“La universidad tiene que ser agente humanizador”
Para conseguirlo, el gran reto de Blanquerna, es “seducir” a los alumnos. Para ello se basan en una metodología de trabajo, muy propia, que motiva al alumnado. “Todos los estudiantes tienen un tutor, y se trabaja en seminarios de 15 personas, una de las recomendaciones del Plan Bolonia”. Según Ibarz, también intentan transmitir que “los estudios que ahora cursan no serán para siempre: en el futuro necesitarán formación continuada”.
Como universidad de inspiración cristiana, tienen muy claro que “debemos educar al estudiante para que crezca como persona. La universidad tiene que ser agente humanizador que ayude al joven para que esta dimensión le acompañe en su vida profesional”.
Andreu Ibarz, casado y padre de tres hijos, pertenece a la asociación de salesianos cooperadores. “San Juan Bosco inventó un método pionero en su época: la educación según la razón; el corazón, lo que hoy se define como emotividad; y todo el entorno de la espiritualidad”.
Triple trabajo pastoral
Uno de los proyectos que Ibarz vive con pasión es la proyección de una pastoral universitaria como gran reto de futuro. En Blanquerna, el trabajo pastoral se canaliza en tres direcciones.
En el ámbito académico, todos los estudios tienen asignaturas que “garantizan a fondo el estudio del humanismo, de la antropología y del diálogo sobre fe y cultura”, explica Ibarz.
En cada facultad disponen de la figura del consiliario, que es el responsable de las actividades pastorales.
Y como tercera dirección se propone una oferta de voluntariado o trabajo social en distintas ONG. “Es un reto importante que une al profesorado y a los alumnos, como por ejemplo una visita guiada a la Sagrada Familia, o participar en un viaje a Tierra Santa”, comenta este humanista cristiano.
Imagen: (Vida Nueva) Andreu Ibarz