? El arte es un proceso de transfiguración, no un proceso funcional. Puede haber no creyentes realizadores, pero que abordan temáticas y parábolas con temas religiosos”.
Respecto al cambio en la producción cinematográfica y las plataformas digitales que implican consumir cine “bajo demanda”, afirmo que: “Los procesos pueden orientarse, no detenerse, pero quien quiere hacer cine debe aprender el oficio de manera tradicional para procurar la calidad en factores como la fotografía, el encuadre y el campo”.
Celebró que la UDEM imparta la carrera de Cine y se dijo dispuesto a volver a dar alguna clase: “Las nuevas tecnologías crean muchos improvisados. Se necesita aprender la forma tradicional de hacer cine”, aconsejó a los alumnos para procurar la calidad en sus futuras obras.
Finalizó compartiendo que la Santa Sede se está adaptando a la evolución de los medios con las nuevas tecnologías, desde los jóvenes sacerdotes que rezan a través de un smartphone hasta el rediseño del sistema comunicacional del Vaticano acorde a la nueva dinámica digital, encabezado por su dependencia.
La temática cristiana en el cine
Durante el segundo día el tema con el que empezó la jornada fue el de la figura de Jesús y su palabra en el séptimo arte. En la charla “El rostro de Jesús en el cine: historia, modelos narrativos, cuestiones intersemióticas”, Viganò habló de cómo el cristianismo se refleja en el cine.
“Los medios de comunicación tienen patrones. La televisión tiene como patrona a Santa Clara, el radio al Arcángel Gabriel, la publicidad a San Bernardino de Sienna y el cine no tiene patrón. Mi deseo es que pueda tener un patrón y que sean los ángeles, porque los ángeles son luz y movimiento. ¿Y el cine qué es? Luz y movimiento. El cine es el cuento de las curvas de la existencia”, empezó el monseñor.
“Hoy el cine es diferente al de ayer. El cine mantiene los trazos de la época en la que fue hecho. Un realizador no prescinde de las coordenadas culturales con las que cuenta una historia y cuando esas coordenadas están impregnadas de simbolismo cultural, la película mantiene esta inspiración cristiana. Son filmes en los que se cuentan historias de prisioneros, de robos, historias personales y cuando están películas nacen en simbolismos culturales, nacen en un proceso hermenéutico que dan la posibilidad de leer una película, como un gusto cristiano”, aclaró el prefecto.
El monseñor Viganò recalcó que el cine ayuda a ver lo “invisible en lo invisible” y que un filme no necesariamente tiene que mostrar motivos explícitamente religiosos para transmitir un mensaje cristiano. Citó el ejemplo de la cinta de 1966, “Al azar de Baltazar”, del director Robert Bresson, en el que muestra una alegoría del destino trágico de Jesús. Otros de los ejemplos que usó fueron “El diario de un cura rural”, de 1950, también de Bresson; y la cinta de 1995, “La séptima morada”, de Márta Mészaros.
La influencia del cine en la documentación de la historia del Vaticano
El tema central de la tercera y última charla de monseñor Viganò giró alrededor de la documentación de la historia del arte italiano y, por consiguiente, la del Vaticano por medio del video y de otras nuevas tecnologías. La conferencia llevó el título de “El arte sacro en el cinema. Nuevos lenguajes e inéditas modalidades de narración en los documentales del Centro de Producción Audiovisual de la Santa Sede”.
“En la pequeña península que es Italia, que es un país pequeñísimo, es además importante porque está el Vaticano, se tiene la idea de que los medios de comunicación, en particular la televisión, tiene que seguir una diversión popular. Yo creo en cambio que las producciones de arte, cuando tienen un formato preciso y cuando han sido producido en alto nivel, tienen un público muy importante”, afirmó el religioso, quien además está encargado de los documentales de arte que se filman dentro de la Santa Sede.
El reverendo recalcó que el arte tiene la capacidad de cautivar audiencias de igual manera como lo hacen las series y las películas, y compartió una un pensamiento del papa Francisco. “El arte, aparte de ser un testigo creíble de la belleza de la creación, es también un instrumento de evangelización. Miremos la Capilla Sixtina. ¿Qué hizo Miguel Ángel? ¡Un trabajo de evangelización! La Iglesia usó el arte para demostrar la maravilla de la creación de Dios y de la divinidad del hombre creado a su imagen y semejanza”, indicó.
Asimismo, señaló que para apreciar y valorar íntegramente un “bien precioso” como lo es el arte sacro, la manera más razonable es retratarlo con las mejores herramientas posibles, tanto para capturar la belleza que ofrecen como para preservarlo para las generaciones venideras.
“La apreciación del arte, la apreciación de la belleza, es lo único que me separa a mí de un oso, de un perro, de un animal, porque soy un ser humano y es lo que me hace ser un ser humano”, reflexionó Carlos García González, director de la División de Arte, Arquitectura y Diseño (DAAD) de la UDEM, sobre la jornadas de arte religioso.
“Monseñor Viganò, usted nos ha llevado dentro del simbolismo, dentro del análisis profundo de lo que significa la película de arte sacro… El mundo de hoy es un mundo árido, nihilista, un mundo en el que el hombre se encuentra en una coyuntura muy profunda. Es un hombre que tiene ansias, necesidad de cubrirse y de llenarse de respuestas espirituales. El cine de hoy está buscando esa respuesta espiritual”, comentó la señora Florencia Infante de Garza, presidenta fundadora de la Cátedra de Arte Sacro.
Sobre el inauguración del evento
La bienvenida en el evento corrió a cargo de Florencia Infante de Garza, quien hace dos décadas fundó esta cátedra, con el apoyo del cardenal Francesco Marchisano, entonces responsable de la Comisión Pontificia para los Bienes Culturales de la Iglesia de la Santa Sede. Actualmente el proyecto cuenta con todo el respaldo del Consejo Pontificio para la Cultura, a cargo del cardenal Gianfranco Ravasi.
Álvaro Fernández Garza, presidente del Consejo de la UDEM, felicitó y agradeció el esfuerzo de Florencia Infante a lo largo de estas dos décadas de existencia de la Cátedra, la cual –dijo– tiene una gran importancia en la institución: “El tema del arte tiene mucha relevancia, pues nos mueve el interior, más allá de la parte estética”.
En esta ocasión fue monseñor Alfonso Cortés Contreras, arzobispo de León, quien, en representación del cardenal Gianfranco Ravasi, leyó la carta que tradicionalmente hace llegar el Consejo Pontificio de la Cultura a los participantes.
“Hoy está fuertemente en las comunidades eclesiales del planeta la conciencia de que el Séptimo Arte es un espejo de nuestro tiempo con sus grandezas y sus abismos, pero es también un camino para entrar en la modernidad y para anunciar el Evangelio”, señaló.
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Fuentes:
Universidad de Monterrey