Estamos en el octavo año del siglo XXI. La extrema pobreza y la pobreza convive con la riqueza y la opulencia. Este estado de cosas ha sido el producto del pensamiento dual que se impuso, impregnando nuestra cultura desde la llegada de Pizarro.
El pensamiento dual considera dos polos: quienes se denominan los buenos, crean a los malos. Como ver en un espejo: los malos son la imagen invertida de los buenos. Se vuelve relativo, visto desde el lado de los malos, realmente los buenos son ellos y los malos son quienes se llaman los buenos. Los que se llaman los buenos, aspiran a mayor riqueza, solo así se sentirán superiores. El pensamiento dual sembró la falsa realidad: todos los malos deben carecer de riqueza. Pero, las leyes biológicas del desarrollo humano que operan independientemente de los pensamientos, nivela: todos tienen las mismas necesidades de alimentación, de integrarse a un ecosistema de vida, la especie no puede extinguirse. Nadie se querrá morir de hambre, en consecuencia sobreviene la violencia, por que existen los buenos, que al considerarse buenos, llegaron a pensar que son los únicos con derecho a la plenitud de la satisfacción de sus necesidades.
La educación desde la llegada de Pizarro, se impregnó del pensamiento dual. La Biblia tiene como eje de autoría la primacía del pensamiento dual: Dios y el Diablo, el Infierno y el Cielo, Santos y Pecadores, los Sabios y los Ignorantes, etc. Los que alcanzan la verdad viven en la luz y los que siguen en la ignorancia viven en las tinieblas, esta frase aparentemente inofensiva, a lo largo de los siglos obnubiló la realidad: que cada persona es única, irrepetible; por tanto, con potencialidades propias que nadie más tendrá. Los buenos y los malos no existen. La verdad es infinita, es mucho más que la realidad, alcanzar ese más allá es ingresar a la plenitud del desarrollo humano.
¿Cómo sacar de las mentes el pensamiento dual? El punto de partida es reconocer que todos tenemos las mismas necesidades, pero que cada uno tiene sus propias potencialidades que para desarrollarlas requiere de libertad plena. Por un instante haz el ejercicio ¿cómo sería la vida sin buenos ni malos? Por un instante en la historia el hombre se acercó a la eliminación del pensamiento dual, negando las ideas como generadoras de la materia, e invirtiendo, que era la materia que generaba las ideas. Pero resultó que estos últimos, los ateos, resultaron siendo los buenos y los idealistas su espejo resultaron siendo los malos. En el intento de eliminar un tipo de pensamiento dual, se paso a otro pensamiento dual. Producto de este nuevo pensamiento dual, fueron violentamente eliminados los profesantes de religiones (los monarcas, los popes, los burgueses), y empezaron a reinar los ateos (los proletarios, los soldados rojos); así como siglos atrás fueron eliminados los que profesaban el Dios malo por acción de los que profesaban el Dios bueno.
Si la escuela que diseña una sociedad, está orientada a perpetuar la dualidad, es claro que esta escuela se convierte en forjadora de la violencia. Así, han aparecido la escuela que forman a los buenos y la escuela que forma a los malos. El Ministro de educación habla de profesores buenos y profesores malos. Les aplica un tamiz (evaluación censal, etc.) para separar a los buenos de los malos. A los buenos que han pasado el tamiz, los premia, capacitándolos, se supone con los profesores buenos de las instituciones que los formaron (Instituto o Universidad). El resultado no es más que una agudización de la dualidad. Los profesores malos seguirán siendo más malos. Se requiere diseñar la escuela del futuro: aquella que elimine de su currículo la diseminación del pensamiento dual.
Como se puede apreciar, la tarea de una comunidad, que requiere una escuela nueva que impulse su desarrollo, deberá hacerlo desde un enfoque totalizador, ya no dual, sino holístico, sustentado en la filosofía del holomovimiento. Son esos rasgos de vivir enlazados los unos con los otros, con el medio y con la mente. Ese descubrimiento, después de millones de años de existencia de la especie humana, desde la FÍSICA, que la materia y la energía están totalmente interconectadas (Albert Einstein) y posteriormente el planteamiento filosófico que estas interconexión de materia y energía está interconectada al significado: los conocimientos, el espíritu (David Bhom). Esta última interconexión concebida como un espiral de desarrollo de materia-energía-significado, tendría su evidencia en el fenómeno de la teleportación: un ión material, mediante procesos de emisión de energía, permite extraer la información (matemática) de sus estados, para lo cual el ión masivo deberá se completamente destruido, convertido en energía y esta convertida en información (significado). Esta información en bits (significado) puede ser enviado por una fibra óptica, y mediante un proceso inverso ser reproducido el ión material en el otro extremo de la fibra óptica.
Este espiral de materia-energía-significado, que opera en un ión, podría ser extensible a un espiral social de creatividad. Para ello se puede considerar que la materia es el medio (recursos naturales, equipos, otros), la energía es la vida (humanos, animales, plantas) y el significado son los conocimientos (literatura, descubrimientos, espíritu). Estos conocimientos deberán adquirir su verdadero significado cuando modifican el medio y esta modificación del medio permite una vida mejor, y esta vida mejor permite la generación de mejores significados. Así, sucesivamente en un espiral social de creatividad.
Por eso, la escuela hoy debe convertirse en centro para la incubación de espirales de creatividad sociales que traerán como consecuencia la eliminación del pensamiento dual. Por tanto, la nueva escuela deberá incubarse en el seno de la vieja escuela. Como se puede ver, la escuela requiere integrar la comunidad: los niños, los púberes, deben crecer inmersos en los espirales de creatividad social. Por ejemplo la información sobre las hortalizas, se aplicará al cultivo de las mismas manejando los elementos materiales, y estos productos de hortalizas, debe servir para una vida más saludable. En un nuevo ciclo del espiral, con la experiencia acumulada y los nuevos conocimientos adquiridos, se podrá repetir una mejor siembra de hortalizas, así sucesivamente.
¿Cuál es la condición para que la escuela efectivamente forme espirales de creatividad social? Muy simple, que los niños y púberes ejerzan la libertad plena en convivencia con los adultos ¿Cómo debe ser la escuela para que los niños y púberes crezcan ejerciendo su libertad plena?. Allí está la verdadera apuesta crucial por el siglo XXI.