Las mujeres del Vaticano
TAREAS DOMÉSTICAS
«Porque, eso sí, religiosas siempre hubo en el Vaticano. En su mayoría, les encargaban tareas humildes, domésticas, como la portería, la cocina o hacerse cargo de la limpieza», explica Lina Petri, empleada de la oficina de comunicación del Vaticano desde hace 25 años. Solo poco a poco también las laicas fueron ingresando en la cuna del poder eclesial y ahora están escalando posiciones. «El aumento de la presencia y el peso de las mujeres obedece a una estrategia: el papa Benedicto XVI quiere ver a más mujeres en el Vaticano», explica Giovanni Maria Vian, director de L’Osservatore Romano. De ahí que en la redacción de Vian por primera vez en los 150 años de historia del periódico del Papa ha aparecido una mujer: Silvia Guidi.
Otros cargos importantes son:
Claudia di Giovanni : Directora de la Filmoteca Vaticana.
Barbara Frale: Oficial en el Archivo Secreto Vaticano .
Barbara Jatta: Responsable de los Grabados en la Biblioteca Apostólica Vaticano.
Micol Forti: Responsable de la sección de arte contemporáneo de los Museos Vaticanos.
Eurosia Bertolassi: Mano derecha del secretario de Estado, Tarcisio Bertone.
CAMBIO DE TENDENCIA
«La inversión de la tendencia se remonta al Concilio Vaticano II de 1965, cuando la Santa Sede se abrió a la presencia de las mujeres dentro del Vaticano. Pero se ha avanzado mucho con Benedicto XVI y antes, durante los últimos años de pontificado de Juan Pablo II (autor de Mulieris Dignitatem, el único documento sobre las mujeres en más de 2.000 años de historia eclesial)», explica el vaticanista Ignazio Ingrao.
De todas formas la situación dista mucho de ser igualitaria. La mayoría de las mujeres empleadas en el Vaticano se encuentran entre los niveles 5 y 7 en un sistema funcionarial de 10 niveles, a lo que se suma que los cargos más altos dentro del Vaticano están excluidos de este sistema.
Sin embargo, una influyente excepción es la estadounidense Mary Ann Glendon, profesora de Derecho en Harvard y actual presidente de la Academia Pontificia para las Ciencias Sociales, una institución autónoma de la Santa Sede, que promociona la doctrina social vaticana.
Lo explica Ingrao: «La cuestión es que, a nivel jurídico, el acceso a algunos cargos solo se permite a los que están ordenados». Y en eso nada ha cambiado Benedicto XVI: las mujeres siguen sin poder ser ordenadas sacerdotisas.
Imagen: Mary Ann Glendon, presidente de la Academia Pontificia para las Ciencias Sociales de la Santa sede junto al Papa Benedicto XVI.