El último discurso de Séneca, saepe noster

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Tu error convoca a esta hora a un imprudente suicidio,
y tu injusticia infame y egoísta cambia los romanos-caminos.

Morir, Nerón, con valor, en este día-historia, es divino-digno;
y es digno hoy también los clavados-sacrificios.

Hoy la Hispania ya sabe que en aquel coliseo circense recorre sangre cristiana,

… y alguna que otra laica, y alguna sangre estoica, y otra mucha más romana

En este tu día-oscuro, en el que enmudecen mis labios y mis huesos no-materiales, no-mundanos,
la muerte, la muerte en sí misma, no resulta absolutamente ganadora gloriosa o vengadora

este momento de-momento-vacuo, de honda-nada, de vil-emperadores, de actitudes adversas,
habrás de aprender, mi pequeño y extraviado discípulo,
que algo muy profundo, y fructífero en la vida, es el bien de ser ser-imperturbable,
un lejos-muy-distante-que-no-eres, el ser-una tranquilidad del espíritu,
espíritu que te-lo-has turbulenta-e-irremediablemente condenado

 

Lovón Cueva, Marco Antonio. El último discurso de Séneca. Lima: 8 febrero 2011.

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