En calidad de comandante de la misión Apollo 11, fue él quien informó al centro de control de Houston del alunizaje del módulo lunar (LEM) pilotado por Buzz Aldrin: “Houston, aquí la base de Tranquilidad. El águila aterrizó”. “Pensaba que habían 90% de posibilidades de retornar sanos y salvos a la Tierra luego de ese vuelo, pero solamente 50% de posarnos sobre la Luna en esa primera tentativa”, declararía recientemente Armstrong.
El viaje a la Luna fue la última aventura espacial de Armstrong. Una aventura que lo marcó para siempre. El comandante se retiró de la agencia espacial estadounidense en 1971 para hacerse profesor de Ingeniería Aeroespacial en la Universidad de Cincinnati, Ohio, hasta 1979. Después, el ex astronauta ocupó un cargo en el consejo de administración de numerosas empresas, entre las que estuvieron Lear Jet y United Airlines. Hasta apareció en una publicidad para el fabricante de automóviles Chrysler.
Nacido en Wapakoneta (Ohio) el 5 de agosto de 1930, el joven Armstrong estuvo fascinado desde su infancia por los aviones. Tomó cursos de pilotaje a los 15 años y obtuvo su licencia un año más tarde. Ya convertido en piloto de la Marina, efectuó 78 misiones de combate durante la guerra de Corea (1950-1953). Armstrong estudió ingeniería aeronáutica en la Universidad de Purdue (Indiana, norte) y obtuvo una maestría en la misma disciplina en la Universidad de California del Sur.
En 1955 se hizo piloto de pruebas y pilotó 50 tipos de aviones para ser seleccionado siete años después por la NASA para convertirse en astronauta. En septiembre de 1966 efectuó un vuelo con David Scott en la misión Gemini 8. La cápsula se acopló a otro vehículo no habitado, realizando el primer amarre orbital de dos módulos espaciales. Luego llegaría la misión Apollo 11 y la entrada de Neil Armstrong en la Historia.■
Extractos del artículo «Neil Armstrong, un héroe planetario», escrito por ©Jean-Louis Santini, publicado en el portal web de Infobae.com
Editado por FRANCISCO CÓRDOVA SÁNCHEZ