Todo listo para la Asamblea del Sínodo sobre la Amazonía
6:00 p m| 25 set 19 (VATN/PAG).- Esta semana se difundió la lista de quienes participarán en la Asamblea del Sínodo de obispos para la Región Panamazónica, con un total que supera las 250 personas entre obispos (representantes de la región Panamazónica), superiores generales, laicos que trabajan en la región, así como religiosas y líderes indígenas. Este anuncio se suma al nombramiento de los tres Presidentes Delegados que dirigirán las conversaciones en el Sínodo.
Además, a pocos días de su inicio, reproducimos dos reflexiones que resaltan la particularidad de esta Asamblea y lo que está en juego, a partir de lo planteado en el documento de trabajo (Instrumentum laboris): “Preguntas para el Sínodo”, del P. Fernando Roca Alcázar SJ, publicado en la revista “Páginas” del CEP, y “Un Sínodo que incomoda a pocos y confirma a muchos”, del P. Adelson Araújo dos Santos, difundido por el portal Vatican News.
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En la próxima Asamblea del Sínodo de los obispos dedicado a la región Panamazónica, convocada por el papa Francisco del 6 al 27 de octubre en el Vaticano, participarán más de 250 personas, entre ellas numerosos expertos e invitados especiales, según informó hoy la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Los obispos invitados para esta ocasión son solo los representantes de la región Panamazónica, es decir, cuatro de Antillas, doce de Bolivia, quince de Colombia, siete de Ecuador, once de Perú, siete de Venezuela y el país más representado será Brasil, con 58.
Además, como es habitual, participarán 13 jefes de los dicasterios de la Curia Romana, aunque el Papa también ha querido invitar a 33 obispos en representación de otros continentes. También hay 15 representantes de la Unión de Superiores Generales.
Los presidentes delegados son los cardenales Enrique Porras Cardoso (Venezuela), Pedro Barreto Jimeno (Perú) y Joao Braz de Aviz (Brasil); el relator general, el cardenal Claudio Hummes (Brasil), y los secretarios especiales, monseñor Michael Czerny y el obispo de Pueblo Maldonado (Perú), monseñor David Martinez de Aguirre Guinea.
Pero, además de la Asamblea de obispos y religiosos, habrá un grupo de 25 expertos en el tema, y cerca de 55 laicos y personas consagradas que trabajan en la región Panamazónica y doce invitados especiales. Entre ellos, el exsecretario general de la ONU Ban Ki-moon; el subdirector general del departamento de Clima, Biodiversidad, Tierra y Agua de la FAO, René Castro Salazar, y el presidente del Congreso de Organizaciones Indígenas Amazónicas (Venezuela), José Gregorio Díaz Mirabal, o la relatora especial de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, Victoria Lucía Tauli-Corpuz.
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Además, se escuchará la voz de algunos líderes indígenas, como Patricia Gualinga, defensora del pueblo Kichwa de Sarayaku, una comunidad en la Amazonía ecuatoriana, o Tapi Yawalapoti, que representa a las 16 tribus de Alto-Xingo, en la región de Mato Grosso, en Brasil.
La representación de las mujeres estará a cargo de 20 religiosas y 13 laicas, diez de ellas de la Unión Internacional de Superioras Generales. Los temas que se afrontarán en este casi mes de debates se resumieron en el documento preparatorio en el que se destacaba que “la vida en la Amazonía está amenazada por la destrucción y explotación ambiental, por la sistemática violación de los derechos humanos básicos de la población amazónica, y en especial la violación de los derechos de los pueblos originarios”.
Barreto, Braz de Aviz y Porras: un trío de confianza para pilotar el Sínodo de la Amazonía
No va a ser un Sínodo sencillo. Por sus implicaciones “ad intra” y de puertas para fuera de la Iglesia. De ahí que el papa Francisco haya confiado la presidencia en tres personas de su máxima confianza. La Santa Sede dio a conocer el nombre de los presidentes delegados de la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la Región Panamazónica, que se celebrará en la Ciudad del Vaticano del 6 al 27 del próximo mes de octubre.
Así, se ha designado al administrador apostólico de Caracas, el cardenal Baltazar Porras Cardozo; a vicepresidente de la REPAM, Pedro Ricardo Barreto Jimeno; y João Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada.
Zancadillas previas
Porras, Barreto y Braz de Aviz estarán llamados a coordinar un foro en el que se han puesto muchas expectativas, y alguna que otra zancadilla. Por un lado, el Sínodo de la Amazonía busca reforzar el papel de la Iglesia en tanto que defensor de uno de los pulmones del planeta frente a las amenazas que suponen para estos espacios naturales y los espacios que la habitan tanto las empresas multinacionales que los explotan como los Estados que permiten la deforestación.
Esta implicación como actor activo en materia de incidencia sociopolítica no es bien acogida por algunas de las potencias más poderosas, pero tampoco por algunos círculos eclesiales que siguen viendo en este compromiso por la ecología integral una sombra de la teología de la liberación.
Voz de denuncia
El “Instrumentum laboris” plantea propuestas tales como consolidarse como voz de denuncia ante la violación de derechos humanos por la destrucción extractivista o enarbolar una agenda de justicia con otros movimientos sociales.
De puertas para adentro, el documento de preparación del Sínodo defiende una Iglesia inculturada frente al colonialismo que pasa por reconocer la espiritualidad indígena y adaptar la liturgia. Estos guiños no son bien vistos por parte de la Curia romana. Pero, sobre todo, lo que despierta más resquemores es que oficialmente se haya abierto el debate sobre papel de los laicos en las comunidades del Amazonas urge que se aborde la cuestión con la madurez necesaria.
Diferente acogida
Esto implica, tal y como recoge el documento preparatorio, adentrarse a dialogar sobre la ordenación de “personas ancianas con una familia estable”. A la vista está que se trata de un tema de frontera, sobre todo, al constatar la acogida dada al “Instrumentum laboris” por cardenales como Burke y Brandmüller.
Todas estas aristas estarán presentes tanto en las reuniones asamblearias que se celebren en el aula sinodal, así como en la reunión de los grupos de trabajo. De ahí la importancia de quienes están llamados a coordinar el mes intenso de trabajo que se avecina, para velar que se trabaja desde la libertad y sin coacciones de ningún tipo, pero, sobre todo, sin las trabas que algunos grupos de presión desde fuera y desde dentro buscaron minar tanto el sínodo de la familia en su doble entrega, como el sínodo de los jóvenes.
Preguntas para el Sínodo a partir del documento de trabajo (P. Fernando Roca Alcázar SJ)
El Sínodo Amazónico de la Iglesia católica, que se realizará en octubre de este año, tendrá como elemento de trabajo el documento denominado Instrumentum laboris. Este Sínodo plantea una serie de características particulares, haciéndolo diferente de otros sínodos realizados por la Iglesia. Podemos detenernos en algunas de ellas.
1. Un sínodo sobre la Amazonía
Es la primera vez que la Iglesia ha decidido realizar un sínodo sobre un área geográfica particular, englobando un ecosistema tan biodiverso y extenso como la Amazonía. Este territorio comprende el trabajo pastoral de la Iglesia católica en nueve países.
La pastoral tenía poca articulación entre estas naciones y ahora empieza a consolidarse gracias a la temática sinodal y al esfuerzo de la Red Panamazónica de la Iglesia católica (REPAM), que apoya a los obispos, desarrollándose particularmente en zonas fronterizas binacionales o de triple frontera (Perú-Brasil-Colombia, Perú-Brasil-Bolivia, por ejemplo).
Recordemos además que existen muchos tipos de ecosistemas amazónicos, lo que supone estrategias de adaptación distintas a estos territorios por parte de sus habitantes y, a su vez, prácticas pastorales con características particulares que respondan a culturas diferentes.
2. Un sínodo que en su etapa inicial ha recogido las propuestas de las comunidades católicas de la Amazonía desde las mismas bases
El Santo Padre declaró inaugurado el Sínodo en su visita a Puerto Maldonado, Madre de Dios, Perú, en enero del 2018. Luego de ello, un equipo de trabajo elaboró el llamado documento presinodal. Este documento, acompañado de un cuestionario, fue distribuido en todos los territorios eclesiásticos amazónicos. El texto se trabajó y respondió entre los diferentes grupos de católicos de la cuenca amazónica.
Sus respuestas, recibidas de nueve países amazónicos, han ofrecido muchos insumos que se incorporaron al texto inicial de trabajo presinodal, creando un nuevo documento denominado Instrumentum laboris (IL). El Instrumentum laboris servirá de guía, discutiéndolo y rezándolo en el Sínodo, es aún un documento de trabajo, como su nombre lo indica.
Todo ello supuso un gran esfuerzo de coordinación y puesta en común. Uno de los primeros frutos fue el constatar cómo las comunidades católicas de este territorio se sentían tomadas en cuenta, escuchadas, convirtiéndose en actores, ofreciendo aportes de manera directa. Respondían así a un llamado particular de nuestro Papa para un acontecimiento eclesial, comprometiéndolas y visibilizándolas ante la comunidad universal de la Iglesia.
Recordemos que, desde el comienzo, nuestro Santo Padre insistió sobre la necesidad de una horizontalidad y representatividad de los católicos amazónicos para este Sínodo. Más aún, muchas instituciones (universidades, centros de investigación…) vinculadas a la Amazonía, pero cuya sede no está en territorio amazónico, han trabajado también el documento presinodal, enviando sus aportes.
3. Un sínodo cuyo documento de trabajo, el Instrumentum laboris (IL), propone elementos para una eclesiología que desde lo particular quiere hacerse universal
El IL irrumpe en la vida de la Iglesia presentando las características de un gran territorio eclesial que muestra un rostro amazónico dentro de la universalidad de la Iglesia. Los temas de inculturación del evangelio y de la liturgia correspondiente, la búsqueda de las semillas del Verbo en las tradiciones orales locales, el diálogo horizontal, la teología indígena, el importante rol de la mujer en el servicio eclesial amazónico, la relación con la naturaleza propiciando el cuidado de la casa común, son referentes importantes para esta lectura eclesiológica con rostro amazónico.
Todo ello supondrá tiempos de diálogo, de prueba, de confirmaciones de experiencias ya desarrolladas desde hace muchos años, o de corregir rumbos en otras situaciones. Sin duda, es un desafío para la Iglesia, pero a su vez puede abrir caminos nuevos luego de largos períodos de gestación y esfuerzo pastoral en los distintos territorios amazónicos. Además, puede servir de modelo para otros grandes territorios eclesiásticos del planeta, enriqueciendo así nuestra eclesiología.
4. Un sínodo cuyo documento de trabajo, el Instrumentum laboris, muestra las problemáticas más complejas que enfrenta la Amazonía
La estructura del IL responde al Ver, Juzgar y Actuar, tan propio de muchos textos y documentos eclesiales. Este documento de trabajo constata entonces los problemas más graves que enfrenta la Amazonía, desde una denuncia evangélica, con sus propuestas respectivas para hacerles frente. El IL busca ser parte de la solución y no del problema, teniendo como fuente de inspiración la Buena Nueva del Evangelio.
¿Cómo hacer frente e ir actuando en lo posible sobre las acciones ilegales en el territorio que destruyen personas y el ambiente? Citemos algunas de ellas: deforestación y minería ilegales amparadas por mafias y grupos de poder, expoliación de territorios ancestrales, destrucción de áreas naturales protegidas, agresiones a pueblos originarios, a pueblos en aislamiento voluntario, a pequeños propietarios, trata de personas, narcotráfico, violencia terrorista y violencia en los abusos que pretenden ser legalizados con maniobras corruptas.
¿Cómo actuar frente a un extractivismo irracional, movido sólo por fines de lucro, sin conciencia ambiental y sin respeto por las personas? Urge hacerle frente a una cultura del descarte optando por una cultura de la vida, en palabras del papa Francisco.
5. Un Sínodo cuyo documento de trabajo, el Instrumentum laboris, coloca la intervención humana en el territorio (antropización) como la causa principal de muchas de las crisis existentes, pero que afirma que la intervención humana también puede ser una posibilidad para solucionar estas situaciones extremas
Ya en la encíclica Laudato si el Papa reconoce la intervención humana como responsable de muchos de los problemas ambientales que afectan nuestro planeta, y la Amazonía no es una excepción. El incremento demográfico produce en las grandes ciudades amazónicas cinturones de miseria en sus periferias urbanas. En ellos, curiosamente, se concentran muchas veces los miembros de pueblos originarios que se desplazaron hacia las urbes por distintas razones.
Pero también este incremento demográfico se aprecia en el aumento poblacional de varios grupos indígenas, en el aumento de las migraciones que crean centros poblados en las orillas de los ríos o al borde de las nuevas carreteras que se construyen. Todo ello impacta sobre el territorio y ejerce una presión amenazante sobre el ecosistema y la vida silvestre que posee.
Las antiguas maneras de relacionarse con la naturaleza resultan insuficientes frente a este aumento poblacional y deben ser reformuladas de acuerdo con los nuevos desafíos y situaciones. El “buen vivir” tradicional de los pueblos originarios deberá reinventarse, renovar su “discurso ecológico”, su manera de relacionarse con la naturaleza.
También está el riesgo de los grandes proyectos para la Amazonía: represas y dragados de los ríos, que alterarán los ciclos hídricos o inundarán grandes extensiones de la floresta amazónica con consecuencias imprevisibles; carreteras que, si bien vinculan pueblos, funcionan también como elementos de penetración en selvas primarias favoreciendo una deforestación irracional; monocultivos –algunos de ellos transgénicos– a gran escala, cuyos efectos de impacto en el ambiente aún son imprevisibles, a pesar de constatar sus primeros efectos. Estos monocultivos requieren costosas intervenciones con productos químicos para impedir el desarrollo de plagas y enfermedades. La lista podría seguir y somos los seres humanos los responsables de todo ello.
6. Un sínodo cuyo documento de trabajo, el Instrumentum laboris, consciente de la compleja situación ambiental y el fenómeno del cambio climático por los que la Amazonía pasa, propone la ecología integral como una alternativa para desarrollar estrategias y respuestas
Resulta sugerente que la propuesta de una ecología integral hecha por el papa Francisco en la Laudato si’ pueda ser aplicada en la Amazonía. Todo está relacionado, todo está unido, desde las vínculos aparentemente más sencillos y simples hasta los más complejos. Sin embargo, todos ejercen influencia unos sobre otros en mayor o menor grado.
La minería ilegal en los Andes amazónicos no sólo destruye el entorno en las alturas, también contamina la carne de los peces consumidos por los seres humanos en la baja Amazonía; la destrucción de los bosques en la planicie amazónica, desarrollando grandes monocultivos o ganadería intensiva, contribuye a la “sabanización” y desaparición consecuente de los bosques amazónicos, lo que, a su vez altera el ciclo del agua y el régimen de lluvias.
La deforestación irracional, no sostenible, muchas veces apoyada en la ilegalidad o en la corrupción, con mafias organizadas tan violentas como las del narcotráfico, produce heridas profundas en el ecosistema amazónico y en sus habitantes2.
La ecología integral ofrece una propuesta articulada en donde lo social, lo ambiental, lo económico, lo cultural realizan el esfuerzo de actuar y trabajar conjuntamente, ofreciendo respuestas que respeten a las personas y a la naturaleza, que ofrezcan rentabilidad económica y sostenibilidad a mediano y largo plazo. Más aún, la ejecución de una completa propuesta de ecología integral se abocaría a recuperar tierras degradadas, bosques arrasados, ríos contaminados, pueblos maltratados por la violencia y el afán de lucro de grupos que penetran en sus territorios.
Pero, al mismo tiempo, mejoraría la calidad de vida de los habitantes, ofrecería sostenibilidad en las actividades productivas, sería capaz de articular los diferentes saberes (de los actores locales… particularmente de pueblos originarios, de los aportes del Estado y de instituciones comprometidas en el desarrollo y búsqueda del bienestar amazónico). Una propuesta que mostraría la capacidad de articular lo económico, lo ambiental, lo sociocultural. Una nueva manera de incorporar en la dimensión pastoral de la Iglesia referentes que nos exigen hoy día algunas respuestas.
7. Un Sínodo cuyo documento de trabajo, el Instrumentum laboris, se ofrece lleno de esperanza, proactivo, dialogal y abierto a los tiempos, una Iglesia en salida a la que el Papa nos llama
No llama la atención que aparezcan críticas a la propuesta del documento de trabajo Instrumentum laboris. Ello permite ver la importancia y urgencia del tema. Además, para todos los realmente comprometidos, exige mayor responsabilidad y seriedad en el trabajo que se hace para este Sínodo: en lo teológico, en lo pastoral, en lo ambiental.
Todo ello se orienta hacia el pedido constante del Papa: ser una Iglesia en salida, una Iglesia que, desde la fe, sale a responder a losdesafíos del mundo actual, una Iglesia que, en el caso concreto de la Amazonía, quiere ser más fiel al mensaje evangélico que porta y responder así al llamado del pueblo de Dios en ese particular y extenso territorio. Una Iglesia comprometida con el ser humano y con el entorno que lo rodea, con la creación.
Un Sínodo que incomoda a pocos y confirma a muchos (P. Adelson Araújo dos Santos SJ)
En vísperas del comienzo de uno de los eventos más importantes de la Iglesia Católica para este año – el Sínodo Especial sobre la Amazonía – algunas pocas voces han generado dudas sobre la catolicidad de este sínodo, ya que su instrumento de trabajo estaría lleno de errores teológicos y de herejías. Y algunos acusan al Papa Francisco de promover un evento político para dañar a ciertos gobiernos.
Con el presente artículo, tenemos la intención de demostrar que, por el contrario, el documento preparatorio del Sínodo refleja una expresión clara y limpia de la fe y la doctrina cristiana, basada teológicamente en la Sagrada Escritura y el Magisterio de los Papas, que impregna todo el contenido desarrollado por los redactores presinodales.
Al mismo tiempo, trataremos de demostrar que la convocatoria de este sínodo no es el resultado de un gesto aislado del Papa actual, sino que es consistente con la posición que la Iglesia ha tomado históricamente a favor de la Amazonía, sus pueblos originales, la creación y la vida en general y del diálogo intercultural con las diferentes realidades donde ha llegado la evangelización, como pasaremos a analizar.
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Fuentes:
Vatican News / Revista Páginas / AICA / Vida Nueva