El Vaticano y China firmaron acuerdo para designación de obispos

8:00 p m| 2 oct 18 (VI/LN/VATN).- La Santa Sede y la República Popular China anunciaron un histórico “acuerdo provisorio” sobre las modalidades para seleccionar y nombrar a los obispos católicos chinos. Aunque no implica el restablecimiento de relaciones diplomáticas -interrumpidas en 1949, cuando Mao Zedong proclamó la república popular-, es un paso trascendental en ese sentido.

“El objetivo del acuerdo no es político, sino pastoral, que permitirá a los fieles tener obispos que están en comunión con Roma y al mismo tiempo son reconocidos por las autoridades chinas”, explicó el vocero papal Greg Burke. Inmediatamente, la firma desencadenó medidas desde ambas partes, como el reconocimiento de los últimos ocho obispos chinos ordenados sin mandato pontificio, la validación del Ejecutivo para la creación de una diócesis católica por primera vez en más de setenta años y la autorización para que obispos chinos participen de la Asamblea del Sínodo.

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Sobre el acuerdo (Gianni Valente – Vatican Insider)

El comunicado, divulgado el 22 de setiembre por ambas partes, indica que este “acuerdo provisional” es “fruto de un gradual y recíproco acercamiento”, estipulado “tras un largo recorrido de ponderada negociación”. El Acuerdo, prosigue el texto del comunicado, “prevé evaluaciones periódicas sobre su ejecución” y “trata sobre el nombramiento de los obispos, cuestión de gran relieve para la vida de la Iglesia, y crea las condiciones para una colaboración más amplia a nivel bilateral”.

El acuerdo concluye con el deseo conjunto de que “favorezca un fecundo y clarividente recorrido de diálogo institucional, y contribuya positivamente a la vida de la Iglesia católica en China, al bien del Pueblo chino y a la paz en el mundo”.

-¿Qué quiere decir un acuerdo “provisional”?

El comunicado que dieron a conocer el Vaticano y el gobierno chino informa que el Acuerdo entre la China popular y la Santa Sede fue suscrito, pero no publica el texto del mismo. El acuerdo es definido como “provisional”, porque contempla un periodo de prueba (por lo menos, presumiblemente, de dos años), para experimentar en la realidad el funcionamiento y sus efectos.

El texto no fue publicado precisamente porque el acuerdo representa un instrumento de trabajo flexible, que, con el consenso de ambas partes, podrá ser mejorado y modificado, incluso en su codificación textual durante el periodo de aplicación experimental. Por ello no se ofrecen detalles sobre el método que se utilizará para los futuros nombramientos episcopales en China. Pero los procedimientos no deberían alejarse demasiado de los que presentó un artículo del “Global Times” en 2010, después de que una intensa fase de negociaciones entre la Santa Sede y el gobierno chino parecía haber preparado el terreno para un acuerdo sobre los nombramientos de los obispos católicos chinos.

En esa época, en el periódico en línea vinculado con el Partido Comunista, el académico chino Liu Peng, director del Instituto Pu Shi para las Ciencias Sociales, explicó que el procedimiento entonces planteado para los nombramientos episcopales habría comenzado por los mecanismos para seleccionar “in loco” (mediante consultas entre los representantes de las parroquias) los nombres de candidatos al episcopado. Después estos habrían debido contar con el visto bueno del gobierno de Pekín, antes de ser sometidos a la evaluación de la Santa Sede para la decisión definitiva.

La Santa Sede, explicó el profesor chino en 2010, dando la impresión de estar bien informado, habría podido rechazar a los candidatos que no le parecieran indicados para el papel de obispo. Entonces se habrían tomado en consideración otros nombres, con otros rounds de consultas, hasta que se encontrara al candidato ideal, tanto para el gobierno como para la Santa Sede.

-No más fracturas ni decisiones unilaterales

El acuerdo provisional se limita a definir los términos de la legitimación canónica de los 7 obispos que fueron ordenados sin la aprobación del Papa, y los procedimientos que habrá que seguir para las futuras ordenaciones episcopales. Por lo que siguen pendientes varios problemas abiertos, como la situación de los obispos hasta ahora no reconocidos como tales por las autoridades gubernamentales (los llamados obispos “clandestinos”) o el estatus y el papel del Colegio de los obispos chinos (hasta ahora no reconocido como organismo eclesial por parte de la Santa Sede, porque, entre otras cosas, están excluidos precisamente los llamados obispos “clandestinos”).

Pero al andar hay que dar un paso a la vez, por lo que la negociación entre China y la Santa Sede ha tomado un camino gradual, en el que se van resolviendo los problemas uno por uno sin pretender solucionar todas las cuestiones de un solo golpe. Las partes acordaron juntas cuál sería el método de trabajo para garantizar el diálogo: mientras se va avanzando, al afrontar las diferentes cuestiones, cada uno de los puntos será discutido a ultranza, hasta encontrar una solución compartida. Y ninguna de las partes podrá tomar iniciativas unilaterales, por lo que no se deberían verificar nuevas fracturas.

-¿Qué cambia y qué indica el acuerdo?

El acuerdo entre China y la Santa Sede sobre el nombramiento de los obispos no es como un golpe de varita mágica que resolverá todos los problemas. No autoriza que se caiga en el triunfalismo ni en la retórica de los “cambios históricos”, porque se trata de un paso en un proceso en el que han estado involucrados por lo menos tres Pontificados.

Pero es cierto que se trata de un momento importante en un largo camino, lleno de esfuerzos, dolores, conflictos y miserias varias. Por primera vez un acuerdo que involucra a la República Popular China reconoce “di facto” el papel del Sucesor de Pedro como guía espiritual y jerárquica de la Iglesia, en un punto que toca el corazón mismo de la unidad católica, como es el nombramiento de los obispos.

A partir de ahora, pues, todos los obispos chinos serán ordenados en plena y pública comunión jerárquica con el Papa. Podrán comenzar a cerrarse las heridas que ha sufrido en la unidad el cuerpo eclesial desde hace 70 años, con las ordenaciones episcopales forzadas y sin consenso pontificio, administradas en China a partir de 1958.

Podrán finalmente ser archivadas las sospechas sobre la validez de los sacramentos administrados en todas las iglesias chinas. Podrán ser archivados también los estereotipos engañosos sobre las “dos Iglesias” (una “fiel” al Papa y otra “fiel” al gobierno comunista) que todavía dominan en las representaciones mediáticas conformistas del catolicismo en china.

Podrán comenzar a disiparse los fantasmas de pulsiones sectarias o cismáticas que han atormentado durante varios años a la comunidad católica en China. La Iglesia es ella misma y cumple su misión, cuando es una, aunque esté bajo vigilancia o sea perseguida.

El acuerdo entre el gobierno chino y la Santa Sede sobre los nombramientos de los obispos también es una victoria (dulce, sin rabias ni soberbias) del “sensus fidei” de muchos católicos chinos. El pueblo de Dios ha demostrado con hechos concretos que no quiere escuchar ni dar crédito a obispos consagrados sin el mandato pontificio.

Muchos sacerdotes, por su parte, se han negado a convertirse en obispos si su nombramiento no contaba con el visto bueno del Papa. Esto ha cancelado la idea de una “Iglesia a medida”, completamente asimilada por los aparatos políticos. Y convenció incluso al gobierno de que los obispos católicos no son simples comisarios de partido impuestos desde el exterior, y de que el vínculo de comunión jerárquica con el Sucesor de Pedro es para ellos un rasgo al que no puede renunciar el propio ministerio.

De esta manera la Iglesia en China ha confesado, incluso ante el poder y los poderosos, que el reino anunciado en el Evangelio no es de este mundo, precisamente al elegir y vivir su historia sin escapar de la propia cruz, siguiendo el ejemplo de Cristo.

 

El Papa readmite a la plena comunión eclesial a 8 obispos chinos

A fin de sostener el anuncio del Evangelio en China, el Santo Padre Francisco ha decidido readmitir a la plena comunión eclesial a los restantes Obispos “oficiales” ordenados sin Mandato Pontificio. Se trata de Mons. Giuseppe Guo Jincai; Mons. Giuseppe Huang Bingzhang; Mons. Paolo Lei Shiyin; Mons. Giuseppe Liu Xinhong; Mons. Giuseppe Ma Yinglin; Mons. Giuseppe Yue Fusheng; Mons. Vincenzo Zhan Silu y Mons. Antonio Tu Shihua, O.F.M. (fallecido el 4 de enero de 2017, quien antes de morir había manifestado su deseo de ser reconciliado con la Sede Apostólica).

El Papa Francisco desea que, con las decisiones tomadas, pueda iniciarse un nuevo recorrido, que permita superar las heridas del pasado realizando la plena comunión de todos los católicos chinos.

La Comunidad católica en China está llamada a vivir en una colaboración más fraterna, para llevar con renovado empeño el anuncio del Evangelio. En efecto, la Iglesia existe para testimoniar a Jesucristo y el Amor que perdona y salva del Padre.

 

El Papa constituye la diócesis de Chengde en China Continental

Con el deseo de promover el cuidado pastoral del rebaño del Señor y para atender más eficazmente a su bien espiritual, el Sumo Pontífice Francisco decidió constituir en China Continental la diócesis de Chengde, sufragánea de Beijing, con sede episcopal en la iglesia catedral de Jesús Buen Pastor, ubicada en la División Administrativa de Shuangluan, “Ciudad de Chengdé”.

Una parte significativa del territorio de la nueva Diócesis pertenecía en la antigüedad al Vicariato Apostólico de Mongolia Oriental, erigido el 21 de diciembre de 1883 y elevado a la diócesis de Jehol/Jinzhou con la Bula Quotidie Nos del Papa Pío XII del 11 de abril de 1946.

La nueva circunscripción eclesiástica se encuentra en la provincia de Hebei. El territorio se encuentra dentro de los límites administrativos civiles actuales de la “Ciudad de Chengde” y por lo tanto incluye ocho Distritos rurales (Chengdé, Xinglong, Pingquan, Luanping, Longhua, Fengning, Kuancheng y Weichang) y tres Divisiones Administrativas (Shuangqiao, Shuangluan y Yingshouyingzikuang).

Como resultado, los confines eclesiásticos de las diócesis de Jehol/Jinzhou y Chifeng son cambiadas, ya que una parte de su territorio es asignada ahora a la nueva diócesis de Chengde. Tiene una superficie de 39.519 km² y una población de unos 3,7 millones de habitantes. Según datos recientes, hay unos 25.000 católicos, distribuidos en 12 parroquias, en las que 7 sacerdotes, una docena de religiosos y algunos seminaristas sirven como servicios pastorales.

 

Los obispos chinos podrán participar en el próximo Sínodo

Son Giovanni Battista Yang Xaoting y Giuseppe Guo Jincai los dos primeros obispos católicos que podrían participar en una asamblea general del Sínodo de la Iglesia católica.

Fue Wang Zuo’an, actual “número dos” del “Frente Unido” (según indican fuentes chinas a Vatican Insider) quien comunicó, durante un encuentro con los representantes de la Asociación patriótica de los católicos chinos y de la Conferencia Episcopal, los nombres de los dos obispos que recibieron la autorización necesaria para dejar el país y dirigirse a Roma durante el mes de octubre, para participar (salvo sorpresas) en la asamblea sinodal sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional. Wang Zuo’an es desde muchos años director de la Administración estatal para asuntos religiosos (SARA).

Hasta ahora nunca había sucedido. Nunca antes sucesores de los apóstoles provenientes de China habían podido participar en un encuentro de la institución permanente del Colegio Episcopal de la Iglesia católica, constituida por Pablo VI en 1965. Después de la firma del acuerdo provisional entre la Santa Sede sobre las modalidades para nombrar a los obispos chinos, la participación de dos representantes del episcopado chino en el Sínodo de los obispos sería otra señal importante de que el camino de la Iglesia comienza a proceder por el camino de la normalidad, superando progresivamente todas las anomalías que han caracterizado la condición del catolicismo durante los últimos 70 años.

Algunos obispos chinos fueron invitados sin éxito en 1998, durante el Pontificado de Juan Pablo II (Mattia Duan Yinming y Giuseppe Xu Zhixuan, obispos de Wanxian), y en 2005, durante el Pontificado de Benedicto XVI (Antonio Li Duan de Xi’an, Aloysius Jin Luxian de Shanghái, Giuseppe Wei Jingyi Qiqihar y Lucas Li Jingfeng de Fengxiang).

 

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Fuentes:

Vatican Insider / La Nación / Vatican News / Vida Nueva

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