Ya hay tanta agua dolorosa en la iglesia
y una pena que persigue a cada migaja humana
llenándola de un terror quejumbroso
que desgarra hasta al más vil cuerpo lastimoso…
Archivo del Autor: Lenguaje y redacción
Anillo
Qué detiene a nuestra mano para no tocar un cuerpo diferente y seductor:
si no es ese anillo que refrena nuestras más groseras flaquezas
(qué más puede hacer este anillo…)
Qué es el anillo -realmente preguntarás:
si no es más que una parte de nuestro cuerpo lujurioso,
un tipo del pellejo humano,
que nos protege de cualquier mezquina bajeza…
Los sonidos que no quiero oír más
Los sonidos que no quiero oír más
son aquellos que traen la nefasta guerra,
a los bombarderos nocturnos,
a la sin piedad sin-piedad.
Esos sonidos que alocan los oídos
y espantan al cuerpo
niega a los judíos hambre, vida, futuro.
Matan.
No hay sonido más negricruento que aquellos sonidos
voraces, desmedidos, abruptos,
tan mezquinos que un témpano de sangre amoratada de cadáver muerto
que se prolonga hasta 1945.
Esos sonidos son sonidos de muerte,
que alguna vez minaron nuestras mentes,
transformándonos en un trastocado material putefracto.
Palabra
Sin parangón describes una belleza descomunal en cada curva de tu escritura,
presumiendo un dulce aroma de letra castellana,
divirtiéndote con tu ligera silueta de terrible hermosura,
en cualquier valle de adusta galantería.
Podría encontrarte contenida en un tomo, un diccionario o un tesoro,
bailoteando suavemente alrededor de tu propio eje,
revelándonos un atractivo y perfecto rostro
indescifrable para la tosca y burda jardinería. Sigue leyendo
El beso de la esfinge
He perdido una vez más el lejano paraíso, tan ascético lugar, la no-Tierra.
Sin lugar a dudas, el ojo desangra desabrido,
y el oído se retuerce en su calvario, enclaustrado.
Ojo y oído son sacrificios corpóreos
del beso pecaminoso hacia a la esfinge malévola-sensual-erótica,
aquella potencia destructora de mujer
que descaradamente se muestra seductora.
El erotismo recorre la sangre del hombre,
estrangula las cruces más puras;
nos envuelve en la melancolía más negra,
en la última llave hiena, cobarde, que nos condena.
La esfinge nos conjura
en su pelo de serpiente infernal
y nos amamanta con los más contorneados bustos
que nos hacen perder la conciencia,
el amor terrenal, la entrada al paraíso, el no-lugar.
Lovón Cueva, Marco. El beso de la esfinge. Lima: 8 marzo 2012. Sigue leyendo
Quimera
Quién sabe si este suelo húmedo emite su queja dolorosamente
(por algún moho o peste monstruosa
que hemos traído debajo del zapato).
¡Enemigo! Sí ¡Enemigo es el tiempo humano!
¡Oh, quimera!
La quimera nos aniquila sin medida, en cada segundo sangriento.
En él, vagamos eternamente hasta que la carne se hace vieja, arrugada, hostil, fósil.
Perdemos agua, peso, sangre, celos, esfinges, historia,
en ese monstruo que corre multiplicándose en nuestro breve tiempo de lene sombra.
Lovón Cueva, Marco. Quimera. Lima: 6 marzo 2012. Sigue leyendo
El retrato paralelo del conde Nikolai Gúriev
Esuun retrato paralelo
ecuánime, airoso…
que rehúye a cualquier pintor, a un pintor, tal vez, mal-amado,
Esuun retrato
esel del conde Nikolai Gúriev,
el de colores grises, el del manto rojo, el neoclásico…,
esuun retrato en el que se dibuja una mano enguantada,
y se desdibuja amarilla,
en la que Nikolai mantiene la postura de pose altiva, moderada,
sobre un sombra fría, sobria, lejana…,
Esuun uun grisáceo que contrapone la mirada,
el color de rostro, y la otra mano vacía, orgullosa, templada…,
una mano que deciega, turbia, opaca…
Lovón Cueva, Marco. El retrato paralelo del conde Nikolai Gúriev. Lima: 8 marzo 2012.
Tortura en la puerta
Hoy fui a buscarte a tu álgida puerta,
infiel, hereje;
la que alguna vez corrompió voluntariamente
cada rincón ortodoxo de mi ser.
Llamé y no estabas,
grité como un niño cuando hace su deber
al ser destetado.
En esta hora de torturas, en que te desencuentro,
la cana se desvive, se mortifica,
acecha…
rebusca entre la bisagra
un retrato pasional, alguna lascivia tempestuosa
o un muro de papel.
Te deshallo furiosamente
en este infierno sudoroso
sin ningún rosario ni Viernes Santo
que me aíslen de este grave desconsuelo.
En esta hora tétrica y pecaminosa, ¿puedo yo orar?
Lovón Cueva, Marco. Tortura en la puerta. Lima: 6 marzo 2012. http://bit.ly/zy3Apx
Guillotina
Muere el hijo que no nació de mis entrañas oscuras,
sino de aquellas plenas de debilidad, de una sordera que no conozco,
de la tísica madrugada del ayer, por la que Israel nunca pasó.
“Hambre” –gritan las locas sombras,
se atolondran por cada carne de aquel hijo que no siento, aquel corpúsculo de odio,
que recrea el banquete de la umbría catacumba.
Es verdad que la sangre marchita es la bebida de la penumbra sólida,
el consuelo placentero para los moribundos,
la manzana edénica que cae esporádicamente en el averno;
pero mi hijo –el más canalla– no dispone de este elixir.
¿Se puede parir un hijo sin linfa, sin semblante, sin forma? ¿Ser un hijo sin ser hijo?
–en el aniquilamiento carnívoro come primero el anciano; luego, las jugosas moscas.
Lovón Cueva, Marco. Guillotina. Lima: 3 marzo 2012. http://bit.ly/AuYoNT Sigue leyendo
L’ homme souffre
Aujourd’hui, je vous le dis que
le plus puissant
privé del exil
le roi des poupées, des marionnettes: Vous… il est vous
Vous qui sait tout:
L’amour
les profonds précipices
Vous, qui nous a appris,
en silence,
que l’homme souffre…
et pleure la mendicité un court voyage…
Je ne comprends pas
Je ne comprends pas
son but final:
et la pauvrete des visages incolores
Vois, qui boit trop, pardonner
le malentendu,
la haine
la mort
la connaissance
la tristesse humaine
charnelle, miserable
Mon bon ami
ma folie quotidienne
vous est la même famine égoïste Sigue leyendo