Es gratificante que nuestra iniciativa de organizar un foro con Michael Porter, profesor de Harvard y estudioso de las fuerzas competitivas, haya generado un verdadero impacto en las columnas de opinión. Lo curioso es que, salvo honrosas excepciones, todos los comentarios se han hecho sobre uno o dos reportajes periodísticos acerca de la conferencia y no sobre la base de la conferencia completa. Porque los comentarios han resaltado cosas que Porter dijo, le han hecho decir cosas que no dijo y, sobre todo, no han tomado en cuenta lo que dijo y los dos reportajes periodísticos no recogieron.
Porter dijo que el Perú no era un país suficientemente abierto. Que para progresar debía exportar más e importar más en relación a lo que produce. Dijo que la productividad por trabajador era baja. Y que se necesitaba más inversión extranjera en la industria y los servicios para que el Perú gane en productividad. No dijo que el Perú tenía que dejar de privilegiar las exportaciones, ni que las empresas estatales deben jugar algún papel, ni que el Estado debe restringir la inversión privada.
¿Qué es lo que debe suceder para que el Perú siga progresando de acuerdo con la propuesta de Porter? Las claves de la competitividad, según nuestro invitado, se dividen en dos grupos: la competitividad macroeconómica y la competitividad microeconómica.
La competitividad macroeconómica se da en dos niveles: el de las políticas macroeconómicas y el de la “infraestructura” social e instituciones políticas. Porter elogió el manejo fiscal responsable y la política monetaria de baja inflación, que el Perú ha conseguido. Y criticó los problemas de educación y salud (ambos temas en los que estamos atrasados por la mala gestión estatal).
Asimismo, señaló que el Estado de derecho y el respeto de los derechos de propiedad, así como un Estado eficiente, son aspectos esenciales en los que estamos jalados. No abogó por el gasto fiscal irresponsable, ni por tolerar “democráticamente” las tomas de carreteras, ni por mayores impuestos a los más ricos para que los gobernantes de turno se llenen los bolsillos. Fue muy crítico de la corrupción y de los impuestos altos.
En el aspecto microeconómico, abogó por un entorno que favorezca el desarrollo de los negocios, por empresas modernas y socialmente responsables y por el impulso de los sectores emergentes. Y sí, criticó la pasividad del Estado Peruano para generar una promoción económica que potencie (no que invente) los clusters que están marcando poco a poco el nuevo progreso del Perú: la agroexportación, los textiles y confecciones, los servicios turísticos, la pesca de consumo humano, las infraestructuras, y potencialmente la petroquímica, además de las reformas del Poder Judicial, y de los servicios de salud y educación.
El empresariado y la universidad estamos a disposición para ir adelante con la ejecución de estas propuestas. Los ministros abiertos al diálogo y a nuevas ideas también. El presidente tiene la palabra.
Texto del artículo «Lo que Porter dijo y no dijo», de ©DANIEL CÓRDOVA, Director de posgrado de la Universidad del Pacífico, publicado en el diario ©El Comercio el 08 de Diciembre de 2009.