Era la hora escabrosa, la hora más negra, era la hora del mal -recuerdas.
Y cómo voy a olvidar la hora en que nos cae tanta mierda en el cabello.
Y cómo podemos olvidar la mísera hora en que nos aborta la madre celestial.
Cómo podemos.
Esta hora mezquina, que arremete a nuestras espaldas, destruye las ingenuas inocencias violándolas sin piedad.
Esta hora sangrienta, que quita el pan a la comunidad, asola el futuro, el embarazo y el pobre desayuno.
Y dirás: “Esta hora in-cuerda, in-nítida, in-buena, in-compansiva es divina, sobrehumana y sacramental”.
Y dirás: “Es la hora sobrehumana”.
Esta hora loca, soberbia, pero gloriosa y precisa para la bóveda célica, nos des-huesa, des-calabra, des-niega, des-compensa, des-nutre, des-respira.
Lovón Cueva, Marco. Era la hora. Lima: 24 mayo 2013.