Unobtainium: el valor social de los recursos naturales

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Avatar La Pelicula James Cameron

“Unobtainium” (“lo que no se puede obtener”) es el nombre del mineral ubicado en el corazón del conflicto que relata James Cameron en “Avatar”, su reciente película. Su altísimo “valor” permite financiar una operación minera en “Pandora”, una luna del Planeta “Polyphemus” a 4.4 años luz de la Tierra. Un recurso tan valioso que empuja a los humanos a desalojar por la fuerza a los nativos (los Na vi) que habitan sobre los depósitos más ricos y a destruir bienes consideramos “menos valiosos”, incluyendo el ecosistema y sus componentes. Para los Na`vi, en cambio, estos últimos encarnan lo más importante que puede haber en sus vidas.

¿Cómo llegar a acuerdos en estas condiciones? Los humanos ofrecieron otros bienes a cambio (infraestructura, servicios, etc.) sin lograr su objetivo. No es difícil darse cuenta que el problema es que plantean una negociación tomando como base de referencia su propia valoración de las cosas (y la vida), en este caso económica. La ciencia (encarnada en el papel de la Dra. Grace Augustine) acude como herramienta instrumental para lograr que los Na`vi abandonen su hogar. Se trata de “comprender” al otro para buscar caminos que allanen la imposición (vieja acusación que, por ejemplo, se ha hecho al origen de la antropología británica como herramienta del colonialismo de su país). Pero lo científico reclama autonomía, y esta se expresa con su propia valoración de las cosas. La Dra. Augustine encuentra que el “verdadero” valor de Pandora está en la presencia de un complejo organismo vivo que se conecta, literalmente, con los seres “inteligentes”. ¿Y si Pandora tuviera un ecosistema pobre sin interés para la ciencia? El centro de la cuestión es que economía y ciencia son finalmente mecanismos (modernos) que orientan la toma de decisiones desde una particular perspectiva humana. Los problemas empiezan cuando pretenden imponer universalidad.

El “Avatar” (encarnación, aparición de un Dios en la Tierra) renueva el viejo principio de “ponerse en el lugar del otro”. Jake Sully (un marine parapléjico) descubre que no basta siquiera ocupar un “cuerpo”. Su real comprensión aparece al momento de “integrarse” a la vida comunitaria. No entraremos aquí a la discusión sobre si esto último es verdaderamente posible. Simplemente queremos aprovechar esta entretenida película para introducir algunos de los problemas de la valoración social de los recursos naturales.

El valor que otorga cada sociedad, cada cultura a los recursos naturales es independiente de la ciencia (natural o social) y desde luego no puede ser reducida a una simple valoración económica. ¿Hay salida? Si, aunque no asegure siempre un resultado “todos felices”. Es decir, es posible intentar un verdadero y respetuoso diálogo intercultural, no como instrumento para alcanzar fines predefinidos, sino como vía hacia una comprensión del otro que permita saber qué es posible (y no es posible) hacer. Entonces, ¿cualquier cosa puede ser aceptada en nombre de la cultura y la diferencia? No. Las culturas son dinámicas y cambian. Se enriquecen con otras visiones del mundo, y pueden poner en cuestión ideas y tradiciones. El diálogo puede contribuir aquí también haciendo expresos nuestros desacuerdos. Más nada asegura resultados inmediatos.

Reconocer el valor social de la naturaleza implica aceptar que hay otras valoraciones que deben ser aceptadas y respetadas y que el diálogo es el difícil camino que debe recorrerse para acercar a las culturas hacia una vida en común de mutuo beneficio. Y el diálogo, “sí se puede obtener”.

Ivan Lanegra

Puntuación: 4.81 / Votos: 27

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