Müller: ‘Debemos reconciliar los partidos que existen en la Iglesia’
8.00 a m| 9 oct 13 (VIDA NUEVA/BV).- En el marco de las X Jornadas de Teología de Comillas (Madrid), el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe habló sobre la Teología de la Liberación y las reformas de Francisco. Las declaraciones las dio a la prensa luego de presentar su ponencia “El Dios cristiano frente al ateísmo posmoderno en el magisterio de Benedicto XVI”, que fue la conferencia de clausura de las Jornadas que llevaron como título “Nuevas formas de ateísmo”.
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“El Dios cristiano frente al ateísmo posmoderno en el magisterio de Benedicto XVI”
Las estadísticas muestran un número creciente de conversos al ateísmo, cerca del 10 por ciento de la población del mundo se declara agnóstica o atea, pero “¿es el ateísmo una postura lógica?”, se preguntó el Prefecto. El neoateísmo no ofrece ninguna afirmación que no se pudiera encontrar en David Hume, añadió, la novedad es que hace un esfuerzo por ampliar el enfoque típico de las ciencias naturales, conduciendo a una visión del mundo supuestamente objetiva que no da espacio al hombre como sujeto responsable de los actos y en su relación con los demás.
“Esta visión del mundo promovida por el nuevo ateísmo se trata hoy como programa de opinión con el que hay que estar de acuerdo. Si alguien defiende la existencia de un Dios personal hay que ponerlo en cuarentena, considerarlo como un parásito”, señaló. “Y si miramos el ateísmo político, sembrado por el nacionalsocialismo y el estalinismo, es aún más evidente el problema de la intolerancia del nuevo ateísmo”.
Para Müller, el hombre no puede definirse de forma completa como mero objeto de sus propias investigaciones; para garantizar el proyecto de la libertad del individuo y la dignidad del ser humano, ante la instrumentalización de los intereses, es indispensable una metafísica de la realidad y una antropología de la trascendencia del hombre.
“Una metafísica del conocimiento de Dios no es solo interés histórico, sino condición para que el proyecto de la realidad no naufrague”, afirmó. Por eso, “más importante que el diálogo con las religiones es hoy el diálogo con la razón humana como tal, que abra las puertas a una teología natural, condición para entender la palabra de Dios”.
“La trascendencia de la persona se hace posible porque la creación es implícitamente una manifestación del ser y de la bondad de Dios”, continuó. Si el hombre, en su realización como libertad y espíritu, se aleja de Dios, pierde la gracia y cae en la culpa, y, sin embargo, la presencia salvífica de Dios asume el carácter de redención, dijo Müller.
El hombre es espíritu y libertad, pero en una forma finita. “Dado que el Dios trasciende y mueve todas las cosas, mueve también al hombre dada su naturaleza espiritual libre”, indicó. Dios no ejercita ninguna influencia físicamente medible sobre la libertad, no lo necesita porque va al encuentro. Además, se revela en la gracia como fuente eterna de la libertad creada y su horizonte eterno bajo la forma del amor, “frente al ateísmo postulatorio que contrapone la libertad de los hombres y la causalidad universal de Dios”.
Según Müller, los que niegan que la teología sea una ciencia, a menudo caen en diferentes formas de pesimismo, tipo cínico o nihilista. La Iglesia es la verdadera promotora de la modernidad donde la esperanza se hace posible para todos en la apertura al Dios, futuro del hombre. “La modernidad contrapone libertad a Dios, pero nosotros somos más modernos que los que se llaman modernos”, aseguró.
Declaraciones de Müller después de la Jornada
Al concluir el evento, el Arz. Müller habló abiertamente sobre la Teología de la Liberación, de Gustavo Gutiérrez, recientemente recibido por Francisco y con quien comparte la autoría de un libro al respecto, así como de su polémica con el cardenal de Lima, que le llamó “ingenuo” por su postura ante esta Teología. “Se ha dicho que soy de extrema izquierda. Todos somos ingenuos, pero él (Cipriani) debe saber que este no es el problema. No me importa ser ingenuo, pero es necesario reconciliar las alas, los partidos que existen en la Iglesia. Cuando todos aceptan la sana doctrina de la Iglesia, es posible tener un cierto pluralismo”, dijo.
En su opinión, la Iglesia debe superar las categorías política de izquierda o derecha, conservador o progresista: “Estas concepciones han entrado en la Iglesia, pero no tienen nada que ver con ella. Existe una unidad en una cierta pluralidad; una cabeza, un cuerpo, pero diferentes miembros”.
También afirmó que la Teología de la Liberación “nunca ha sido deshabilitada”, sino que es “un elemento legítimo” de la teología católica, porque esta “tiene que ofrecer una respuesta a esta situación (la pobreza), sobre todo en América Latina donde tantos hombres viven por debajo de la dignidad humana”.
“Tenemos la Doctrina Social de la Iglesia, pero también ha adquirido legitimidad esta teología que se ha desarrollado después de la Gaudium et Spes. Claramente, el magisterio ha rechazado formas o ideas que no iban con la teología católica pero Gustavo Gutiérrez nunca cayó en esta trampa de un cierto marxismo”, añadió.
En este sentido, apuntó que la Iglesia debe ser ejemplo y modelo de unidad, donde los hombres puedan vivir juntos a pesar de las diferencias: “Estas diferencias son adecuadas a la voluntad de Dios. Un cuerpo en Jesucristo, muchos carismas del Espíritu Santo”.
Sobre la reforma de la Curia que ha puesto en marcha Francisco, señaló que la Iglesia “no puede seguir el modelo de organización de entidades internacionales o estados. La Iglesia es una realidad divina y, por eso, la ONU o cualquier empresa no pueden ser un ejemplo para la curia. Las reglas del mercado o de la comunicación no pueden ser las reglas ni los principios de la forma de actuar de la Iglesia. La reforma siempre ha sido en Jesucristo, a través de Jesucristo”.
Del mismo modo, Müller no cree haya “resistencias” a la reforma espiritual que propone Francisco, aunque reconoció que las hay en todos los hombres a causa del pecado.
“Todos somos un poco flojos, queremos tener una vida cómoda y nos resistimos a dar nuestra vida. Necesitamos todos una conversión cotidiana, pero no es cierto que haya una oposición organizada contra el Papa. Esto sería un escándalo”, concluyó.
Fuentes:
Web de la Universidad Pontificia de Comillas / Revista Vida Nueva
Cada día me siento más contenta y más esperanzada por la Iglesia con el Papa Francisco y el Arzobispo Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe