LA PARTICIPACIÓN DE LOS CIUDADANOS en las acciones que les afectan, tanto en el ámbito económico como en el social, constituye hoy en día uno de los más grandes cambios que se vienen dando en la gestión del desarrollo, y constituye un reto para los gobiernos el aprovechar las potencialidades de las prácticas ciudadanas para darle sostenibilidad a los resultados de su gestión.
Por regla general, cuando se habla de participación ciudadana, inmediatamente se tiende a referirla al estrecho ámbito del ejercicio del sufragio y al cumplimiento de un conjunto de obligaciones que constituyen el marco de referencia más general de las relaciones entre individuos y sistema político”.