Por ELovo | poeta
El Gobierno ha insuflado un vientre materno que desea abortar
en su vientre crece una masa de pobreza convexa
que cada vez se hace más y más circular.
Los fetos se mueven buscando saciar el hambre y obtener un cobijo entre miles.
La leche que no llega tarda kilométricamente
y la Primera Dama, unicornio negro, la concibe con aversión e inhibición.
Crece la panza intestinal curvada, deteriorada, humillada,
y el Monopolio del Poder ahoga únicamente al embrión-sin-porvenir.
Muere un aborto, muere otro aborto, muere una niña peruana, o un niño peruano.
Y el Gobierno, con su Ministerio de la Desnutrición, llena los bolsillos congresales
ignorando al futuro-grupo-humano-de-su-vientre.
Crece y crece el magma pobre con ojos míseros-misericordiosos
en el fruto maldito del siglo viente, veintiuno, veintidós, … No hay PROLAPSO.
Y las Ministras Ejecutivas no son clementes, ni piadosas, ni dulces Vírgenes María.
Ellas, cuan pésimas nornas, también expulsan de sus tripas a la inocente penuria hecha cada vez raquíticocadáver
El Gobierno sigue y sigue y sigue insuflando un vientre materno que odia,
El Presidente sigue engordándolo y no le entrega nada qué almorzar.