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En la noche delicada cuando la brisa llama a las olas un silencio arenoso duerme bajo una luminosa luna que sonríe tiernamente a la enemiga noche
En aquel cuarto nocturno donde solo cabe la luna la brisa las olas y la enemiga el silencio arenoso reposa cuan moribundo en un altar
Y a pesar de las huellas de las legiones y del roce de los ángeles desde aquel entonces y las lluvias inamistosas que comenzaron en la génesis divina el silencio arenoso no ha dicho nada bajo la luna blanca
Lovón Cueva, Marco. Silencio arenoso. Lima: 19 enero 2013.