Al leer las propuestas educativas de la actual Ministra de Educación, veo el enfoque burocrático en la educación, sin contexto, resultado de una formación de papelote. Parecido a como, después del balazo a la hija del congresista Reggiardo, “descubren” que hay muchos policias que están ocupados en labores de “oficina” improductivas, en lugar de estar patrullando y realizando vigilancia en las calles.

El concepto está equivocado, la llamada diversificación curricular se entendió equivocadamente como que cada escuela tenga “su propio currículo”, no se entendió como el aprendizaje de contenidos homógeneos en todo el país y que éstos sea aplicados por los escolares (no por los maestros) en proyectos educativos productivos propios del contexto. Por tanto, se debe contar con un currículo homógeneo (sillabus) con horarios (hasta ocho horas diarias) y con proyectos educativos productivos acorde al contexto, también con horarios establecidos dentro de las ocho horas diarias. Estos horarios no debe quedar a la suerte del “criterio del profesor o del director”, los aprendizajes de contenidos homogéneos deben ser evaluados a nivel nacional, y los proyectos educativos productivos deben ser evaluados por las instituciones locales y de gobiernos regionales.

Por eso hoy, el magisterio “pierde su tiempo elaborando diseños de clases y currículos diversificados”, que en su mayoría son plagiados de uno a otro profesor, y los directores, subdirectores y miembros de los órganos intermedios y especialistas “ocupan su tiempo en revisarlos” y hacer negocios con las “capacitaciones curriculares”. En resumen, todos vienen haciendo tiempo de servicios para jubilarse, la cultura de haber convertido las plazas en sinecuras y menos cumpliendo el rol de facilitar a profundidad los aprendizajes de los contenidos por los escolares. Facilitar, no se entiende que el profesor debe dominar el contenido, sino debe acompañar para que el escolar “estudie su libro, realice su proyecto y apruebe los exámenes estándares para su nivel”.

Basta el criterio común, no se requiere demasiado papelote o los rimbombantes títulos de especialistas, para darse cuenta, que, por ejemplo, basta un par de profesores de matemáticas reconocidos por su producción académica, a nivel nacional, quienes deben elaborar los diseños de clases y las evaluaciones de matemáticas (secuenciación de estrategias y contenidos), por decir, quinto de secundaria, y disponerlos en el internet para que sea aplicado en todas los colegios del país, de esa manera se asegura el nivel de formación. Asi para los demás cursos.

Esta medida es de emergencia, una medida de REVOLUCION EDUCATIVA, por la sencilla razón que las “capacitaciones y evaluaciones” han sido fuente de corrupción académica, y por los resultados un completo fracaso, pues, mi experiencia me ha hecho constatar esta realidad. Hace un mes visitaba un colegio donde les enseñé física a nivel básico, como comprensión de conceptos y el manejo de equipos, sin embargo pude comprobar que hasta ahora no los utilizan y ya pasaron varios años. La realidad fue que, los profesores “apenas” obtuvieron una nota mínima aprobatoria, porque habían que considerarles asistencia y otras mimiedades como criterios de evaluación, porque si se trataba de evaluar aprendizaje de contenidos, era tan deficitaria su formación que requerían volver a estudiar de nuevo los cursos de física (dos años como minimo), o quizá un poco más de tiempo por la natural congelación de habilidades debido a la edad de los profesores. Y esto lo corroboré, cuando realizaba clases demostrativas, juntando a los profesores como alumnos con los estudiantes de segundo, tercero y cuarto de secundaria, éstos aprobaban y los profesores desaprobaban la misma evaluación de física.

Ante esta realidad se debe buscar estrategias que permita no seguir perjudicando más a las nuevas generaciones que crecen dia a dia y no esperan a las “nuevas políticas de capacitación, actualización y evaluación integral de los profesores” sino, los escolares reclaman y requieren material educativo de calidad disponible y evaluaciones estandarizadas y de exigencia. Hay que romper el círculo de miseria educativa. No esperemos levantamiento de adolescentes como está ocurriendo en Chile, que reclaman más calidad educativa.

En esta alternativa, los miles de profesores ocupados “en labores de dirección, especialistas y en los órganos intermedios de UGELs” no tienen sentido y deben dedicarse a la labor de aula.

Y así, se puede buscar alternativas a las otras formas burocráticas que ha generado un modelo educativo obsoleto y que parece el actual gobierno pretende solo parchar o hacer “cambios graduales” para después nada cambie.