Francisco en Suecia: “La unidad entre los cristianos es una prioridad”
6:00 p m| 2 nov 16 (AGENCIAS/BV).- “A través del diálogo y el testimonio compartido, ya no somos extraños… es mucho más lo que nos une que lo que nos separa”, son expresiones que resumen parte del mensaje que Francisco transmitió en su visita a Suecia, con ocasión de la Conmemoración Conjunta, luterano-católica, a 500 años del inicio de la Reforma protestante.
En su visita de dos días, Francisco participó de la oración ecuménica en la catedral luterana de Lund, firmó una declaración conjunta, ofreció un discurso donde resaltó el valor de la colaboración y el diálogo entre cristianos para encarar situaciones como la crisis de refugiados, y antes de regresar a Roma celebró una misa con la comunidad católica, en la que se refirió a los santos y las bienaventuranzas. Recogemos también detalles de la conferencia de prensa en el vuelo de regreso.
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Celebración en Lund: Francisco pide superar las “controversias y malentendidos” entre católicos y luteranos
“Permaneced en mí, y yo en vosotros”. Con estas palabras que pronunció Jesús en la última cena, Papa Francisco comenzó su homilía en Lund, Suecia, en la catedral en la que fue fundada la Federación Mundial y en donde se llevó a cabo la oración común con los luteranos para conmemorar los 500 años de la Reforma, Bergoglio dijo que “podemos sentir” el corazón de Cristo, “sus latidos de amor por nosotros y su deseo de unidad para todos los que creen en Él”. Nos “dice que él es la vid verdadera y nosotros los sarmientos; y que, como él está unido al Padre, así nosotros debemos estar unidos a él, si queremos dar fruto”.
“Es también un momento para dar gracias a Dios por el esfuerzo de tantos hermanos nuestros, de diferentes comunidades eclesiales, que no se resignaron a la división, sino que mantuvieron viva la esperanza de la reconciliación. No podemos resignarnos a la división y al distanciamiento que la separación ha producido entre nosotros” —dijo el Papa. “Tenemos la oportunidad de reparar un momento crucial de nuestra historia, superando controversias y malentendidos que a menudo han impedido que nos comprendiéramos unos a otros”.
Bergoglio añadió: “debemos mirar con amor y honestidad a nuestro pasado y reconocer el error y pedir perdón: solamente Dios es el juez. Se tiene que reconocer con la misma honestidad y amor que nuestra división se alejaba de la intuición originaria del pueblo de Dios, que anhela naturalmente estar unido, y ha sido perpetuada históricamente por hombres de poder de este mundo más que por la voluntad del pueblo fiel, que siempre y en todo lugar necesita estar guiado con seguridad y ternura por su Buen Pastor”.
Concluyó refiriéndose a la la experiencia espiritual de Martín Lutero, que “nos interpela y nos recuerda que no podemos hacer nada sin Dios. ¿Cómo puedo tener un Dios misericordioso?. Esta es la pregunta que perseguía constantemente a Lutero. En efecto, la cuestión de la justa relación con Dios es la cuestión decisiva de la vida”. Francisco indicó que mediante el concepto de “sólo por la gracia divina”, se nos recuerda que “Dios tiene siempre la iniciativa y que precede cualquier respuesta humana, al mismo tiempo que busca suscitar esa respuesta. La doctrina de la justificación, por tanto, expresa la esencia de la existencia humana delante de Dios”.
La unidad de los cristianos es “para que el mundo crea”, como se lee en el Evangelio de Juan. Esto, dijo el Papa, es “lo que nos conforta, y nos mueve a unirnos a Jesús para pedirlo con insistencia: Danos el don de la unidad para que el mundo crea en el poder de tu misericordia. Este es el testimonio que el mundo está esperando de nosotros. Los cristianos seremos testimonio creíble de la misericordia en la medida en que el perdón, la renovación y reconciliación sean una experiencia cotidiana entre nosotros. Juntos podemos anunciar y manifestar de manera concreta y con alegría la misericordia de Dios, defendiendo y sirviendo la dignidad de cada persona. Sin este servicio al mundo y en el mundo, la fe cristiana es incompleta”.
Leer aquí la oración del Papa Francisco (completa).
Firma de una declaración conjunta católico-luterana
En el documento se insiste en agradecer el acontecimiento de Lund y por los 50 años de diálogo entre católicos y luteranos, y nuevamente se invita a seguir por este camino. Pero hay frases que no tienen desperdicio, como cuando se admite que “las diferencias teológicas estuvieron acompañadas por el prejuicio y por los conflictos, y la religión fue instrumentalizada con fines políticos”. O como cuando se aclara que ahora no se trata de restaurar el pasado, sino de interpretarlo desde otra perspectiva: “Aunque el pasado no puede ser cambiado, lo que se recuerda y cómo se recuerda, puede ser trasformado. Rezamos por la curación de nuestras heridas y de la memoria, que nublan nuestra visión recíproca”.
En el punto en el que se aboga por el “testimonio común”, la declaración aterriza en dos problemas acuciantes hoy: los refugiados y el cuidado de la creación: “Nosotros, luteranos y católicos, instamos a trabajar conjuntamente para acoger al extranjero, para socorrer las necesidades de los que son forzados a huir a causa de la guerra y la persecución, y para defender los derechos de los refugiados y de los que buscan asilo. Rogamos por un cambio de corazón y mente que conduzca a una actitud amorosa y responsable en el cuidado de la creación”.
Católicos y luteranos rezan para que Dios inspire, anime y dé fuerza a los cristianos de ambas confesiones para que puedan, juntos, defender “los derechos humanos y la dignidad, especialmente la de los pobres, trabajando por la justicia y rechazando toda forma de violencia. Dios nos convoca para estar cerca de todos los que anhelan dignidad, justicia, paz y reconciliación”. En particular, se pide que los cristianos alcen la voz para poner fin a “la violencia y el radicalismo, que afecta a muchos países y comunidades, y a innumerables hermanos y hermanas en Cristo. Nosotros, Luteranos y Católicos, instamos a trabajar conjuntamente para acoger al extranjero, para socorrer las necesidades de los que son forzados a huir a causa de la guerra y la persecución, y para defender los derechos de los refugiados y de los que buscan asilo”.
Leer aquí la Declaración Conjunta (completa)
El Papa en Malmö: “Cristianos unidos seamos protagonistas de la revolución de la ternura”
En la tarde del lunes 31 de octubre, el Papa Francisco participó de un masivo encuentro ecuménico en el Malmö Arena. Un acontecimiento cercano –a pesar de la multitud de participantes– al estilo de los que se suelen realizar en los viajes apostólicos: música, testimonios y una alentadora intervención del Pontífice.
El Papa llegó al estadio acompañado del presidente y del secretario de la Federación Luterana Mundial, Munib Yunan y Martin Junge, respectivamente, y del cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
Con una puesta en escena espectacular a nivel visual y musical, el eje del encuentro fue las sucesivas intervenciones de cuatro personas que narraron sus experiencias, cuyos denominadores común eran el empeño en la solidaridad: la joven india Pranita, que ahondó en el maltrato a la creación; el sacerdote colombiano Héctor Fabio Henao, quien habló del trabajo conjunto entre católicos y luteranos en su país; Marguerite, una mujer de Burundi con una animosa narración sobre “la locura del amor” que le llevó a poner en marcha un proyecto a favor de los niños; y Rose, una refugiada de Sudán del Sur. Las cuatro alocuciones dieron pie al Papa para desarrollar su discurso.
– “Comparto tu consternación –dijo, en primer lugar, refiriéndose a la india Pranita– por los abusos que dañan nuestro planeta, nuestra casa común, y que generan graves consecuencias también sobre el clima. Como bien has recordado, los mayores impactos recaen a menudo sobre las personas más vulnerables y con menos recursos, y son forzadas a emigrar para salvarse de los efectos de los cambios climáticos”. Francisco reclamó particularmente a los cristianos un estilo de vida y un comportamiento “coherentes con nuestra fe”.
– Al Papa le agradó saber que en Colombia “los cristianos se unen para dar vida a procesos comunitarios y sociales de interés común”, y pidió a todos los presentes a rezar “por esa tierra maravillosa” para que “se pueda llegar finalmente a la paz, tan deseada y necesaria”.
– También animó el Pontífice a Marguerite para que siga realizando su “admirable” labor: “Lo que tú consideras como una misión, ha sido una semilla que ha generado abundantes frutos, y hoy, gracias a esta semilla, miles de niños pueden estudiar, crecer y recuperar la salud”. Y añadió: “Has dicho que todos los que te conocen piensan que lo que haces es una locura. Por supuesto, es la locura del amor a Dios y al prójimo. Ojalá que se pudiera propagar esta locura, iluminada por la fe y la confianza en la Providencia”.
– Finalmente, Francisco calificó a Rose como un ejemplo de “vida fecunda”: “Mientras escuchaba tu historia, me venía a la mente la vida de tantos jóvenes que necesitan de testimonios como el tuyo. Me gustaría recordar que todos pueden descubrir esa condición maravillosa de ser hijos de Dios y el privilegio de ser queridos y amados por él. Rose, te agradezco de corazón tus esfuerzos y tus desvelos por animar a otras niñas a regresar a la escuela y, también, el que rece todos los días por la paz en el joven estado de Sudán del Sur, que tanto la necesita”.
Leer aquí crónica de Andrea Tornielli sobre el encuentro
Homilía de Francisco en Suecia: “La mansedumbre nos acerca a Jesús y nos hace estar unidos entre nosotros”
En la Solemnidad de Todos los Santos, durante la segunda y última jornada del Viaje Apostólico a Suecia, el Papa celebró la Santa Misa en el Swedbank Stadion. En su homilía el Obispo de Roma recordó que la llamada a la santidad es para todos y hay que recibirla del Señor con espíritu de fe. Además, Francisco afirmó que “los santos nos alientan con su vida e intercesión ante Dios”, mientras nosotros, por nuestra parte, “nos necesitamos unos a otros para hacernos santos”. De ahí que el Santo Padre haya invitado a pedir la gracia de acoger con alegría esta llamada para trabajar unidos para llevarla a plenitud.
Francisco agregó que hay algo que caracteriza a los santos, y es que que son realmente felices. Sí, porque han encontrado el secreto de esa felicidad auténtica, que se anida en el fondo del alma y que tiene su fuente en el amor de Dios. Por esta razón – prosiguió – a los santos se los llama bienaventurados. Porque las bienaventuranzas – explicó el Papa – son su camino, su meta y su patria.
En efecto, el Pontífice se refirió a las bienaventuranzas como el camino de vida que el Señor nos enseña, para que sigamos sus huellas, tal como se desprende del Evangelio del día, que relata cómo Jesús las proclamó ante una gran muchedumbre en un monte junto al lago de Galilea.
Leer aquí homilía completa
Conferencia de prensa en el avión: “No es humano cerrar puertas y corazones a los refugiados”
Para Bergoglio, “el migrante debe ser tratado con ciertas reglas, porque migrar es un derecho, pero está muy regulado”. Sin embargo, “el refugiado viene de situaciones de angustia, hambre, guerra terrible, y su estatus requiere más cuidados y más trabajo”. Sobre la integración de culturas, Francisco dijo que “no debemos espantarnos”, pues “Europa fue construida con una continua integración de culturas”. Lo dijo Francisco dialogando con los periodistas durante el vuelo de regreso de la ciudad de Malmö a Roma.
“¿Qué pienso sobre los países que cierran las fronteras? Creo que, en teoría, no se puede cerrar el corazón a un refugiado. También está la prudencia de los gobernantes, que deben ser muy abiertos para recibirlos pero también deben hacer el cálculo de cómo poderlos alojar, porque no solo hay que recibir a un refugiado: hay que integrarlo”, apuntó.
“No es humano cerrar las puertas, no es humano cerrar los corazones, y a la larga esto se paga, se paga políticamente, como también se paga políticamente una imprudencia en los cálculos y recibiendo a más de los que pueden ser integrados”, dijo el Papa, quien alertó del riesgo de crear guettos para los inmigrantes. “Creo que el peor consejero para los países que tienden a cerrar las fronteras siempre es el miedo”.
Leer aquí la conferencia de prensa completa
Sobre los católicos en Suecia
La diócesis católica de Estocolmo abarca toda Suecia con sus 44 parroquias, desde Escania en el sur, hasta el círculo polar ártico, en el norte. Los católicos registrados en esta nación escandinava son el 1,15% de la población, 115 mil, número que llega a 150 mil, si se suman los que no están registrados oficialmente. La mayoría son inmigrantes o descendientes de inmigrantes.
Entre las prioridades que afronta, está la atención a los refugiados y a los emigrantes, que así como en los años 80, llegaban desde América Latina, ahora llegan desde Oriente Medio, Siria, Irak, El Líbano.
Una Iglesia verdaderamente universal y multicultural: una de las peculiares características de la Iglesia católica en Suecia es que está integrada por 80 nacionalidades por lo que el cuidado pastoral se desarrolla en muchos idiomas.
Fuentes:
Radio Vaticano / Vida Nueva / Vatican Insider / Religión Digital