‘Tintin, un héroe católico’
Hergé siempre tuvo ideas conservadoras. Tal vez por ese motivo, Tintín está generalmente a favor del orden establecido, lo que no le impide prestar atención a los más desfavorecidos, y, en muchas ocasiones, tomar enérgicamente partido por ellos: los indios en Tintín en América, los chinos que sufren la opresión japonesa en El Loto Azul, o incluso los esclavos africanos de Stock de coque. A lo largo de sus viajes, Tintín muestra, en general, un interés y un respeto genuinos por las culturas no europeas, que se manifiesta también en la voluntad de Hergé de documentarse minuciosamente para la realización de los álbumes.
El diario vaticano L’Osservatore Romano escribe que la película de Steven Spielberg sobre Tintin ha sacado de nuevo a la luz al personaje al que el “Dictionnaire amoureux di catholicisme” (París, 2011) considera un caballero “inmaculado, al que le atrae el misterio y proteger a los débiles
Según Tillinac, Tintín no es un católico al que se pueda identificar como tal, ya que jamás reza a Dios cuando la muerte le roza los talones y jamás se le ve en una Iglesia. Sólo en dos ocasiones, agrega, se le escapa un «Dios se apiade de su alma», cuando se entera de la muerte de un japonés malvado en el cómic «El Loto azul». «Sin embargo, Tintín es un héroe del catolicismo, embebido del ideal de los scouts, que tuvo gran importancia en la formación de Hergé, y que transpiraba en sus primeros tebeos», manifiesta Tillinac, que añade que el personaje no tiene ni siquiera una edad determinada, sexual, o un deseo ordinario. Tintín, asegura, tiene un trabajo que legitima su vagar por el mundo y el arte del camuflaje que grava sobre su identidad y le convierte «en un ángel o casi», es un«héroe del catolicismo, un caballero occidental de los tiempos modernos y un corazón sin mancha»
«Tintin es un héroe sobrenatural que se mueve en escenarios realistas. Las personas que están cerca de él caen en tentaciones, pero en el momento justo se arman de coraje y un fondo de honradez les salva», destaca el análisis publicado por el diario del Vaticano.
Imagen: web oficial