Una posible apertura al uso de anticonceptivos por el Zika
8:00 p m| 24 feb 16 (THE TABLET/BV).- En la conferencia de prensa que ofreció en el vuelo que de Ciudad Juárez, última etapa de su gira a México, lo llevó de regreso a Roma, el Papa sorprendió con una apertura a la posibilidad del uso de anticonceptivos como un “mal menor” y ante casos excepcionales, como ahora la lucha contra el virus del Zika, especialmente riesgoso para las mujeres embarazadas. Francisco también desestimó y condenó en forma categórica el aborto como solución al mismo problema. Aquí el comentario publicado en el semanario católico The Tablet.
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Si los preservativos se pueden usar para detener la propagación del virus Zika, ¿puede decirse lo mismo para la prevención del VIH y el SIDA? No hay que olvidar, además, que otros papas y cardenales han hecho alusión a posibles ajustes en la enseñanza de la Iglesia al respecto.
“Evitar el embarazo no es un mal absoluto. En ciertos casos, como en éste (del Zika), como en el que he nombrado de Pablo VI, era claro”, indicó el Papa Francisco. Aunque también dijo que lo ideal sería que el mundo de la medicina encontrara una vacuna contra este virus contagiado por mosquitos.
Al respecto recordó que Pablo VI, al que definió como “grande”, “en una situación difícil en África permitió a las monjas usar anticonceptivos para casos de violación”. Aludió así a lo ocurrido en la década del setenta en el Congo belga, cuando un movimiento rebelde que buscaba la independencia, muy violento, sembraba el terror matando a los hombres blancos y violando a las mujeres blancas. Como en ese entonces en la colonia belga -hoy Zaire- trabajaban muchas monjas, el beato Pablo VI les dio permiso de utilizar anticonceptivos, porque si quedaban embarazadas ya no podrían seguir con su vida de monja.
Luego, Benedicto XVI en un libro de conversaciones publicado en el 2010, ante la pregunta, “¿La Iglesia católica no está fundamentalmente contra la utilización de preservativos?”, el Sumo Pontífice respondió: “[La Iglesia] no lo contempla como una solución real o moral pero, en ciertos casos, cuando la intención es reducir el riesgo de contaminación [del VIH], puede ser un primer paso para abrir la vía a una sexualidad más humana, vivida de otro modo”.
En ese texto -realizado con el periodista alemán Peter Seewald y titulada “La luz del mundo. El Papa, la iglesia y las señales del tiempo”- el Sumo Pontífice citó un único ejemplo: el de una persona que se prostituye. “Puede haber casos individuales, como cuando una persona que se prostituye utiliza un preservativo, donde puede ser un primer paso hacia una moralización, un debut de responsabilidad que permita tomar una nueva consciencia de que no todo está permitido y de que no se puede hacer todo lo que uno quiera”, afirma.
También cardenales, entre ellos Cormac Murphy-O’Connor y Godfried Danneels, argumentaron que los preservativos se podrían utilizar si en una pareja de casados uno de ellos tenía Sida.
La Iglesia Católica, basándose en la encíclica Humanae vitae (1968), justamente de Pablo VI, prohíbe el uso de métodos artificiales para el control de la natalidad, “todo acto sexual debe estar siempre abierto a la vida”. Los de postura rígida dicen que esto prohíbe el uso de anticonceptivos en cualquier circunstancia: si un esposo o esposa tiene SIDA entonces la única opción es la abstinencia.
Sin embargo, si se permite la anticoncepción en ciertas circunstancias -para prevenir la propagación del SIDA u otras enfermedades- ¿Habrán otras circunstancias que se puedan sustentar? Podría ser que el Papa abrió una puerta para evolucionar esa enseñanza y reducir la enorme brecha que existe entre lo que la Iglesia dice sobre el sexo y lo que sucede en la práctica.
Aquí la transcripción completa de la pregunta y la respuesta del Papa:
-Santo Padre, desde hace algunas semanas hay mucha preocupación en bastantes países latinoamericanos pero también en Europa por el virus Zika. El riesgo mayor sería para las mujeres embarazadas -hay angustia-. Algunas autoridades han propuesto el aborto o evitar el embarazo. En este caso, ¿la Iglesia puede tomar en consideración el concepto de mal menor?
-El aborto no es un mal menor: es un crimen. Es echar fuera a uno para salvar a otro. Es lo que hace la mafia. Es un crimen, es un mal absoluto. Sobre el mal menor. lo de evitar el embarazo. Hablamos en términos de conflicto entre el Quinto (“No matarás”) y el Sexto mandamiento (“No cometerás actos impuros”). Pablo VI, el grande, en una situación difícil en África permitió a las monjas usar anticonceptivos para casos de violación. No confundir el mal de evitar el embarazo, por sí solo, con el aborto. El aborto no es un problema teológico: es un problema humano, es un problema médico. Se asesina a una persona para salvar a otra (en el mejor de los casos), o para pasarla bien. Va contra el juramento hipocrático que los médicos deben hacer. Es un mal en sí mismo, pero no es un mal religioso al inicio: no, es un mal humano. Después, evidentemente, como es un mal humano cada asesinato es condenado. En cambio, evitar el embarazo no es un mal absoluto. En ciertos casos, como en éste, como en el que he nombrado de Pablo VI, era claro. También yo exhortaría a los médicos a que hagan de todo para encontrar también las vacunas contra estos dos mosquitos que contagian esta enfermedad. Sobre esto se debe trabajar.
Enlaces recomendados:
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- Analiza el Vaticano el uso del condón para prevenir el Sida
Fuentes:
The Tablet / La Nación