Acuerdos entre el Vaticano y Vietnam
3.00 p m| ROMA, 05 ago. 10 (CHIESA/BV).-La voluntad de las autoridades políticas de controlar y determinar los nombramientos de los obispos católicos no es prerrogativa sólo de China. También lo es de Vietnam. La diferencia es que en Vietnam este proceder está codificado por un acuerdo con la Santa Sede. Cuando una diócesis está vacante, Roma presenta tres candidatos, entre los cuales las autoridades vietnamitas excluyen las que no les agradan.
Este año, ha habido un sonado cambio en la diócesis de Hanoi. El arzobispo Joseph Ngo Quang Kiet, desde hace tiempo en conflicto con el gobierno, ha dimitido, aunque tenía sólo 58 años, oficialmente por motivos de salud, y en su lugar ha sido colocado otro obispo juzgado más proclive al régimen.
Pero no sólo eso. Pocas semanas después la Santa Sede ha anunciado en acuerdo con las autoridades vietnamitas, que pronto nombrará un representante suyo ante el gobierno de Vietnam. Un paso interpretado por todos como un preludio al establecimiento de relaciones diplomáticas oficiales entre la Iglesia de Roma y este país.
La concatenación entre ambos hechos ha inducido a muchos a interpretar la sustitución del obispo de Hanoi como un precio que Roma tuvo que pagar para favorecer las negociaciones. Vietnam es uno de los pocos países que no mantiene relaciones diplomáticas con la Santa Sede, junto a China y Arabia Saudita.
En realidad el juego es más complejo. Y es más crucial en cuanto que se trata de un país asiático en el cual la presencia de la Iglesia es fuerte y vital. En Vietnam los católicos son más de 6 millones, el 8 por ciento de los 84 millones de habitantes. Y están en aumento, con muchos miles de bautismos de adultos y numerosas nuevas vocaciones religiosas y monásticas cada año. Además, los católicos vietnamitas son más activos en el campo público. Donde sin embargo encuentra la reacción del régimen comunista, que ya los somete a fuertes limitaciones.
En los últimos años los católicos han intensificado su acción, siempre pacífica, hecha de vigilias, de procesiones, de oraciones. Pero la opinión pública internacional está muy poco informada acerca de estas, a pesar de que movilizan cientos de miles de personas, muchas más, por ejemplo, que las de los cortejos budistas en Birmania de hace algún tiempo, de lejos más publicitados.
A este silencio contribuye la extrema cautela con la que las autoridades vaticanas se mueven. “L’Osservatore Romano”, aún siendo rico en informaciones internacionales, guarda silencio sobre las manifestaciones públicas de los católicos en Vietnam. En el 2008 el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone escribió al obispo de Hanoi que contenga a sus fieles, para no dañar “el diálogo con las autoridades”.
Imagen: (Reuters)Comunidad católica en la consagración de John Mary Vu Tat. Nuevo obispo de la ciudad vietnamita de Son Tay.