Las naciones rivales, o potencialmente rivales, cuyas fuerzas de seguridad hacen planes, diseñan estrategias y tácticas basadas en la hipótesis de conflicto bilateral, tienen un interés especial en conocer todo lo posible sobre las disposiciones, planes, medios, distribución, despliegue, capacidades e incapacidades de su contraparte. Gran parte de esa información no requiere ningún tipo de espionaje para su obtención, sobre todo en estos tiempos. Basta con saber utilizar las fuentes y los medios hoy disponibles para conseguirla. Una parte pequeña puede requerir una lectura electrónica subrepticia, de nivel mucho menor que el que efectúan las grandes potencias con implementaciones como las de la red Echelon, por ejemplo. Aparte de ello, hay un ámbito más bien pequeño y muy específico de información o corroboración que todavía se logra mejor a través de personas que trabajan en ciertas instituciones o agencias del Estado contraparte. La función de los organismos de inteligencia propios es obtener dicha información reclutando colaboradores y la función de la contrainteligencia opuesta es impedirlo.
Sobre Espías y Espionaje
LOS ESTADOS GENERALMENTE INTENTAN OBTENER INFORMACIÓN SOBRE OTROS PAÍSES, especialmente los más cercanos, relevantes o rivales. Parte de la información (o inteligencia), especialmente la reservada u oculta, es obtenida a través del fisgoneo o espionaje.