Hablar de Dios en la Universidad
Desde este punto de vista, José María Castillo reclamó la presencia de los estudios teológicos y de las ciencias de las religiones en el mundo universitario siguiendo el ejemplo y modelo de los países europeos. Defendió la Teología como disciplina con carácter universitario y su madurez para dialogar con otros saberes científicos en el marco del debate académico interdisciplinar.
Pensar al Trascendente desde la inmanencia no es fácil y mucho menos en el momento de crisis de la fe en Dios, de la crisis de la religión y de la crisis de la Iglesia en la que estamos sumergidos. De ahí que la Teología tenga que volver al mundo universitario para discutir con el resto de los estudios, la fe en Dios como saber y como convicción.
Ya que, en definitiva, afirmaba José María Castillo, la Teología no está contra la razón ni con la sola razón. Tenemos que pensar a Dios de otra manera. Es necesario modificar nuestra idea de Dios y nuestra representación de Dios y recordar que el centro del cristianismo no es Dios, sino Jesús ya que en lo humano es en donde podemos encontrar a Dios y en donde podemos relacionarnos con Dios.
Rodeado de más de trescientos profesores representantes de todas las disciplinas académicas, Castillo propuso otra manera de entender y de vivir la religión y apostó por recuperar a Dios desde la mística y al cristianismo como un movimiento no religioso para el que encontrar a Dios en Jesús es encontrar a Dios en lo humano, en lo verdaderamente humano.
A la hora de hablar del futuro de la Teología y su vinculación al mundo universitario, José María Castillo insistió en la necesidad de cambiar los patrones que se desarrollan en las facultades de Teología confesionales. La Teología ha dejado de ser la “regina scientiarum”, el centro de todos los saberes y el poder normativo para marcar el camino que cada disciplina tenía que seguir. La Teología, en cuanto saber que se ocupa del tema de de Dios, antes que un saber superior que enseña a los demás saberes, deberá ser un sujeto humilde y modesto que siempre tendrá que presentarse como un saber humano que aprende de los demás saberes lo que necesita asimilar de ellos para conocer mejor lo humano, para interpretar desde los saberes humanos el significado y el alcance que pueda tener la presencia del Dios humanizado entre los seres humanos.
Castillo terminó su discurso apelando al reconocimiento por parte de las universidades de los estudios teológicos y reclamó a la Teología la aptitud para hablar de Dios en un lenguaje secular. El futuro de la Teología sólo tendrá sentido si es capaz de aportar algún sentido a la vida y así, potenciar la mejor respuesta que podemos dar a nuestros anhelos de humanidad. Los anhelos que buscan una forma de vida que, por ser más plenamente humana, es también más plenamente feliz.
Imagen: José María Castillo