Leo que el congresista Muñante le va a enseñar a las mujeres a definir qué es ser mujer y realmente le envidio. Ya quisiera yo tener tanta claridad de ideas. Imagino que teniéndola, la vida sería mucho más sencilla… ¿o no?
Lo que sí es que desde ahora Muñante asciende muchos peldaños en mi escala de lumbreras del conocimiento. Al mismo tiempo, me doy cuenta que he admirado a puro confuso que ni siquiera puede esbozar una respuesta a la pregunta sobre ¿qué es ser mujer? o ¿qué implica lo femenino?
Para identificar a ese conjunto de falsos totems nombraré algunos:
- Obviamente debo empezar por Freud. Ese barbón que veía sexo y envidias del pene por todos lados llegó a preguntarse: “Was will das Weib?” (¿Qué quiere la mujer?) después de identificar la histeria y catalogarla como un mal femenino y después de elaborar todo un discurso intentando explicar la psique humana… en términos masculinos.
- Cerquita debería poner a Lacan, el revisionista. ¿Pueden creen que en su momento dijo: La mujer no existe? ¿Qué nivel de forclusión es este?
- Luego, pondría a Butler (¿Ya conté que si un día tuviese una hija le pondría o Judith o Hannah?). Mira que pese a ser mujer y decir que: “Ser mujer no es un hecho estable, sino un proceso de performatividad” le da todita la razón a Muñante. Es decir, ¿si eres mujer, vives siendo mujer, performar tu feminidad y no puedes atrapar todo eso en una simple definición, entonces estamos en problemas, no? Muñante, por favor, aclárale las ideas.
- Pegadito pondría a Woolf: “Como mujer, no tengo país. Como mujer, mi país es el mundo entero.” Pues se entiende Virginia, y si por si fuera poco, tampoco tienes la claridad para decir que es ser mujer así que expropiamos la posibilidad que tú y el resto de las mujeres definan que es ser lo que son y se lo damos a Muñante. Además, muy propio esto último porque el mismo Muñante le ha dicho a los colectivos feministas: si ustedes no pueden definirse, lo hago yo.
- Y cierro con Lispector, quien dijo: “Ser mujer es una condición que no termino de entender.” Ya pues, ¿qué más puedo decir?
Entonces, ¿Muñante está por encima de todas estas mentes (social)confusas? Pues el derroche de seguridad con el que va por las redes sociales hace creer que sí, pero eso tiene una pequeña/gran trampa: Muñante apelará a un enfoque biologicista. Es decir, para Muñante -así como para muchas otras personas- esto se define por los cromosomas, anatomía y las funciones reproductivas, pero pero peeeeeeeeerooo: la biología contemporánea pone en tela de juicio tanta seguridad. Cito un par de datos por si quieren explorarlos.
- Hay una serie de condiciones en los que algunas personas con cromosomas XX no presentan características comúnmente atribuidas a las mujeres ni todas las personas con cromosomas XY presentan características comúnmente atribuidas a los hombres. Revisar el síndrome de andrógenos insensibles y el de Turner.
- Hay algunas expertas que aportan evidencia que en el reino animal hay más de dos categorías sexuales o que estás podrían ir en continúo. Suelto los nombres y ya las buscan: Joan Roughgarden y Anne Fausto-Sterling.
Así que Muñante y compañía han elegido con sabiduría un enfoque biologicista algo antiguo, pero que les permite cerrar el debate. Es que quizá, y tomándose ciertas libertades, “living is easy with eyes closed misunderstanding all you see”.
Asi que, el costo es cerrar o entrecerrar los ojos, decidir que hay cosas que no quiero ver, dejarlas de lado y quizá si me esfuerzo, si me escabullo, si les huyo, entonces quizá solo así dejen de existir, ¿no Muñante?
(¿Debería hacer un listado sobre lo que se deja de lado?)
Sacrificios que hay que hacer o, como le digo a mis estudiantes: Elegir una perspectiva (llámale como quieras: teoría, enfoque, postura, etc.) te permite hacer algunas cosas y te impide otras.