Francisco recibe a valdenses y metodistas. Meses atrás pidió perdón por persecuciones
1:00 p m| 16 mar 16 (LA NACIÓN/BV).- Nueve meses después de la visita histórica del Papa al templo de los valdenses en Turín, cuando el Pontífice pronunció el mea culpa y pidió perdón por los sufrimientos que provocaron los católicos a esta minoría protestante arraigada principalmente en el Piamonte y en Calabria, le devuelven la visita de cortesía. En la recordada visita, Francisco se expresó así: “De parte de la Iglesia Católica, les pido perdón por las actitudes y los comportamientos no cristianos, incluso no humanos que, en la historia, tuvimos contra ustedes. En nombre del Señor Jesucristo, ¡les pido perdón!”.
—————————————————————————
Delegación de Iglesia valdense y metodista visitan al Papa por primera vez
“Devolvemos con alegría y espíritu de fraternidad la visita que el Papa nos hizo el 22 de junio de 2015, al visitarnos en el templo valdense de Turín, lugar simbólico de la emancipación de los valdenses después de 1848”, explicó hace algunos días el moderador de la Mesa valdense, el pastor Eugenio Bernardini, quien además expresó el deseo de que los valdenses y metodistas dieran más cuerpo “a un diálogo ecuménico que, también bajo el impulso de Papa Francisco, está creciendo visiblemente.
No estoy pensando solo en los documentos doctrinales redactados en común, sino también en la necesidad -subrayó Bernardini- de una nueva y más acogedora misión cristiana en un mundo cada vez más plural y secularizado; y pienso también en el ecumenismo en la diaconía que tal vez nunca como en estos días acerca a los católicos y a los protestantes en el compromiso como para un mundo más capaz de diálogo y de justicia, como la acogida para los prófugos y la tutela de los derechos de los migrantes”.
La delegación que hoy recibió Francisco en el Vaticano (primero en el Palacio apostólico y después en la residencia Santa Marta) estaba formada por Bernardini y algunos pastores y laicos: Greetje van der Veer, Aldo Lausarot, Luca Anziani, Jens Hansen, Lothar Vogel, Maria Bonafede, Raul Matta, Claudio Paravati y Paolo Naso.
El Papa pidió perdón por la persecución a los valdenses
A fines de junio del año pasado (2015) Francisco hizo historia. No sólo se convirtió en el primer Papa en pisar una iglesia valdense, algo que había hecho muchas veces en Buenos Aires cuando era arzobispo. En nombre de la Iglesia Católica, le pidió a esta comunidad cristiana perdón por las persecuciones y condenas “inhumanas” que sufrió en el pasado.
“De parte de la Iglesia Católica les pido perdón por las actitudes y los comportamientos no cristianos, hasta inhumanos, que en la historia hemos tenido en su contra. ¡En nombre del Señor Jesucristo, perdónennos!”, exhortó Jorge Bergoglio, en una de las citas más importantes de su visita de 34 horas a Turín, la zona de la que su familia emigró a la Argentina a principios del siglo pasado.
Sus palabras, pronunciadas en medio de un silencio impactante dentro del templo valdense del centro de Turín, marcaron el cierre de una época de condenas. Fueron dichas 838 años después del nacimiento del movimiento de “pobres de Lyon”, fundado en el sur de Francia por un mercader llamado Pedro Valdo.
Los valdenses, que buscaban la autenticidad del Evangelio a través de la predicación itinerante, fueron duramente perseguidos en Francia e Italia y se instalaron con mayor concentración en los valles alpinos del Piamonte. Eran laicos católicos que reivindicaban el derecho a predicar el Evangelio sin ser sacerdotes. Por eso fueron excomulgados en 1184 por el Papa Lucio III. A partir de entonces, sufrieron un tiempo de persecución, robos, torturas, juicios, ejecuciones y masacres. Para escapar de un exterminio total se refugiaron en una zona montañosa de los Alpes, en el norte de Italia, conocida hasta hoy como “valles valdenses”.
Adhirieron a la Reforma Protestante en 1532 y solo dejaron de sufrir persecuciones en 1848, cuando el rey de Italia Carlos Alberto reconoció por primera vez a los valdenses los mismos derechos civiles y políticos de sus conciudadanos. Esa nueva situación les permitió, entre otros hechos importantes, la posibilidad de emigrar. Y algunos lo hicieron hacia América del Sur.
No por nada Francisco fue recibido en el templo valdense de Turín con un canto en español de los migrantes valdenses del Río de la Plata. Y al principio de su histórico discurso, al destacar la cálida recepción, evocó los encuentros que había tenido, como arzobispo de Buenos Aires, con “los amigos de la Iglesia Evangélica Valdense del Río de la Plata”, de los que, dijo, pudo “apreciar la espiritualidad y la fe, y aprender muchas cosas buenas”.
Francisco destacó que uno de los principales frutos del movimiento ecuménico -que busca la unidad de los cristianos- es el redescubrimiento de la fraternidad que une a todos los que creen en Jesús y que fueron bautizados en su nombre.
“Lamentablemente, ha ocurrido y sigue ocurriendo que los hermanos no acepten sus diversidades y terminen por hacerse la guerra el uno contra el otro”, dijo, antes del histórico pedido de perdón a los valdenses. Un largo aplauso que liberó emociones contenidas estalló cuando culminó el “mea culpa” de Francisco, que volvió a confirmar su determinación a avanzar en el camino de la unidad, dejando atrás los conflictos.
“Querido Papa Francisco, querido hermano en Cristo, entrando a este templo, usted ha cruzado un umbral histórico, el de un muro que se había levantado hace ocho siglos”, le dijo al Papa el pastor Eugenio Bernardini, moderador de la mesa valdense, al resumir el sentir de los presentes.
Enlace recomendado
- Discurso completo del Papa Francisco en visita al templo valdense (22 de junio del 2015)
Fuentes:
La Nación / Vatican Insider / Rome Reports