8 te dije cuando nos sentábamos a sexuar tus piernas y las mías
a mitad de la lluvia líquida de la libido ardiente
4 era el momento del apocalipsis sinuoso cerril dantesco
en la que genuflexas tus rodillas resistía cuan trágico embate tierno
69 abrazos desembocaban en una bocacalle singular melliza par
enlazándose como una sola enredadera carnívora cavernícola y deseosa
2 tiempos de pie u horizontal descalzos yacíamos en la playa de aquel cuarto
gobernándonos el uno al otro como viviendo en un palco congresal agresivo y nuestro