Las características de una ciencia de la sostenibilidad
10:00 a m| 3 ago 18 (LCC).- En 2020 la Conferencia de París sobre el cambio climático (2015) será recordada como un éxito o un fracaso, porque cada nación salió de ella con la responsabilidad de asumir sus propios compromisos. El año 2015 también estuvo marcado por el lanzamiento en Nueva York de los Sustainable Development Goals (Objetivos de desarrollo sostenible). No ha sido secundaria, respecto a esos eventos, la encíclica del Papa Francisco, Laudato sí, que se dirige a toda la humanidad.
A medida que crece el conocimiento científico y se refuerza un diálogo social sobre las necesidades, cambia también nuestro modo de pensar. Ahora, mientras el mundo se concentra en los problemas, un entramado creciente de valores humanos viene a cuestionar nuestro estilo de vida. Las personas y las instituciones están reflexionando sobre dónde incluir los valores fundamentales cuando nos preguntamos porqué y cómo hacemos ciencia, y sobre lo que comunicamos y enseñamos. Ensayo de Peter Walpole SJ. publicado en la Civiltà Cattolica.
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Algunos científicos intentan resolver problemas importantes para el ser humano, otros buscan la transparencia de las inversiones y la producción científica de las empresas, y los estudiantes se encuentran eligiendo entre un número creciente de cursos científicos integradores. Todo esto con la esperanza de una sociedad global que se preocupe por los demás, por la tierra y por los mares, aunque hasta el día de hoy no somos capaces de gestionar nuestros residuos, ni a nivel personal ni a nivel comunitario.
¿Cómo será el mundo cuando haya universidades enteras dedicadas exclusivamente a transformar los Objetivos de desarrollo sostenible (ODS) en realidad, involucrando a las personas? ¿Qué puede guiar nuestros procesos de toma de decisiones hacia este fin? Aquí está el desafío. Dados los límites de nuestro planeta, necesitaremos todas nuestras energías para promover una ciencia humana capaz de cuidar a la humanidad y a nuestro contexto ambiental. Todavía no sabemos qué aspectos presentará esta ciencia de la sostenibilidad, pero el camino para establecer prioridades necesarias se está volviendo cada vez más claro en diferentes instituciones, comunidades y sociedades.
En función de los intereses locales y regionales, algunos investigadores, profesionales y jesuitas se reunieron para debatir sobre la ciencia de la sostenibilidad, la sabiduría local y la resistencia a los riesgos. La primera reunión regional se refirió a Asia Pacífica y tuvo lugar en Mindanao, Filipinas. In situ, el grupo de académicos pudo darse cuenta del proceso de recuperación después de los tifones Washi y Bopha. Reunió a agricultores y comunidades indígenas de las zonas montañosas para evaluar el impacto de los sistemas intensivos de monocultivo de maíz y azúcar en el uso de la tierra, en el tejido sociocultural y los desafíos a los que se enfrentan los jóvenes. Se habló con funcionarios locales sobre lo que se necesita para la gestión de los recursos territoriales e hídricos.
Una segunda reunión se preocupó de Asia meridional: un grupo se reunió en Calcuta y se centró en las necesidades hídricas, visitando las comunidades de los Sundarbans. Con respecto a la región África-Madagascar, un grupo, reunido en Nairobi, prestó atención al agua y a la situación de la educación urbana básica, considerando también los otros ocho límites planetarios (planetary boundaries) en la experiencia ambiental local.
Finalmente, la última reunión regional, celebrada en Europa en la Universidad de Namur, tomó en consideración los desafíos en los aspectos filosóficos y académicos de la enseñanza de hoy y la necesidad de la transformación personal.
Los ponentes de estas cuatro reuniones regionales ya estaban discutiendo sobre “un mundo en riesgo” y querían escuchar otras reflexiones sobre cómo ayudar a cambiar la situación. Por esta razón fueron invitados a colaborar con el Stockholm Environmental Institute. En noviembre de 2015 hubo una reunión —”Una llamada al diálogo sobre la ciencia de la sostenibilidad y sus valores”— en la que participó un grupo de 40 científicos, educadores y profesionales, y en la cual intentaron comprender mejor la necesidad de combinar ciencia de la sostenibilidad y valores.
Científicos, académicos, abogados, médicos, ingenieros y ambientalistas son conscientes del desafío indisciplinar de la sostenibilidad y la necesidad de una participación social más amplia, que es demasiado grande para cada disciplina o institución. En cuanto a la educación superior, ya hay medio millón de profesores en los Estados Unidos en 5000 universidades, y un número similar se encuentra en Europa.
Esta educación está destinada a crecer rápidamente: la Unesco habla de «masificación» en África y en Asia, pero los procesos de aprendizaje deben cambiar radicalmente para satisfacer las necesidades de sostenibilidad de las personas.
¿Cómo hacer posible este proceso de satisfacer las necesidades de sostenibilidad humana con una discusión clara de valores y prioridades? Las conversaciones regionales antes mencionadas han revelado los elementos necesarios para una transformación de las instituciones y las personas con la creación de una ciencia de la sostenibilidad que sirva para el cambio de la sociedad y aborde la fuente de las preocupaciones. Se identificaron 9 puntos relativos a las instituciones y 4 relacionados con la transformación personal. Los presentamos aquí con algunas reflexiones.
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Fuente:
La Civiltà Cattolica