Esas agencias ocupan las portadas de Europa desde hace meses con titulares como “Rebajan la calificación al fondo de rescate de la UE; las agencias rebajan la calificación de España e Italia; amenazan con rebajar la calificación de España si no se aprueba pronto la reforma laboral; las agencias dan un hachazo a los países del euro…”. El resultado es un severo agravamiento dela denominada crisis de la eurozona. Y lo más grave, sin fundamentos dignos de tal nombre.
En teoría, Standard & Poor’s, Fitch y Moody’s indican la seriedad y solvencia económica de grandes empresas y estados que emiten títulos o bonos de deuda. En teoría también, sus calificaciones asesoran a los grandes inversores que compran esos títulos, bonos u otros productos de deuda para que sepan si les costará cobrar o no los intereses y recuperar el capital invertido. En teoría.
Podemos concluir por tanto que esas agencias son incompetentes e incapacitadas. Pero hay más. William J. Harrington, que fue vicepresidente de Moody’s, elaboró un informe de 78 páginas que envió a la SEC (autoridad que vigila el mundo de la bolsa y las inversiones financieras en EE.UU.). En dicho informe denuncia que Moody’s impone a los analistas que den a los clientes de la agencia las calificaciones positivas que quieran, para que no se vayan a otras agencias. Y Yuri Yoshizawa, director de Derivados de Moody’s, declaró ante la Subcomisión Financiera del Senado de EE.UU., que en la empresa había compraventa de calificaciones. Es decir, además, prostituidos.
En realidad, como denuncia el filósofo Bernard-Henri Lévy, las tres agencias de rating son un inaceptable oligopolio en la calificación de solvencia de las inversiones financieras. Pero además esas agencias son incompetentes y deshonestas como se ha podido ver. Corruptas también, como denuncia el catedrático de economía Albert Recio. Por esas razones, en España, Italia y otros países europeos se han presentado querellas criminales contra las nefastas actuaciones de las agencias de rating. En Italia, agentes de la Policía contra delitos fiscales han registrado recientemente las oficinas de Standard & Poor’s en Milán en busca de documentación sobre sus muy discutibles y oscuras decisiones. ¡Aleluya! Esperemos que cunda el ejemplo.
Las agencias de rating con sus calificaciones a la baja torpedean sin ningún rigor ni análisis digno de tal nombre la credibilidad y solvencia de empresas y estados. El resultado inicial, en el caso de los estados, es que suben los intereses de los títulos y bonos de deuda soberana. Así crecen los beneficios de bancos y grandes fondos que son los que compran deuda pública. Pero resulta que hay una estrecha relación entre los accionistas de agencias de rating, bancos y fondos de inversión, mezclados todos como en una melé de rugby. Algo huele a podrido en el reino de esas agencias, ¿no?
Porque lo cierto es que las agencias de rating son juez y parte; incapaces, deshonestas, incompetentes y oscuras… Habrá que hacer algo y cuanto antes, mejor.
Texto del artículo «Oscuras agencias de calificación», escrito por el periodista y escritor ©XAVIER CAÑO TAMAYO, publicado en el portal del Centro de Colaboraciones Solidarias-CCS, el 20-01-2012.