Un rabino judío y un líder musulmán estarán junto al Papa en Tierra Santa
10.00 p m| 20 may 14 (AGENCIAS/BV).- Dos antiguos amigos y colaboradores de Francisco, de cuando era arzobispo de Buenos Aires, el rabino Abraham Skorka y Omar Abboud, un dirigente de la comunidad islámica argentina, participarán de la delegación oficial de la visita del Papa Francisco a Tierra Santa, del 24 al 26 de mayo, que tendrá como destinos Jordania, Cisjordania e Israel.
El vocero vaticano, P. Federico Lombardi SJ, dijo que la presencia de ambos en la delegación era una “novedad absoluta” deseada por Francisco para demostrar la “normalidad” de tener amigos de otras confesiones. El viaje del Papa será “muy breve y muy intenso”, como fue el de Pablo VI en 1964, agregó luego Lombardi, durante una reunión con periodistas.
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El primero que invitó al Papa a Jordania, Palestina e Israel, subrayó el jesuita, fue el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomeo I, “que le comenzó a hablar, desde la inauguración del pontificado, de un viaje de conmemoración del 50 aniversario del encuentro entre Pablo VI y el Patriarca Atenágoras”.
Son cuatro los momentos que compartirán el Papa y el Patriarca durante la visita: el primer encuentro privado, que se llevará a cabo el domingo 25 en la delegación apostólica en Jerusalén (diferente de la Nunciatura de la Santa Sede que se encuentra en Tel Aviv), “el mismo lugar, la misma habitación” en la que se encontraron el Papa Montini y el Patriarca ortodoxo, dijo Lombardi.
Después de la entrevista privada y el intercambio de regalos, los dos firmarán una “declaración conjunta”. Posteriormente, el Papa y Bartolomeo se dirigirán por separado al Santo Sepulcro para un “encuentro ecuménico”. El Papa será recibido por los tres superiores del lugar utilizado y custodiado por las tres comunidades cristianas: la greco ortodoxa, la armenia y la Custodia de Tierra Santa.
Juntos conmemorarán la muerte y la resurrección de Jesús y rezarán un Padre Nuestro: “una oración común en un lugar santo de Jerusalén, en particular en el Santo Sepulcro, es algo que no se ha dado nunca”, subrayó el vocero vaticano, pues ni siquiera Atenágoras y Pablo VI compartieron un “momento público de oración común”. Además los servicios de oración en ese templo suelen ser por separado, y cada comunidad guarda celosamente su jurisdicción y organiza servicios individuales.
Bergoglio y Bartolomeo después se dirigirán en el mismo vehículo al Patriarcado latino de Jerusalén, en donde cenarán con los patirarcas, los obispos y con el séquito papal. El cuarto y último encuentro, el lunes, el Papa visitará al “primus inter pares” de la ortodoxia en el edificio que se encuentra al lado de la Iglesia ortodoxa de Viri Galilaei en el Monte de los Olivos.
Durante el viaje el programa será muy intenso: catorce discursos, incluido el Regina Coeli del domingo, tres países, muchos desplazamientos internos, encuentros con todas las respectivas autoridades. El Papa hablará siempre en italiano.
Papa Francisco no usará durante estos tres días “ni el papamóvil ni ningún coche blindado”, sino que se desplazará con un “coche normal o un jeep abierto”. En particular, hay dos momentos previstos para el jeep descubierto: para saludar a los fieles que participarán en la Misa del sábado por la tarde en el International Stadium en Amán, Jordania, y el domingo, antes de la misa en la plaza del Pesebre en Belén, Palestina.
Además del cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, y otros tres cardenales responsables de las Iglesias orientales, Leonardo Sandri, del Ecumenismo, Kurt Koch, y del Diálogo Interreligioso, Jean Louis-Tauran, formarán parte de la delegación papal Abraham Skorka, rector del Seminario rabínico latinoamericano, y el musulmán Omar Abboud, ex-secretario general del Centro Islámico de Argentina. No habrá discurso de despedida en ninguno de los aeropuertos de los tres países visitados.
¿El Papa hablará con los periodistas que viajarán con él durante el vuelo de regreso, como hizo durante el vuelo de Río de Janeiro a Roma el verano del año pasado?, preguntaron algunos periodistas. “Creo –respondió Lombardi– que podemos esperarnos con una cierta naturalidad que salude a los periodistas, y luego, si al final de tres días masacrantes, a las 9 de la noche, tendrá la fuerza y el deseo de conversar, será algo casi milagroso… pero lo que es cierto es que no nos decepcionará con su gentileza y su atención”.
Los amigos del Papa: Abraham Skorka y Omar Abboud
El Papa tendrá a su lado durante su viaje a Tierra Santa a su amigo y “hermano” Abraham Skorka, rabino de la comunidad Benei Tikvá de Buenos Aires y rector del Seminario Rabínico Latinoamericano. Ambos argentinos, fervientes defensores del diálogo interreligioso, apasionados de la teología y compañeros de meditaciones en torno a la espiritualidad, el rabino Skorka acompañará al Papa en un viaje, que según el propio Skorka, el Papa lleva tiempo queriendo realizar. De hecho, recorrer juntos Tierra Santa es un sueño compartido por ambos.
Abraham Skorka publicó un libro con el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio titulado “Sobre el Cielo y la Tierra” y compartieron cientos de horas de meditación y análisis sobre temas religiosos y otros asuntos que preocupan en la actualidad como el fundamentalismo, la muerte, la homosexualidad, etc. Durante estos tiempos de debate y acercamiento se fraguó un vínculo tan intenso que ambos se definen como hermanos.
Además Skorka fue el protagonista el pasado mes de septiembre de una situación sin precedentes: se convirtió en el primer rabino en alojarse en el Vaticano, se sirvió comida kosher por él y durante el almuerzo con el Santo Padre se bendijeron los alimentos según la religión judía. En vísperas del viaje a Tierra Santa, Skorka ha dicho:
“Sueño con un abrazo con él delante del Kotel, el Muro de los Lamentos, y con ir juntos a Belén, donde nació Jesús. Tenemos tradiciones distintas pero estamos creando un diálogo que no existió por siglos entre católicos y judíos. Los dos creemos que Dios de alguna forma tiene que ver con nuestra amistad y con lo que hacemos. Hay demasiadas coincidencias para creer que todo fue casual”.
Lea aquí el comunicado “Abraham Skorka, el rabino que acompana al Papa”.
Por su parte Abboud, copresidente del instituto de diálogo interreligioso, fue el principal interlocutor de Bergoglio siendo arzobispo y recientemente participó en un peregrinaje interconfesional argentino que siguió el trayecto de la próxima visita papal. Sobre su amistad con Francisco comentó lo siguiente en una reciente entrevista:
“Hemos charlado cantidad de temas relacionados con el islam, el islam en el mundo, en la coyuntura y cómo se presenta en la modernidad. Desde ese tipo de charla y en organización de algunos eventos, hasta generar, como indefectiblemente para cualquiera que lo conoce a Bergoglio, que cuando vos te sentás mucho con él no podés evitar quererlo. Más allá de la brillantez intelectual, es una persona de un tipo de calidez y predicación con el ejemplo constante y de vivencia en estado de peregrinaje”.
Luego, sobre ser uno de los acompañantes del Papa en su visita a Tierra Santa comentó:
“Es un honor inesperado, porque hace mucho que vengo trabajando en el diálogo interreligioso y teniendo visiones que en un punto a veces son muy cuestionadas. Es muy difícil explicar en términos de nuestra identidad cómo aproximarse a los demás, cuando a veces hay algunas diferencias de orden político, que tienen que ver con conflictividad. Entonces, en los muchos años de trabajar en esto, de alguna manera es no sólo inesperado, sino que para mí en lo personal es un signo de esperanza. Es como cambiar el aire para seguir adelante en esta empresa”.
Lea aquí la entrevista completa a Omar Abboud.
La visita más complicada de Francisco
En menos de una semana, el Papa Francisco aterrizará en Jordania, dando inicio a su esperado viaje a Tierra Santa. Una visita difícil, en la que Bergoglio enfrentará delicados desafíos diplomáticos a cada paso. El conflicto entre Israel y los palestinos será apenas uno de los escollos que deberá sortear.
Otros son los incidentes de vandalismo anticristiano en Israel, las tensiones entre la Santa Sede y la comunidad judía, las disputas históricas con denominaciones cristianas rivales y negociaciones a puertas cerradas con Israel.
“Esta es la Tierra Santa. Es complicada”, afirmó Hana Bendcowsky, del Centro de Jerusalén para las Relaciones judío-cristianas, un grupo interreligioso. Recientemente, algunos vándalos han pintado inscripciones anticristianas en varios sitios sagrados del cristianismo como también en propiedades de cristianos.
La agencia de seguridad interna israelí dice que podría haber más ataques similares y dignatarios del Vaticano han exhortado a Israel a proteger los sitios cristianos antes de la visita papal. El vandalismo “envenena la atmósfera de coexistencia” que rodea la visita papal, afirmó el patriarca latino Fouad Twal, el clérigo católico de mayor rango en Tierra Santa.
Los judíos nacionalistas ultraortodoxos han pegado carteles en toda Jerusalén quejándose de que Israel dará al Vaticano control sobre ese lugar.
Cada escala en el itinerario de Francisco tiene su propio peso político con su gama de sensibilidades conflictivas. El Papa pasará primero medio día el 24 de mayo en Jordania, donde visitará el lugar tradicional del bautismo de Jesús en el río Jordán. Después llegará a Cisjordania para reunirse con líderes palestinos y celebrar la misa en Belén, cerca del sitio donde según la tradición nació Jesús.
Luego el Pontífice se trasladará en helicóptero a 45 kilómetros de distancia para recibir una bienvenida oficial en el aeropuerto internacional Ben Gurión en Tel Aviv. De allí volará a Jerusalén para reunirse con líderes israelíes y visitar lugares sagrados y el museo del Holocausto.
El trayecto sinuoso tiene en cuenta la situación disputada de Jerusalén. Israel reclama la ciudad como su capital indivisa pero su control del sector oriental de Jerusalén, capturado en 1967, no es reconocido internacionalmente. El religioso David Neuhaus, dignatario de la Iglesia en Jerusalén y un funcionario israelí dijeron que la ceremonia de bienvenida en el aeropuerto es la norma para los líderes mundiales visitantes.
Algunas de las escalas de Francisco podrían causar incomodidad en Israel. En Belén, el Pontífice argentino visitará el campamento de refugiados de Deheishe, que aloja a palestinos que huyeron o fueron desplazados de sus hogares en la guerra de 1948 que dio nacimiento al estado de Israel. Los funcionarios palestinos quieren que Francisco vea las condiciones en el campamento y oigan las quejas de los palestinos contra Israel.
“El Papa verá la realidad”, afirmó Xabier Abu Eid, un funcionario palestino que ayuda a coordinar la visita papal.
Asimismo el Pontífice se reunirá con el musulmán de mayor rango en Jerusalén, el gran muftí, en el sitio religioso más delicado, el complejo en la Ciudad Vieja reverenciada por los musulmanes como el Noble Santuario y por los judíos como el Monte del Templo. En ese sitio se producen constantes fricciones entre la policía israelí y feligreses musulmanes.
Otra escala de la visita ha provocado reacciones: el Salón de la Ultima Cena, donde se dice que Jesús se reunió por última vez con sus discípulos antes de su crucifixión. Los judíos nacionalistas ultraortodoxos han pegado carteles en toda Jerusalén quejándose enérgicamente de que Israel dará al Vaticano control sobre ese lugar.
El salón está en un edificio de la época de las Cruzadas que perteneció a frailes franciscanos en el siglo XIV pero que fue transferido a las autoridades otomanas dos siglos después y capturado por Israel en 1948. Para complicar la situación, el lecho del edificio es reverenciado por los judíos por considerarlo la tumba del bíblico rey David.
Fuente:
Periodista Digital / Vatican Insider / HuffPost