Profundizar en la fe es el camino para lograr la libertad espiritual
“El Cardenal Martini tenía un acercamiento positivo a la realidad porque logró encontrar a Dios en todas las cosas, en todas las personas” dijo la máxima autoridad jesuita en una entrevista a propósito del reciente deceso del arzobispo emérito de Milán.
Entrevista con P. Adolfo Nicolás, por Gian Guido Vecchi
“Siempre me he sentido muy cercano al pensamiento de Cardenal Martini porque creo que corresponde completamente a la misión jesuita …”. Adolfo Nicolás, de 76 años, es el Superior General de la Compañía de Jesús, es desde 2008 el vigésimo noveno sucesor de San Ignacio de Loyola, cargo al que se llama popularmente “Papa Negro”, y es el superior de 18,500 jesuitas repartidos en 112 países en los cinco continentes. Ha concelebrado con cardenales y leído la tercera Plegaria eucarística en la misa por Martini, y ahora sonríe tranquilo en la sacristía del Duomo de Milán: “Mira, San Ignacio era un hombre libre”.
Padre, el mismo Benedicto XVI ha hablado de Martini como un “hijo espiritual de San Ignacio”. Existe la impresión de que no se pueda entender su pensamiento si no se parte de ahí, ¿es así?
“Sí, por supuesto. Hoy he escuchado a muchos obispos que lo decían, y sobre eso han escrito el Santo Padre y el Cardenal Bertone en sus mensajes. Creo Carlo Maria Martini era hijo de San Ignacio hasta el final. Y un principio fundamental de la espiritualidad ignaciana es precisamente la libertad que viene cuando escuchas el Espíritu: cuando se tiene acceso al Espíritu de Dios que no puede ser definido y, dice Jesús, viene como el viento, sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va.”
¿Qué significa eso, en el desarrollo del pensamiento?
“Si se alcanza esta libertad, entonces la visión del mundo es totalmente diferente. Hay un principio muy claro de San Ignacio: encontrar a Dios en todas las cosas. El cardenal Martini tenía un acercamiento positivo a la realidad porque tenía esa mirada, la visión de que Dios obra en todo: y ha encontrado a Dios en todas las cosas, en todas las personas. De ahí el gran respeto que tenía por creyentes y no creyentes, de cualquier clase. Todos tienen una chispa de Dios que es necesario encontrar. Y espero que el próximo mes, en el Sínodo sobre la Nueva Evangelización convocado por el Papa, podamos ser tocados por este principio.”
Hay quien pinta a Martini como un rebelde frente a la doctrina de la Iglesia. El padre Lombardi replica que esa interpretación es “de una superficialidad extrema”. ¿Usted qué piensa?
“Es cierto, de hecho se trata de profundizar. La libertad ignaciana es el resultado de una profundización de la fe, no de rebeldía o impugnación. Piensa que en tiempo de San Ignacio, ¡la Iglesia estaba mucho peor! Sin embargo San Ignacio alcanzó profundidad en la búsqueda humana de Dios, de la verdad, de todo lo que tiene sentido. Y es esta profundidad la que da libertad; la que permite hablar con tanta libertad de cosas a las que otros se sienten impulsados a confrontar”.
En el libro “Conversaciones nocturnas en Jerusalén” hay un capítulo dedicado a los ejercicios espirituales, “Los guías espirituales son amigos en el sentido evangélico: acompañan, hacen preguntas, hablan, pero no se pueden meter entre el individuo y Jesús, más bien promueven el diálogo personal con Jesús”.
¿El estilo de la evangelización tiene que ser así?
“Por supuesto, ¡el guía no decide! Y realmente espero que la nueva evangelización comience encontrando qué ha hecho Dios en las personas antes de decir lo que yo quiero o tal vez lo que yo creo que Dios deba hacer… Esta es una pregunta que me hago: Yo viví 48 años en Asia, y creo que tal vez nosotros los misioneros fuimos débiles”.
¿En qué sentido?
“En que no hemos hecho el esfuerzo suficiente para encontrar a Dios y la obra de Dios en otras culturas y otras personas. Sigue siendo un desafío llevar esa riqueza de Dios a la Iglesia universal. Creyentes de otros credos, no creyentes: Dios está obrando en la gente antes de que vayamos los misioneros. Ya está actuando. Por eso tenemos a los grandes sabios de Oriente. En todas las culturas existe una profundidad que ahora estamos en peligro de perder porque buscamos una respuesta a lo que ha hecho Europa. Y no la encontraremos. Sin embargo…”.
¿Sin embargo qué, Padre?
“Vamos a encontrar algo más. Como se suele decir, Dios es un Dios de sorpresas, no está predefinido, no hace las cosas como pensamos que deba hacerlas. Dios obra en todo. Y creo que el cardenal Martini estaba abierto esa sorpresa, ese asombro: ver lo que hay en el corazón de la gente.”
Traducción: Juan Fernando Vega