Que el verdadero Jesús se ponga de pie. Una entrevista con Daniel Harrington.
8.00 p m| 2 may 14 (USCATHOLIC/BV).- Para Harrington, la lectura de la Biblia no solo involucra una dimensión intelectual sino también espiritual: “Sumergirse en la Escritura no necesariamente va a hacer tal o cual decisión más fácil para cualquiera, pero sí te puede ayudar a responder las grandes preguntas como: ¿Quién soy? ¿Cuál es mi meta en la vida? y ¿cómo puedo alcanzarla?”. En esta entrevista describió y resaltó las perspectivas sobre la persona y vida de Jesús, representadas en cada uno de los cuatro evangelios y otros pasajes del Nuevo Testamento. Daniel Harrington SJ. (1940 – 2014) fue un reconocido profesor, escritor y estudioso del Nuevo Testamento, editor por muchos años de “New Testament Abstracts” y columnista de “The Word” y “America Magazine”.
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– ¿Cuáles son las imágenes dominantes de Jesús en nuestra cultura?
Mi sensación es que depende de la edad. Creo que las personas de 65 o más probablemente toman como imagen dominante la de Hijo de Dios. La generación intermedia, probablemente tiene la de Hijo del hombre, porque quieren identificarse con la humanidad de Jesús. ¿Las personas más jóvenes? No tengo claro cuál es la imagen que tienen de Jesús. Probablemente más como un maestro sabio o un buen ejemplo. En cierto sentido, eso no es de extrañar, porque cada generación en cada momento y lugar tiende a escoger y elegir entre las muchas imágenes de Jesús en el Nuevo Testamento.
Siempre me llamó la atención, por ejemplo, que una de las primeras descripciones de Jesús es como “Señor Jesucristo”. La muerte de Jesús fue en el año 30, y la primera carta Paulina fue aproximadamente del año 51, sin embargo, Pablo usa el título “Señor Jesucristo”, como si todo el mundo ya lo conociera y lo aceptara. Pero los componentes de ese título son enormemente significativos. Llamar a Jesús “Señor” es usar una palabra que se utilizó para Dios y también para el emperador. Y llamarlo “el Cristo” significa el Mesías, pero en las cartas de Pablo ya está funcionando casi como un apellido. Parece tan familiar para el pueblo las palabras de Pablo que no tiene que explicarlo. Simplemente dice: “Señor Jesucristo”.
– ¿Así es que las primeras comunidades cristianas asocian rápidamente a Jesús con Dios?
Sí, así como también se le asoció con una especie de contrafigura al emperador romano, que tiene obvios peligros políticos asociados. Y como un erudito lo describe, el desarrollo de la fe alrededor de la persona de Jesús no fue un acontecimiento. Fue una explosión.
– ¿Qué historia ilustra mejor a Jesús como el Hijo de Dios?
La confesión de Pedro en Cesarea de Filipo en Mateo (16:13-20). En Marcos, Pedro dice simplemente: “Tú eres el Cristo”, pero Mateo añade un título: Pedro dice: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Eso es un paso adelante, y el título “Hijo de Dios” se trenza entonces aún más en el evangelio de Juan, donde Jesús se convierte en la Palabra de Dios y la revelación de Dios.
Creo que cada evangelio a su modo tiene lo que llamamos “alta cristología”, una comprensión de Jesús compartiendo de alguna manera la divinidad de Dios. Tal vez los contemporáneos de Jesús lo vieron como un profeta que hablaba por Dios, pero los cuatro evangelios canónicos lo presentan como mucho más que un profeta.
El libro del Papa Benedicto XVI, “Jesús de Nazaret”, argumenta de manera enfática que los evangelios presentan a Jesús no simplemente como una figura humana, sino como una figura divina también. Y si usted lee los evangelios con simpatía (sin hostilidades), yo creo que hay que reconocer que el Papa ha sustentado un punto teológico muy importante.
– Si quisiera centrarse más en la humanidad de Jesús, ¿a qué historias de los evangelios se puede recurrir?
En primer término las historias sobre la tentación, donde, según Mateo y Lucas, Jesús tiene que lidiar con las tentaciones de placer físico, la fama, y el poder político. Él rechaza cada una de estas tentaciones. Son tentaciones en las que cada ser humano cae de alguna forma u otra. Aquí Jesús se identifica con la humanidad y a través de Él se refleja la mejor versión de la humanidad.
A Marcos le gusta centrarse en las emociones de Jesús, mientras que los otros evangelistas tienden a omitir esas referencias. En el primer capítulo de este evangelio, en la curación del leproso, Jesús está enojado, pero no queda claro el motivo de su molestia -la enfermedad, el poder del mal o del poder de Satanás. También muestra compasión en la misma historia. Así que el énfasis de Marcos en las emociones de Jesús sería un ejemplo de la humanidad de Jesús.
– ¿Se puede presentar a Jesús desde la perspectiva de cada uno de los cuatro evangelios?
Todos ellos comparten un fondo común de títulos: Hijo del hombre, Hijo de Dios, Hijo de David, el Señor, el Mesías. Son fundacionales. Pero cada uno de ellos tiene un enfoque distintivo de la figura de Jesús.
Para Mateo, Jesús es un maestro, y ha dado cinco grandes discursos, comenzando con el sermón de la montaña en los capítulos 5 al 7. Mientras que Marcos quiere demostrar que Jesús es un maestro sabio y un poderoso sanador, en ese evangelio Jesús es también el Mesías que sufre.
Para Lucas Jesús es el gran ejemplo. En otras palabras, él practica lo que predica. Esto viene a colación sobre todo en la narración de Lucas sobre la muerte de Jesús, en la que Lucas pone de relieve tres cosas que Jesús enseñó: el perdón de los enemigos; dar esperanza a las personas discriminadas, tales como el llamado buen ladrón; y la confianza en Dios, como en las últimas palabras de Jesús, “En tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 23:46).
En Juan, Jesús es el revelador y la revelación de Dios. Él es la Palabra de Dios en el sentido de que revela lo que hay en la mente de Dios, y es la revelación de Dios en el sentido de que si queremos saber cómo es Dios, debemos mirar a la persona de Jesús.
– Y Pablo, ¿Cómo presenta a Jesús?
Pablo enfatiza casi en su totalidad la muerte y la resurrección de Jesús, y su significado. Está interesado en los efectos salvíficos del misterio pascual de Jesús. Muy pocas veces cita alguna enseñanza de Jesús, y en un caso -la enseñanza sobre el matrimonio y el divorcio- Pablo parece dar una excepción al rechazo de Jesús hacia el divorcio.
Pablo no se reunió personalmente con Jesús. Su experiencia fue con el Cristo resucitado en el camino a Damasco. Obviamente fue una experiencia tan abrumadora que lo cambió todo en su vida.
– ¿Qué nos dicen estos retratos específicos de Jesús acerca de la comunidad de cada escritor?
Mateo estaba escribiendo para una predominante -si no exclusiva- comunidad judeo-cristiana. Y el maestro era un elemento muy importante en el judaísmo de la época; existe un gran interés en lo que enseña Jesús. Creo que lo que Mateo quiere decir es que Jesús es el “intérprete autorizado” de la ley del Antiguo Testamento, de la Torá. También que es el maestro más sabio de todos, precisamente a causa de que Él es el Hijo de Dios.
Yo pondría a Marcos en Roma, en la época de Nerón y poco tiempo después. Parece que la comunidad de Marcos estaba bajo amenaza de persecución, y tuvieron que luchar a brazo partido con el misterio de la cruz. En esta representación, Marcos esperaba encontrar ayuda en medio de la persecución mediante la identificación con el Mesías sufriente.
Es difícil localizar a Lucas, pero lo que quiere presentar básicamente es, como ya he dicho, a Jesús como el ejemplo. Algunos piensan, probablemente con razón, que hay tensiones en su comunidad entre ricos y pobres. Con historias como la parábola del hombre rico y Lázaro, con líneas como “Bienaventurados ustedes los pobres”, Lucas quiere instar a los ricos a adoptar una actitud más positiva hacia los pobres y actuar ahora antes de que sea demasiado tarde.
El evangelio de Juan no es tanto una especie de composición individual, ya que es testigo de un capítulo dentro del cristianismo, que es diferente de los otros evangelios. Había tensión, como lo hay en el evangelio de Mateo: Después de que el templo es destruido y la tierra cada vez bajo menos control judío, ¿cómo continuar la herencia de Israel? Tanto Mateo y Juan tratan de mostrar que Jesús es el cumplimiento del judaísmo.
Lo más importante de todo para Juan es que lo que parece una derrota -la crucifixión- es de hecho una victoria. Juan trata con la misma pregunta que Marcos: ¿cómo explicar la muerte de Jesús? Él lo explica de manera positiva, en el marco de la exaltación de Jesús y no parte de su derrota.
– ¿Cómo ayudar a alguien a que conozca a Jesús a través de las Escrituras?
La contemplación espiritual de San Ignacio es un buen punto de partida para ayudar a las personas a desarrollar una relación personal con Jesús, porque ese método, básicamente, te involucra en la historia. Te convierte en un participante, y por lo tanto a desarrollar una relación con Jesús.
– Si solamente pudiera elegir cinco pasajes para presentar a Jesús ¿cuáles eligiría? (sus cinco favoritos entre todos los evangelios)
Empezaría con el prólogo del evangelio de Juan (1:1-18). Proporciona el contexto en el Nuevo Testamento para la divinidad de Jesús y se hace eco del Génesis, que también comienza: “En el principio.” Creo que es un texto muy importante.
El Sermón de la Montaña, Mateo del capítulo 5 al 7, describe por lo que un discípulo de Jesús debe esforzarse e incluye las Bienaventuranzas.
Otro sería Marcos capítulo 8, la confesión de Pedro. Es un gran punto de inflexión en el evangelio de Marcos, como lo es en todos los otros evangelios.
El hijo pródigo, sólo en Lucas (15:11-32), sería una parábola representativa, ya que hace hincapié en la misericordia de Dios y plantea la cuestión de lo que pasó con el hijo mayor. Nunca nos damos cuenta si decide cambiar de opinión e ir a la fiesta, o si simplemente se escapó.
Y, obviamente, el quinto y último sería el relato de la Pasión. Me gustan todas las escenas sobre la muerte, pero sobre todo la audiencia de Jesús ante el sumo sacerdote en Marcos 14:62. Durante todo el evangelio de Marcos, cuando la gente le daba a Jesús títulos como Mesías o Hijo del Hombre, Él decía: “No, no, mantenga eso en reserva”. Él sólo acepta públicamente los títulos de Mesías, Hijo de Dios, y el Hijo del Hombre en su momento más bajo posible -es decir, cuando ha sido condenado por su propio pueblo. La verdad es que sólo se le puede entender en la cruz.
– ¿Hay malos hábitos en que incurre la gente al leer las Escrituras?
Uno es tener una reverencia excesiva por el texto. En otras palabras, leer todo como si se tratara de un diario de noticias. O no entender el humor en el texto. No entender por ejemplo el pasaje con la mujer siro-fenicia. O en Marcos 5:1-20, donde Jesús expulsa unos malos espíritus hacia unos cerdos. Para un Judío del siglo primero habría sido divertido, los cerdos merecían ser destruidos. Observe que los demonios en esa historia se identifican como “legión”, que, por supuesto, se refiere a una legión romana, la fuerza de ocupación en la región. Eso se suma al humor.
Luego, el no apreciar los géneros del texto y leer todo como si fuera el mismo tipo de forma literaria, puede llevar a la gente por mal camino. No todas las partes de la Escritura tienen que ser algún tipo de declaración cósmica. A veces el texto es sólo hablar de los esclavos fugitivos, como en la carta de Pablo a Filemón. El esclavo de Filemón, Onésimo, se escapa, y Pablo quiere enviarlo de vuelta, pero él quiere que Filemón lo acepte como un hermano en Cristo. Es una situación muy práctica.
– Si hubieras podido estar presente durante alguno de los relatos evangélicos, ¿cuál sería?
El primer capítulo del evangelio de Marcos comenzando con el versículo 21. Marcos lo presenta como un día típico en el ministerio de Jesús con la enseñanza, la sanidad, y todo tipo de cosas interesantes. Tiene lugar en Cafarnaún, uno de los lugares más bellos del mundo, al lado del mar de Galilea, un entorno precioso, todavía virgen. Cada vez que voy allí leo el primer capítulo de Marcos.
Fuente:
Extracto de entrevista “Will the real Jesus please stand up?: An interview with Daniel Harrington, S.J.”
Este artículo apareció en la edición de junio del 2009 de “U.S. Catholic” (Vol. 74, No. 6, página 18).
Creo que el artículo es muy claro y sencillo en la presentación de Jesús aunque es necesario algo de conocimiento de los Evangelios. Muy orientador, me ha gustado mucho los cinco pasajes para dar a conocer a Jesús. También lo de los cerdos y legión, nunca lo había pensado así.