La alerta que ha desatado la crisis financiera en EEUU en los grupos gobernantes, empresariales e intelectuales, ha sido trasmitida a la población del mundo. Los curadores con propuestas de esperanzas, tienen millones de almas, para mediante elecciones hacerse de los gobiernos y ensayar sus medicinas para la crisis. El pueblo estadounidense, se ha cautivado por las esperanzas que ha trasmitido Obama. Sin embargo, esta es la alerta de una quinta parte de la población mundial, pues las cuatro quintas partes restantes (4,500 millones aproximadamente) que viven en pobreza no sienten la crisis financiera porque su vida es una crisis permanente.
En el Perú, los políticos del gobierno y los empresarios han sintonizado afirmando que la crisis financiera no alcanzará porque el país goza de una economía sólida. Incluso afirman que es un refugio para los inversionistas. Estos vendrán trayendo capital, y cual leyenda de Manco Cápac y Mama Ocllo, quienes con su varilla de oro fundaron el imperio en el lugar que se enterrara, harán florecer aún más el país. Como se sabe, sólo los niños piensan que la leyenda de fundación del imperio incaico es verdad.
Las crisis nivelan lo que antes era muy desigual. La sociedad en el mundo de hoy es muy desigual y el hombre como especie, aparte de mantener un equilibrio con el medio, tiene que mantener el equilibrio entre su propia especie. Resulta que el hombre ha roto el equilibrio con su medio y con su especie. Una manada de leones invade el territorio de otra manada y se apoderan de las presas, y si la otra manada no es lo suficientemente fuerte es diezmada. Pero los leones no agreden al medio natural. Las guerras que el hombre vive, es a lo que los leones a la presa. En este punto, la civilización no avanzó un ápice. No puede haber tranquilidad en la especie de los leones, si el león mas grande, el que no esta acostumbrado a cazar su propia presa, tiene hambre. El hombre para tranquilidad de su conciencia, en un intento de diferenciarse, justifica la violencia con la falacia que ésta es el camino para imponer la razón, realmente debe decirse la presa. No se si esta regla de las especies, pueda esconder una nueva ley que puede manifestarse cuando impere la razón dialógica, de un hombre libre que vive en paz. Llegar a este punto, pienso, es alcanzar un desarrollo armonioso.
La humanidad, organizada en comunidades (un grupo humano que vive armoniosamente con su medio), la historia nos dice, que es en el encuentro de dos comunidades, donde se ha manifestado el “gen animal” que una se ha tratado de imponer sobre la otra. Esta dinámica de la ley oculta, ha traído como consecuencia la centralización de grandes grupos humanos que han acumulado cantidades inmensas de eMergia (energía sucia), rompiendo de esta manera, el equilibrio como especie. Las comunidades que fueron saqueadas, incubaron un resentimiento que reclama venganza. Entonces, se construye otra falacia, haciendo desarrollo igual a acumular eMergía, que para defender la riqueza acumulada la comunidad debe ser segura, en tanto somete mediante el temor de la fuerza a las comunidades más débiles. Entonces se justifica el uso de la violencia, afirmando que es por la seguridad mundial, por el desarrollo y la paz de las comunidades.
Desde el punto de vista económico, el flujo de riqueza de quienes la generan hacia quienes no la generan se ha vuelto completamente asimétrico, dando origen, como los leones, que los más fuertes se dedican solamente a comer y los más débiles a cazar las presas. Quienes producen los alimentos, o las comunidades que tienen recursos en sus tierras, son las despensas de los más fuertes. Entonces, para mantener esta división absurda, se ha construido una tercera falacia. Las comunidades débiles deben esperar que su desarrollo venga de una jugada al azar, por que es inevitable. Los políticos ensayan muchas jugadas, están esperando que llueva, pero no toman conciencia que el desarrollo de sus comunidades será fruto del trabajo de los miembros de la misma.
La humanidad, mientras tanto, a pesar del triunfo de Obama, continuará actuando como una comunidad de leones. Las comunidades han sido destruidas, son muy pocas las que se mantienen en pie. Las verdaderas comunidades de humanos, como lo testifica la historia son aquellas que son productivas, que establecen relaciones productivas y de paz con las demás. Una política sana es aquella que respeta a las comunidades. Pero, hoy abundan las políticas sucias de recurrir a la violencia y la guerra en defensa de las falacias. La racionalidad en el mundo, pienso, se acerca a su madurez para dar este paso trascendental. Es en este punto donde empezará la verdadera historia de la humanidad.