Ante el valor que la ciencia y la tecnología tienen para el crecimiento, los países han adoptado políticas públicas para impulsarlas. Estados Unidos se apresta a duplicar su inversión en esos campos y a captar talentos del mundo para recuperar su liderazgo perdido. Los países iberoamericanos crean ministerios para ese sector y establecen estrategias de repatriación de sus científicos e ingenieros talentosos. Como resultado, luego de un estancamiento hasta 1995, el número de solicitudes de patentes se ha duplicado en la última década. Sin embargo, debido al reinante desdén por la ciencia, ese indicador se ha mantenido inalterablemente bajo en el Perú.
Iniciativa de países iberoamericanos
La ciencia y la tecnología están siendo valoradas por casi todos los países del mundo. En Iberoamérica, algunos han tomado el tema como asunto de Estado, creando para ello ministerios de ciencia y tecnología, como son los casos de España, Brasil, Argentina, Costa Rica y Venezuela.
La más reciente acción de un país latinoamericano en esa dirección ha tenido lugar en Argentina. La recientemente promulgada “Ley Raíces” estipula que el Programa Raíces (Programa de repatriación y vinculación con científicos argentinos que residen en el exterior) es política de Estado. Este programa cuenta con subsidios de retorno, estimula la vinculación de los investigadores argentinos residentes en el exterior con el medio científico y tecnológico local, financia el pasaje aéreo internacional del investigador y su estadía. Además, tiene fondos semilla (destinados a la vinculación internacional de empresas de base tecnológica), Proyectos de Investigación para la Radicación de Investigadores (PIDRI), y los Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica-Raíces (PICT Raíces).
Desdén por la ciencia en el Perú
En el Perú, la situación de la ciencia y la tecnología parece no estar en la agenda del gobierno. Cuando Yehude Simon era presidente de la región Lambayeque le pregunté sobre la visión que tenía sobre este tema. Su respuesta fue: “No puede haber gobierno regional sin universidad, ni universidad sin investigación”. Durante la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE) 2008, luego de que él la inaugurara y escuchara la conferencia “lecciones del futuro” de Wolfgang Grulke, le repetí la pregunta en su condición de primer ministro. Su respuesta fue: hay que ponernos a la altura de las circunstancias”.
El presidente Alan García, analizando la crisis que se vive, señala que la vieja economía de las cosas materiales está siendo sustituida por la economía de la información; y que hay capacidades productivas nunca antes vistas: “la digitalización que recién se inicia, la genética que está en sus primeras etapas, la nanotecnología que varía las propiedades y la aplicación de la materia”.
Obviamente, el mandatario peruano se refiere a realidades extranjeras. En el Perú, no tenemos un sistema de ciencia y tecnología que, articuladamente, empiece en serio la investigación por lo menos en uno de esos campos de la investigación. El número de investigadores científicos activos en las universidades e institutos de todo el Perú es similar al número de investigadores de una universidad de talla mediana de Estados Unidos. El Perú sólo tiene unos 500 investigadores con una edad promedio de 55 años.
El presidente Alan García cree que la elección de Barack Obama contribuirá a la serenidad, pero no observa que el electo presidente de Estados Unidos tiene diseñada una estrategia para atraer los talentos del mundo, talentos que son generadores de riqueza. Habrá mayores facilidades para que investigadores científicos y tecnológicos emigren a Estados Unidos mientras que el Perú no hace nada para retenerlos.
Algunos indicadores
Entre1990 y 1994, los Estados Unidos mantenían su inversión per cápita al año en investigación y desarrollo en alrededor de 620 dólares. Desde 1995 la empezaron a aumentar, llegando a 1080 en el 2004. Chile, desde 1990 hasta 2004, incrementó su inversión per cápita en investigación y desarrollo de alrededor de 10 dólares a 40 dólares. Costa Rica, entre 1995 y 2004 la pasó de 10 a 27 dólares. El Perú la mantuvo por debajo de 4 dólares.
La riqueza de la creatividad y la innovación
El Perú firma convenios y tratados que fortalecen la propiedad intelectual, pero no hace nada para incentivar su producción, en especial la innovación. El paradigma primario exportador es muy fuerte, tanto en la cultura empresarial como en la del Estado.
Según las evaluaciones del Banco Mundial, las cuatro quintas partes de la riqueza de los países vienen del capital intangible, partes importantes de la cual son la ciencia y la tecnología.
Una de las raíces de la pobreza del Perú está en el desdén por la ciencia y la tecnología y en la confusión que sobre estos conceptos tienen sus dirigentes políticos y empresarios, quienes confunden tecnología con productos tecnológicos. Esta confusión es aprovechada por los interesados en vender productos tecnológicos. Numerosos pensadores como Mario Bunge señalan que la técnica (o tecnología como dicen los anglicanizados) no es una pila de artefactos, sino un cuerpo de ideas. Los artefactos, las máquinas son productos de la tecnología. La tecnología es el saber hacer esas máquinas. Está en el cerebro de los técnicos, ingenieros y científicos que trabajaron para construir esas máquinas.
La tecnología no se compra, se forma en la mente colectiva de los pueblos a través de la educación y la investigación. Está en los cerebros de miles de científicos e ingenieros peruanos que partieron al extranjero y no pueden regresar al Perú porque las leyes de presupuesto de cada año prohíben el nombramiento de nuevos científicos en el Estado, y las empresas privadas están lejos de esas preocupaciones.